La zona que alguna vez fuera sinónimo de modernidad en Cuba hoy lo es de ancianidad.
El municipio Plaza de la Revolución, el mismo que acoge al célebre barrio de El Vedado, con sus casonas señoriales y sus edificios, el de icónicas construcciones, largas avenidas y arterias populosas, corazón de la vida cultural y citadina de la capital, es también el más envejecido del país.
De acuerdo con datos recientemente divulgados por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (Onei), alrededor del 35 % de la población actual de Plaza tiene 60 años o más. Ello coloca a este municipio a la cabeza del envejecimiento poblacional en la isla, un fenómeno que marca desde hace años a la sociedad cubana y supone un mayúsculo desafío socioeconómico.
Al cierre de 2023, este grupo demográfico representaba el 24,4 % de la población del país, casi un cuarto del total. A nivel provincial, La Habana, con el 24,8 %, era la segunda provincia más envejecida, solo superada por Villa Clara, que exhibía un más que significativo 26,2 %.
Para que se tenga una idea de lo preocupante de este escenario, al finalizar el pasado año en Cuba había 1511 personas de 60 años o más por cada 1000 niños hasta los 14 años. Esa cifra es todavía mayor en Villa Clara (1902) y La Habana (1728), según la Onei, que no ofreció el dato específico del municipio Plaza, el cual, por su porcentaje de ancianos, debe ser mucho mayor.
A partir de sus datos, la Onei confirma lo que ya todos sabemos: Cuba se hace más “vieja”. Por tal motivo, advierte la entidad, su economía es cada vez más envejecida, lo que supone un “alto costo para la sociedad y la familia”, así como de los programas de seguridad y asistencia social y “una menor base para la renovación de los recursos laborales del país y sus territorios”.
Por si fuera poco, en medio del retroceso poblacional que vive Cuba, caracterizado por un mayor número de defunciones que de nacimientos, una baja tasa de fecundidad por mujer y una constante oleada migratoria, Plaza de la Revolución es también el municipio que más decrece.
Plaza, Camagüey y Playa fueron los tres municipios que más habitantes perdieron entre el cierre de 2020 y el de 2023, según la Onei, que no detalló en sus datos la cantidad ni el porcentaje de personas “perdidas” ni el total de la población de esos territorios. Pero, aún así, el dato nacional es revelador.
Cuba, de acuerdo con la entidad a cargo de las estadísticas, decreció en más de un millón de habitantes en tres años, alrededor del 10 % de su población en 2020. En ese contexto, La Habana fue la provincia que más retrocedió (15,3 %), al punto de bajar de los 2 millones de habitantes.
Cienfuegos (11 %), Mayabeque (10,4 %) y Matanzas (10,2 %) también tuvieron un decrecimiento mayor al 10 %, mientras que Holguín (6,3 %) y Santiago (4,2 %) si bien no se acercaron a esa cifra, sí retrocedieron lo suficiente como para bajar del millón de habitantes que alguna vez tuvieron.
Al finalizar el pasado año, la población efectiva de Cuba era de 10 055 968 habitantes, similar a la de 1985 y distante de 11 181 595 que tenía al cierre de 2020, de acuerdo con la Onei. No obstante, la propia entidad reconoce que actualmente la cifra ya es inferior a los 10 millones.
Además, advierte que, teniendo en cuenta la dinámica y la situación actual del país, la tendencia al decrecimiento seguirá siendo una constante. Si con anterioridad la Onei había calculado para mediados de este siglo la caída por debajo de los 9 millones, y la ONU proyectó menos de 6 millones para el 2100, al paso actual estos números podrían quedarse cortos mucho antes.
Con tales previsiones, lo lógico es que la población del municipio Plaza continúe cayendo y envejeciendo en los próximos años. Queda por ver si mantendrá o no su triste liderazgo entre los territorios con mayor retroceso de habitantes, pero en cualquier caso sobre los que permanezcan la carga será mayor y las dificultades presumiblemente también.
Sobre los ancianos, como los que hoy prevalecen en Plaza de la Revolución y muchas otras partes de Cuba, pesan aún más las carencias y precariedades cotidianas, así como la inflación y la depreciación inclemente de sus ingresos. Y también la soledad, la pérdida de apoyo, la emigración familiar y otros problemas con los que, como apuntan los datos oficiales, deberán seguir lidiando en la isla.
!!! Allá quién no llegué a la 3 ra o 4ta edad.!!! Ahora la tendencia de ” algunos es irse con el parole” y segregar todo lo que puedan a los adultos y no expresan ? Por qué ? tienen esas condiciones de vida.