El tiempo, que no perdona, ha hecho lo suyo, pero también la desidia, la chapucería, la despreocupación y la ineficacia de quienes deben velar por su mantenimiento y reparación.
Las aceras de La Habana ya no son lo que fueron una vez, décadas atrás. Su deterioro, ciertamente, no es nuevo, pero los años y las crisis se han cebado con ellas.
Hay partes de la ciudad más laceradas que otras. Pero prácticamente ninguna zona, ningún municipio, escapa a las heridas, algunas muy veteranas, todas lamentables.
No todas las roturas son iguales ni tienen el mismo origen. Pero todas, de una manera u otra, ofrecen una triste imagen de La Habana, un dolor que se extiende a muchos habaneros, mientras otros —tal vez la mayoría, tal vez no— parecen ya acostumbrados, ajenos, indolentes.
El tiempo, que no perdona, ha hecho lo suyo, pero también la desidia, el abandono, la despreocupación y la ineficacia de quienes deben velar por su mantenimiento y reparación. La falta de recursos y la chapucería se han aliado en muchos casos de la peor manera.
No han faltado personas que han roto aceras por accidente, por torpeza, y luego se han cruzado de brazos, sin que nada suceda. Y otras que, aun peor, las han destruido a voluntad, y tampoco ello ha tenido consecuencias.
Por si fuera poco, se ha hecho común que “arreglos” de entidades estatales terminen dejando en peor estado los lugares que han “intervenido”. No pocos trabajos en las instalaciones hidráulicas, eléctricas, o del gas, han quedado inconclusos o mal terminados, para fatalidad de las aceras.
Allí donde muchas veces se perfora, se rompe, quedan cráteres abiertos por tiempo indefinido, heridas supurantes que se inundan de agua, de basura, de tierra y desechos arrastrados. Incluso se convierten en basureros, en “lagunas” pútridas, en canteros y matorrales espontáneos.
Tal es la penosa realidad de muchas aceras habaneras y, con ellas, de la propia ciudad. Algunas, las más céntricas y visibles, quizá tengan suerte y puedan repararse, pero otras, ¿quién sabe? De varias de ellas nos deja testimonio con su lente nuestro fotorreportero Otmaro Rodríguez.
Saludos, ???? que se puede esperar de un país sin economía y que sus dirigentes no quieren aceptar ser cambiados por diputados de la Asamblea del Poder Popular ??
Saludos, ???? que se puede esperar de un país sin economía y que sus dirigentes no quieren aceptar ser cambiados por diputados de la Asamblea del Poder Popular ??