Más de 400 licencias para redes privadas han sido emitidas en Cuba, principalmente en La Habana, desde la entrada en vigor el pasado 29 de julio de una nueva resolución sobre las telecomunicaciones en la Isla.
Pablo Julio Pla, directivo del Ministerio de Comunicaciones (Mincom) cubano explicó al diario oficial Granma que este “proceso” –como parte del cual desapareció SNet, la mayor red privada de Cuba– se apoya en los estatales Joven Club de Computación y Electrónica (JCCE), a cuyos servicios pueden integrarse, a través de la conexión wifi, quienes han recibido las licencias.
Para ello se han creado “capacidades en TinoRed, la red de JCCE, empleando infraestructuras de otras entidades del Mincom para dar acceso wifi a estas plataformas privadas”, comentó Pla.
También se trabaja en la creación de “facilidades de infraestructura”, para brindar acceso y lograr una mayor cobertura.
“Hasta la fecha se han creado 12 sitios en La Habana y se han establecido facilidades en los servidores a nivel de red, para el servicio que se está brindando a las personas naturales y los usuarios de redes privadas”, aseguró a Granma José Carlos Cruz, director de Informatización de los JCCE, quien dijo que en fuera de la capital también se trabaja para conectar las redes a modo de prueba.
Estas conexiones ya se han establecido en 21 instalaciones de los JCCE en diez provincias, cuyos usuarios pueden acceder a todos los servicios de estos centros estatales e integrar “de a poco” otros servicios, fundamentalmente videojuegos como Battlefield, World of Warcraft y Dota, muy populares en las redes privadas que existían previamente en la Isla.
La más importantes de estas redes era SNet, la cual creció vertiginosamente en una década gracias a la iniciativa particular (individual y colectiva) y al margen de la legalidad –no existían normas que regularan esta actividad– y que según cálculos de observadores llegó a tener más de 40.000 miembros en la capital.
Sin embargo, tras las nuevas reglamentaciones del Mincom –que establecen potencias más bajas que las de SNet y menores distancias que las que cubría–, la convirtieron en ilegal y decretaron su muerte, a pesar de los intentos de sus miembros y administradores de negociar con las autoridades para lograr su supervivencia.
No obstante, los directivos del Mincom explicaron que “se han realizado gestiones” para legalizar redes privadas ya existentes en La Habana –sin hacer mención explícita a SNet– “mediante estudios topográficos del lugar donde estén alojadas” y “siempre que (sus cables) no atraviesen avenidas principales ni incumplan las normas regulatorias”.
De igual forma, se ha realizado una “correcta asignación” de frecuencias para “proteger el espectro radioeléctrico y optimizar su empleo”, lo que de acuerdo con Pla, permite una mayor conectividad de usuarios simultáneamente.
Las resoluciones en vigor establecen que las personas no necesitan autorización para usar las redes con carácter personal en el interior de sus casas, a menos que requieran de una antena exterior, lo que sí requiere una licencia del Mincom para conectarse con la infraestructura de la empresa estatal de telecomunicaciones Etecsa.
También es necesaria la licencia estatal para la conexión alámbrica de una red privada entre viviendas de un mismo edificio o manzana, sin atravesar la calle; mientras que para enlazar a otras manzanas se autoriza el uso de la conexión inalámbrica, “siempre que no exceda la potencia radiada de los 100 mw”.
La solicitud de licencias para redes privadas puede realizarse de dos maneras: de manera directa en las oficinas locales de la estatal Unidad Presupuestada Técnica de Control del Espacio Radioeléctrico, o de manera digital en el sitio web del Mincom.