Con los cubos en la sala y los pomos bajo el hombro vive mucha gente en La Habana hace días. La rotura en la conductora Cuenca Sur, que suministraba agua a los municipios Plaza, Centro Habana, Habana Vieja, Cerro, Boyeros y 10 de Octubre tiene sin suministro regular a más de 800 mil personas desde el pasado jueves 25 de mayo.
La rotura de la Cuenca Sur, que distribuía 3 mil litros de agua por segundo, es la avería más grande de los últimos 20 años. Esta semana concluyen las reparaciones en este conducto, el mayor de la capital, donde ya se trabaja en el tercer tramo de un kilómetro de tuberías de Polietileno de Alta Densidad (PAD) de 900 milímetros.
A su vez la falla de la Cuenca coincide con una de las sequías más fuertes de los últimos años. El cambio climático ha provocado que los períodos de escasas precipitaciones sean cada vez más extensos. La seca comenzó a mediados de 2014 y, este año, a pesar del incremento de las lluvias en los meses de abril y mayo (62 por ciento), se mantiene.
“Los embalses están solo al 38 por ciento de su capacidad, alrededor de 1 400 millones de metros cúbicos de agua por debajo de la media para la etapa. Agreguemos a estas cifras que, de los 100 acuíferos que se controlan por Recursos Hidráulicos, hoy existen unos 22 en estado desfavorable y 10 en estado crítico”, declaró a Granma Internacional José Antonio Hernández, Director del programa de Uso Racional del Agua del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos.
En medio de la crisis se han asignado varios carros cisterna, pero no han sido suficientes. Por cuenta propia las personas –aquellas que pueden– gestionan el abastecimiento: ahora mismo un taque de agua tiene un precio de 5 CUC en dependencia del lugar donde este ubicado el depósito.