Especialistas del Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología (Insmet) de Cuba consideran que disminuirán considerablemente las posibilidades de que la Islaa sea afectada por un huracán antes del próximo 30 de noviembre, fecha en que termina la actual temporada ciclónica.
“La actividad ciclónica en el océano Atlántico y su afectación a Cuba disminuye considerablemente con respecto a septiembre y octubre. Habitualmente en noviembre las precipitaciones disminuyen con respecto a los dos meses que le anteceden”, afirman los especialistas cubanos, citados en un reporte de la agencia Prensa Latina (PL).
En noviembre se produce la transición del período lluvioso al poco lluvioso, y los patrones de la circulación atmosférica cambian,caracterizándose por una mayor interacción entre los procesos y sistemas de la zona tropical y los propios de latitudes extratropicales, agrega la información.
Pronostican una temporada de huracanes intensa, la séptima consecutiva
Los expertos también basan sus predicciones en que la influencia del anticiclón del Atlántico continúa disminuyendo con respecto a los meses anteriores “lo que, unido al paso de los primeros sistemas frontales, propicia la ocurrencia de cambios en las condiciones del tiempo con cierta frecuencia”, precisa el medio.
Según el Centro de Pronósticos del Insmet, actualmente los indicadores oceánicos y atmosféricos del evento La Niña-Oscilación del Sur son consistentes con la presencia de dicho evento, y los modelos prevén que este alcance su mayor intensidad a finales del presente año e inicie su debilitamiento a comienzos del próximo.
El centro científico añade que en el océano Atlántico se mantienen anomalías positivas (cálidas) de la temperatura superficial del mar.
En la actual temporada ciclónica Cuba sufrió el embate del poderoso huracán Ian, que cruzó la zona occidental de la Isla y afectó principalmente a la provincia de Pinar del Río, pero también a los vecinos territorios de Artemisa, Mayabeque y La Habana.
Los vientos de ese fenómeno atmosférico ocasionaron cuantiosos daños en la agricultura, a cultivos como el plátano y el tabaco, así como en la infraestructura eléctrica y de las comunicaciones. Además, dejó un saldo de tres fallecidos, aunque otras dos personas, trabajadores eléctricos, murieron por accidentes ocurridos en la fase de recuperación.
Después de salir de territorio cubano, Ian cobró fuerza hasta alcanzar la categoría 4 con vientos sostenidos superiores a los 200 km/h, y tocó nuevamente tierra en la costa oeste de la península de la Florida, en Estados Unido, donde también ocasionó grandes pérdidas materiales y de vidas.