La Habana del siglo XXI está signada por la coexistencia de edificaciones de varias épocas y períodos históricos. Está marcada, asimismo, por problemas sociales a los que hizo referencia, en más de una ocasión, el desaparecido arquitecto Mario Coyula. Ellos son el deterioro acumulado del patrimonio construido y el hacinamiento de las llamadas “familias extendidas” que conviven en pequeños inmuebles, producto de la deprimida situación de la vivienda en la capital cubana. Pero otros problemas graves nos acechan: las violaciones de las regulaciones urbanísticas, una asignatura pendiente de aprobar.
Cuando se habla de planeamiento territorial y urbano, en la noble Habana, inevitablemente se piensa en la arquitecta Georgina del Loreto Rey (Santa Clara, Villa Clara, 1946). Y es que Gina Rey, como todo el mundo la conoce, fungió como Directora Provincial de Planificación Física en La Habana durante muchos años. Graduada en 1970 de arquitectura en la Universidad de La Habana, en la especialidad de Planificación regional y urbana en 1970, es además Doctora en Ciencias Técnicas, Master en Ordenamiento Territorial y Urbano de la Facultad de Arquitectura de La Habana.
Dentro de su ejercicio profesional estuvo además la dirección del Grupo para el desarrollo integral de la capital, el trabajo vinculado al desarrollo urbano y comunitario, el planeamiento participativo, programas de desarrollo nacional y regional, políticas de desarrollo de hábitat, asentamientos precarios, rehabilitación urbana, desarrollo local y puesta en valor del patrimonio cultural.
Gina es de las que apuestan por una arquitectura racional, funcional, con mirada social e inclusiva. En exclusiva para OnCuba conversamos con esta sobresaliente mujer que acaba de ser reconocida con el Premio a la Vida y Obra de Arquitectura 2015 que otorga la Unión Nacional Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba (UNAICC).
¿Cuál es la función que desempeña la Dirección Nacional de Planificación Física (DNPF)?
“Es el organismo rector de todas las regulaciones urbanas a nivel nacional en los principales asentamientos poblacionales del país. No obstante, ciudades, pueblos y poblados tienen sus regulaciones urbanísticas propias.
“He tenido la posibilidad de conocer muchos de esos cuerpos regulatorios y, desde el punto de vista técnico están al mismo nivel que los internacionales. Además para su escritura y elaboración se ha tomado la experiencia de distintos países latinoamericanos y de España. La dificultad está en hacerlos cumplir”.
¿Quién es el encargado de velar por el cumplimiento de esos cuerpos legales?
“Pienso que tiene que hacerlos cumplir la propia dirección de Planificación Física pero, sin un apoyo de las autoridades y gobiernos locales, es muy difícil lograrlo. Se necesita también del apoyo de la policía, como se hace en otras naciones.
“En ese sentido, lo veo como un problema cultural porque los gobiernos locales no sienten, directamente todavía, que eso es parte de su responsabilidad, tal vez por la verticalización que existe. Planificación Física, a pesar de estar subordinado al Poder Popular y contar con un Instituto Nacional, funcional también de una manera vertical.
“Una de las cuestiones más preocupantes es que, a la par de los particulares, el Estado también vulnera las regulaciones urbanísticas por un problema de incomprensión y de conciencia social. Muchas veces se ven como un freno a los gobiernos locales porque quieren desarrollar determinadas iniciativas y las regulaciones no se lo permiten. No es un capricho nuestro.
“Tiene que haber un orden en la sociedad, de la misma manera que en la familia, la escuela, el trabajo. La ciudad, por su complejidad, necesita de un reglamento para garantizar la convivencia, para defender los espacios públicos y, al mismo tiempo, para respetar el derecho individual de las personas”.
¿Qué acciones concretas ha efectuado la DNPF en los últimos tiempos?
“La política que se ha seguido es comenzar por las zonas costeras porque tenían un problema de transgresiones, bastante serio. Allí se estaban haciendo muchas construcciones ilegales tanto estatales como particulares.
“Se han priorizado las áreas costeras pero el problema en las ciudades no se ha enfrentado todavía y hay que actuar, con el mismo rigor que en las zonas costeras, porque se está afectando la imagen urbana y el patrimonio de zonas muy importantes en la capital como son: Centro Habana, el Vedado y Miramar.
“Se han producido cambios y alteraciones en las edificaciones, incluso a nivel urbano, de los espacios públicos, que en muchos casos son irreversibles. No se puede esperar mucho más”.
Una solución podría ser publicar las regulaciones urbanísticas en una revista especializada, o en algún tipo de tabloide especial, porque la mayoría de la población y también las instituciones estatales, como no tienen acceso a ellas, las desconocen.
“Ese es uno de los grandes problemas que tenemos: las regulaciones son desconocidas no solamente por la población sino por los organismos estatales que tienen que aplicarlas y respetarlas. Tampoco las conocen algunos gobiernos locales, delegados del Poder Popular, diputados de la Asamblea Nacional y Presidentes de los Consejos Populares.
“Hay un total desconocimiento al respecto y eso, lógicamente, incide en que determinados sectores de la población, conscientemente, se aprovechen de la situación –esa especie de limbo legal que existe- para transgredir las regulaciones urbanísticas.
“Por otra parte, se debe hablar de manifestaciones de corrupción que persisten en no pocos lugares a la hora de acometer obras, aprobadas tácitamente por los inspectores sin que hubiera una documentación legal, y que esos representes de legalidad permiten que se ejecuten”.
En materia de violaciones constructivas estatales y desorden urbanístico ocupa un lugar preponderante la llamada “Ruralización de la Habana”, esos ranchones que se han emplazado en medio de la urbe.
“Esa es una violación con fuerte base cultural: un ranchón se ve bonito en la periferia de la ciudad, por ejemplo, en un lugar como el Parque Lenin, y enseguida se quiere copiar uno idéntico en Miramar, al lado o al fondo de una edificación que responde a la arquitectura del Movimiento Moderno. Esos son dos estilos totalmente incongruentes”.
En los últimos tiempos se ha comenzado a hablar más del tema en la prensa escrita y en los medios de comunicación. Incluso el espacio televisivo La Mesa redonda, le dedicó una emisión a la planificación física. ¿Piensa que llegará a ordenarse urbanísticamente el país, en un futuro cercano?
“Soy optimista. Pienso que sí. Creo que si algún país tiene condiciones para lograrlo es Cuba. La sociedad cubana, con el alto nivel de instrucción de nuestra población, será capaz de entender las regulaciones urbanísticas. Pero esa labor educativa tiene que comenzar por la escuela primaria. La educación cívica debe incorporar las regulaciones urbanísticas, una temática que actualmente no se imparte.
“Insisto, la enseñanza artística es muy importante desde las edades más tempranas y el sistema de educación cubano tiene que retomar esa materia”, concluye la también Profesora auxiliar de la Facultad de Arquitectura de La Habana.
Las “regulaciones urbanísticas” deben llegar y ser conocidas por todas las instancias de modo obligatorio para que pueda exigirse su cumplimiento. Así mismo a la población, el último y más débil pero autoritario eslabón de la cadena, deben darsele las facilidades para que pueda cumplirlas y en este sentido me refiero a proyectos y muy específicamente a materiales, de calidad y a precios adsequibles. Definitivamente no se debe permitir que el caos siga destruyendo la imagen de nuestras ciudades.
Donde dije: “…más débil pero autoritario eslabón …..” quise decir: “…más débil pero mayoritario eslabón …”
Me disculpa esta señora, pero muchos títulos y premios obtenidos no me representan nada. EL IPF es una institución que hasta ahora nunca hizo nada realmente bueno por la población. No me refiero ya al hecho de que son una institución que de cierta forma se dedica a “reprender” a la población para que no haga “cosas incorrectas”, como construir en zonas costeras o abrir una entrada independiente en un primer piso de un edificio de Alamar (cosas que vistas en el contexto de un país sin los problemas del nuestro ciertamente están mal), sino al hecho de esa parte de la “Planificación” de veras que no sé donde queda, por poner un ejemplo sencillo: Si en Cuba el día de mañana los precios de compra de automóviles llegaran a ser asequibles al sueldo del trabajador (cómo debería ser) de que tamaño sería el caos de los embotellamientos de las ciudades como consecuencia de no preveer avenidas de mayor tamaño?, un poco mas, (y sigo con los autos) Cómo se resolvería el problema de parqueo automotriz en zonas de alta densidad poblacional como el mismo Alamar en la Habana o el José Martí de Santiago de Cuba? Se harán edificios de parqueo a gran escala? Ahora por favor tómense un tiempo y comparen los 2 problemas, el que se dedican a resolver ahora y este que es un problema en potencia con peores consecuencias, cual es más importante?
Primera vez que comento en este sitio, y es para aclarar dos conceptos: primero, Gina Rey es una de nuestras más destacadas profesionales en este campo, mis felicidades para ella, la admiro mucho. Y segundo, es cierto que durante muuuuuuuuuuuuuuchos años hemos vivido de espalda a la planificación física, pero es que hemos vivido de espalda a tantas cosas…. Los profesionales muy poco han podido hacer si no existe el orden, en un país donde hace muchos años todo se hace a Pepe Coj…..
Lo real es que hay que ordenar las ciudades, sobre todo La Habana, so pena de convertirnos en una burla. Ya no basta con esa población tan vulgar y chabacana que la pulula, también nos la han destrozado con el kitsch barato de gnomos de jardín, barandas de bolitas, garages en parterres, tendederas donde quiera, colores en las fachadas que harían palidecer a los payasos, y tantas, tantas indisciplinas, que no sé adónde vamos a parar…
Gracias OnCuba por esta entrevista.
Una reflexión acerca de las Regulaciones Urbanísticas Nacionales y su aplicación sin tenerse en cuenta la morfología territorial de cada zona, pues cada territorio tiene su propia morfología.
Es esencial y muy importante el punto de vista de la Arq. Gina Rey, como más se le conoce en Cuba y en el exterior. Hay varios aspectos que no deben permitirse, esas irregularidades. Como ella expresa acertadamente: “Ruralización de la Habana”, esos ranchones que se han emplazado en medio de la urbe. Esa es una violación con fuerte base cultural: un ranchón se ve bonito en la periferia de la ciudad, por ejemplo, en un lugar como el Parque Lenin, y enseguida se quiere copiar uno idéntico en Miramar, al lado o al fondo de una edificación que responde a la arquitectura del Movimiento Moderno. Esos son dos estilos totalmente incongruentes”. Estamos, en total acuerdo.
Es como construir, una choza colindante4 con un museo o una estatua, parte del patrimonio del país, por ejemplo.
Lo que sí es incongruente, es que “el organismo rector de todas las regulaciones urbanas a nivel nacional en los principales asentamientos poblacionales del país”, es el INPF, con regulaciones de carácter general. Y, muy acertadamente, la Arq. Gina Rey, expresa que “NO OBSTANTE, ciudades, pueblos y poblados tienen sus regulaciones urbanísticas propias”.
Y, tengo entendido que esto se orienta en los talleres nacionales que organiza el INPF. Más adelante, expreso, algunas de esas orientaciones que he tenido la oportunidad de leer. Y, supongo, que las inspectoras territoriales municipales de IPF las tengan e cuenta también.
Y, precisamente, en eso, es donde muchas de las inspectoras territoriales, probablemente, sin la debida formación técnico-profesional, generalizan criterios o regulaciones urbanas, de carácter nacional, a zonas, o barrio, con diferentes características, sin tener en cuenta la morfología territorial de cada lugar, es decir, la morfología del espacio característico de cada territorio, dígase las estructuras de las manzanas, la disposición de las parcelas, los tipos y elementos de fachada, el uso de los suelos, las áreas verdes y los espacios públicos por sólo mencionar algunos de sus factores a tener en consideración.
Cada provincia, debe tener su Reglamento de Regulaciones Urbanísticas, y, cada municipio el suyo, teniéndose en cuenta esos y otros factores sociales, culturales, demográficos, etc.
Ha ocurrido que en visitas iniciales, las inspectoras plantean una cosa, posteriormente otra, y así sucesivamente, ante los argumentos y documentos, así como la historicidad, y, teniéndose en cuenta que no se atenta contra las reglas urbanísticas; hasta que se cae en un círculo desordenado, para decirlo de una forma.
El generalizar criterios, nos ha traído experiencias desagradables y, por ende, debieran evitarse. Sin caer en el vacío de la violación de las regulaciones urbanísticas que, atentan, en sí, contra el orden y la belleza urbanística
Gracias a ustedes, para expresar mi punto de vista al respecto y por el acceso a esa entrevista publicada en OnCuba.
Denunció irregularidades en edificio de BERNAZA 236 ENTRE MURAYA Y TENIENTE REY..por fabricaciones indebidas en área común..se han hecho las gestiones pertinentes desde septiembre del 2016 y no hay respuestas.afectan a los vecinos y ventanas de viviendas del mismo edificio.por favor acercarse a gestionar esta situación. El edificio no está en buen estado y es un área común.gracias