La otrora villa de San Cristóbal de La Habana, devenida en capital de Cuba desde el lejano siglo XVI, celebra este 16 de noviembre su aniversario 502. Lo hace para conmemorar su asentamiento definitivo en la costa norte de la Isla, luego de haber nacido, pocos años antes, en el litoral sur cubano, en la actual provincia de Mayabeque.
De esos primeros tiempos, en los que hubo incluso un primer traslado hacia la desembocadura del norteño río Almendares, poco ha quedado en la memoria nacional. Así que 1519 es hoy aceptado oficialmente como el año fundacional de la villa, a la que ya en 1592, por decisión del rey español Felipe II, le fuera conferido el título de ciudad; que poco a poco fue dejando atrás los alrededores de la bahía primigenia y la seguridad de sus murallas, para crecer tierra adentro y multiplicar sus pobladores.
Más de cinco siglos después de aquel alumbramiento, el aire legendario de lo ocurrido entonces alrededor de una ceiba sigue siendo reverenciado por los habaneros, que en cada aniversario acuden puntualmente al sitio donde se celebró la primera misa y el primer cabildo, y donde sería levantado El Templete con su columna conmemorativa, como evocación y tributo de aquellos históricos sucesos.
En 2021, a dos años de la recordada celebración por su medio milenio, La Habana se apresta a vivir una conmemoración peculiar. Con la pandemia en retroceso y la reapertura a gran escala este lunes del turismo y los vuelos internacionales, la ciudad ha programado una amplia jornada de celebraciones para dar cauce a las añoranzas y alegrías renacidas luego de meses de restricciones obligatorias por la COVID-19.
Esa jornada, en desarrollo desde hace varios días, coincide, además, con la convocatoria de una marcha cívica opositora, considerada “ilícita” y, en consecuencia, no autorizada por el gobierno cubano. Ante tal situación, que ha polarizado posturas y elevado las tensiones dentro y fuera de la Isla, las autoridades habaneras aseguran se mantendrán las actividades previstas y no se empañarán los esperados festejos.
La Habana enviará “un mensaje de amor y paz a todos los cubanos” en su aniversario 502
Pero, aun con la sombra de este posible escenario, La Habana ―y, en especial, su centro histórico― se ha venido preparando para el aniversario. Y en particular lo ha hecho la Oficina del Historiador de la Ciudad, encargada de la restauración y conservación del patrimonio habanero, que, ya sin la presencia física del Dr. Eusebio Leal Spengler ―fallecido el pasado 2020―, trabaja para honrar su legado con el impulso a proyectos sociales y la realización y entrega de nuevas obras.
La Habana, ciertamente, dista mucho de ser todavía lo que soñó Leal y no es ajena a las muchas dificultades y turbulencias que atenazan el día a día de los cubanos. Pero sus 502 años bien pudieran ser un momento para congratular su historia y avivar su añejo espíritu, de cara a los desafíos y las necesarias renovaciones a futuro. La ceiba del Templete espera ya por las nuevas vueltas y los buenos deseos para la capital cubana.
Este artículo parece un plegable del Ministerio de Turismo, hablen también de La Habana profunda, la de las carencias, las de las calles intransitables por los huecos, la de los salideros de agua por doquier, la del transporte que no pasa, sean sinceros, no sean cómplices. Saludos
Buen trabajo,. Excelentes las fotos. de Otmaro Rodriguez. Uno se recrea mirándolas. Lástima que como suele ocurrir en estos tiempos tan a menudo en tanta prensa, no identifican con un pie de foto del lugar de que se trata, pues repetir hasta el cansancio, nada menos que treinta veces, “La Habana en sus 502 años de fundada,” y el nombre del fotógrafo, en nada resulta periodístico. Nada, informartivo, Y OnCuba es una buena publiacion que no debe caer en esa falta de profesionalidad.
nicolas
Pésimo texto! De que celebración hablan, de una turba de personas dando gritos y la Habana militarizada, el capitolio rodeado de policías que miran al pueblo con rostro de odio. Una Habana sumida en una polarización extrema. No hay nada que celebrar. Solo tristeza y desamparo se respira en esta ciudad