Los empresarios españoles en Cuba están, por su arraigo y experiencia, preparados para resistir un eventual endurecimiento del embargo que Estados Unidos mantiene sobre la Isla, aunque comienzan a acusar las presiones políticas y legales de la nueva política de Washington hacia La Habana.
“El empresariado español en Cuba es muy potente, lleva muchos años, tiene un nivel de asentamiento muy superior a otros países y llevamos muchos años peleando contra las leyes extraterritoriales de EE.UU.”, dijo este jueves a la agencia Efe el presidente de la Asociación de Empresarios de España en Cuba (AEEC), Xulio Fontecha.
La AEEC es la única asociación de empresarios extranjeros que existe en Cuba y representa a más de 200 firmas radicadas, entre ellas gigantes hoteleros como Meliá o Iberostar, con importantes contratos de gestión de instalaciones.
Pese a su largo recorrido en la Isla, el empresariado ibérico está preocupado por la posible reactivación por parte de EEUU del título III de la ley Helms-Burton, que permitiría a ciudadanos de ese país, incluidos cubanos naturalizados, demandar ante cortes estadounidenses a empresas que se lucren de bienes expropiados tras el triunfo de la Revolución en 1959.
Esa disposición ha permanecido suspendida desde su aprobación en 1996, pero ahora Washington da señales de que podría reactivarla y aunque desde enero ha ido prorrogando su congelación, cada vez ha sido por períodos más cortos: de seis meses a 45 días, un mes, y según anunció este miércoles el Departamento de Estado, se mantendrá paralizada solo dos semanas.
¿Qué pasaría si EEUU aplica el Título III de la Ley Helms-Burton?
“Hoy por hoy estamos todos perfectamente preparados para enfrentar esto porque llevamos años haciéndolo”, aseguró Fontecha, quien destacó que para la AEEC “lo más importante es ver que tanto el Gobierno español como las autoridades de la Unión Europea han tomado cartas en el asunto de forma radical y tajante”, por lo que se sienten “escuchados y apoyados”.
Sin embargo, el respaldo institucional no ha evitado que las empresas españolas, muchas de ellas importadoras de tamaño medio, reciban presiones políticas y acusen en su trabajo diario los efectos jurídicos y el clima de incertidumbre sobre los próximos pasos del Gobierno de Donald Trump.
“La parte legal nos preocupa menos, aunque hay que tomar precauciones, especialmente las grandes cadenas hoteleras o bancos, pero a la mayoría del tejido empresarial español que opera en Cuba nos preocupan más las cuestiones políticas que van paralelas a la parte legal”, refirió el presidente de la AEEC.
Fontecha explicó que desde diciembre pasado los empresarios ibéricos comenzaron a “notar presiones”, entre ellas la recepción de “docenas de cartas” de organizaciones radicadas en el estado de Florida, epicentro del exilio anticastrista.
También hay “conocidas empresas de mensajería” que han comenzado a rechazar envíos de paquetería destinados a empresas que figuren en la conocida como “lista de restricciones a Cuba”, en la que Washington ha incluido a unas doscientas compañías cubanas vinculadas a los estamentos militares o de inteligencia.
Con esas compañías, todas estatales, es con las que las empresas españolas hacen “casi el cien por cien de los negocios”, dijo.
Al mismo tiempo, hay bancos españoles “muy conocidos” que ya no admiten transferencias relacionadas con empresas que figuran en esa “lista negra” o directamente han empezado a cerrar cuentas que realicen operaciones con la Isla, relató Fontecha.
“Si sumas todo esto, da un ambiente de incertidumbre, de fuerte presión que es lo que nuestros empresarios hoy por hoy ya están notando y sufriendo”, agregó.
Avanzó, además, que la Asociación mantendrá los niveles de “información y alerta” y seguirá presionando a las autoridades de España y la UE para que sigan defendiendo los “legítimos” intereses de la patronal española en Cuba.
España y Cuba mantienen “buenas relaciones”, pese a Venezuela
Las amenazas de Washington de endurecer las sanciones sobre la Isla ilustran las nuevas tensiones entre EEUU y Cuba tras la llegada de Donald Trump, contrario al “deshielo” bilateral impulsado por su antecesor, Barack Obama.
Estas medidas apuntan a la línea de flotación de la economía cubana, ya en apuros por la crisis en Venezuela, su principal aliado político y económico, así como por la caída de las exportaciones, la ineficiencia del vasto sistema empresarial estatal y los desastres meteorológicos del último trienio.
El secretario estadounidense de Estado, Mike Pompeo, anunció este miércoles que el título III de la Helms-Burton seguirá suspendido desde el 18 de abril hasta el 1 de mayo, pero continuará permitiendo las demandas contra las más de 200 compañías cubanas que aparecen en una “lista negra” del Departamento de Estado.
Expertos consultados por Efe aseguraron que desde que comenzaron a permitirse esas demandas hace algo más de un mes, no hay constancia de que se haya presentado ninguna.
Tras anunciar la nueva breve prórroga, Washington advirtió de que “continúa examinando las condiciones de los derechos humanos en Cuba, incluida la actual represión contra los derechos del pueblo cubano a la libertad de expresión y de reunión”, así como “el apoyo militar, de seguridad y de inteligencia de Cuba” al Gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela.