Desde este sábado, regresa a las Playas del Este el esperado tren, un pequeño bálsamo para los habaneros en medio de la crisis que atraviesa el transporte en la capital y una opción económica en tiempos de inflación.
El tren, que saldrá desde el Patio de Cargas ubicado en Egido y Arsenal, lo componen una locomotora y tres coches, cada uno con capacidad para 48 pasajeros, señaló en Facebook el ministro del Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila.
Su recorrido, que suele tardar entre hora y media y 2 horas, tiene paradas intermedias: lugares como Arenal, Guanabacoa, Bacuranao o Tarará forman parte de su itinerario.
De acuerdo con el funcionario, circulará de martes a domingo, y el lunes queda reservado para las labores de revisión técnica y mantenimiento.
El horario de salida desde el patio de cargas será a las 9:00 a.m. y llegará a Playas del Este a las 10:32 a.m., mientras que el retorno será a las 6:05 p.m. con llegada a las 7:40 p.m.
En resumen, cada día, el tren moverá 144 personas en cada sentido, una cifra pequeñísima que está muy lejos de cubrir la demanda en estos meses de verano.
El precio del pasaje es de 35 CUP por persona, tanto para el trayecto hacia las playas como para el regreso a la ciudad.
Resulta una alternativa a las tarifas de un taxi botero particular que cobra unos 500 pesos por ese mismo viaje.
El transporte público en la isla padece desde hace algún tiempo una crisis estructural que afecta tanto a la capital como al resto del país.
La cantidad de ómnibus en circulación ha disminuido drásticamente en los años recientes debido a la falta de combustible, escasez de piezas de repuesto y el deterioro general del parque automotor, en un sector altamente deprimido por falta de inversiones.
En La Habana, por ejemplo, se ha registrado una caída significativa en la disponibilidad y calidad del servicio.
Durante 2024, solo un grupo reducido de 63 ómnibus recuperó su operatividad gracias a la adquisición de baterías y neumáticos, pero la demanda sigue superando ampliamente la oferta.
Se espera que antes de fin de año se sumen 70 ómnibus reparados, además de 60 rígidos y 40 articulados en proceso de reparación, pero estas cifras aún no son suficientes para cubrir las necesidades de los viajeros.
La crisis obliga a miles de cubanos a depender cada vez más de transportistas privados, que cobran altas tarifas, y de medios alternativos, como triciclos eléctricos y bicicletas.