|
Getting your Trinity Audio player ready...
|
El 45 % de la región centro y oeste de Cuba experimentará cortes eléctricos este domingo, mientras una gran parte del oriente del país continúa sin servicio tras el paso del huracán Melissa, informó la empresa estatal Unión Eléctrica (UNE).
El ciclón, que azotó el territorio oriental el pasado miércoles con categoría 3 en la escala Saffir-Simpson, provocó daños severos en la infraestructura eléctrica, dejando sin suministro a la mayoría de los 3,5 millones de habitantes de las provincias de Granma, Santiago de Cuba, Holguín, Guantánamo y Las Tunas.
Con vientos de hasta 200 kilómetros por hora y lluvias que superaron los 400 milímetros en algunas zonas, Melissa derribó postes, líneas y afectó extensamente la red de distribución. Las autoridades han advertido que la recuperación podría tardar varios días.
A la emergencia provocada por el huracán se suma la profunda crisis del Sistema Electroenergético Nacional (SEN), que desde hace más de un año enfrenta una de sus etapas más críticas, con déficits de generación superiores al 50 % y apagones de hasta veinte horas diarias en distintas provincias. En los últimos doce meses se han registrado cinco apagones nacionales, el más reciente en septiembre.
Según la UNE, para las diez provincias no afectadas directamente por Melissa se estima una demanda máxima de 2.600 megavatios (MW) y una disponibilidad de solo 1.527 MW durante el horario pico nocturno, lo que representa un déficit de 1.073 MW y una afectación planificada de 1.143 MW.
Entre las principales incidencias figuran cuatro unidades termoeléctricas fuera de servicio por averías o mantenimiento y 76 motores de generación distribuida paralizados por falta de combustible.
Las termoeléctricas, columna vertebral del sistema energético cubano, arrastran décadas de explotación y carencias de inversión. Mientras tanto, el programa solar del Gobierno —que ha instalado 32 parques fotovoltaicos este año— apenas mitiga el déficit diurno, sin capacidad de almacenamiento para cubrir la noche.
Especialistas independientes atribuyen la crisis a una infrafinanciación crónica de un sector completamente estatal, mientras el Gobierno responsabiliza a las sanciones estadounidenses, que califica como una política de “asfixia energética”.
Según estimaciones externas, Cuba necesitaría entre 8 mil y 10 mil millones de dólares para recuperar su sistema eléctrico, una cifra hoy fuera del alcance de su economía.
Los prolongados apagones afectan la producción nacional y agravan la contracción económica: el PIB cayó 1,1 % en 2024 y acumula una disminución de 11 % en los últimos cinco años, según datos oficiales. La CEPAL prevé otro año negativo.
El creciente malestar social por los cortes de electricidad ha estado detrás de varias protestas en los últimos años, desde las masivas de julio de 2021 hasta las más recientes en La Habana y Gibara.
EFE










