Con el temporal tocando a la puerta, La Habana vive este viernes una jornada de espera, mientras su gente intenta prepararse para el evento meteorológico pronosticado y continúa sorteando las dificultades cotidianas.
El día amaneció lluvioso y gris en la capital cubana como un presagio de lo que debe suceder este fin de semana.
De acuerdo con el Instituto de Meteorología de Cuba (Insmet), una baja extratropical se formará en el Golfo de México y, en combinación con un frente frío, provocará “un deterioro de las condiciones del tiempo” en el occidente cubano.
Lluvias, fuertes vientos e inundaciones costeras forman parte del coctel previsto para los próximos días por los expertos, que no descartan “la posibilidad de ocurrencia de tormentas locales severas”.
Según se alertaba este jueves y reitera el más reciente Aviso Especial del Insmet, “estas precipitaciones pudieran llegar a ser fuertes e intensas en algunas localidades, además del habitual incremento en la fuerza del viento al paso de las áreas de lluvias”.
Lluvias, marejadas e inundaciones costeras para este fin de semana en el occidente de Cuba
Los vientos pueden llegar a ser de entre 25 y 40 kilómetros por hora, situación que “ocasionará fuertes marejadas en la costa norte occidental, con inundaciones costeras de ligeras a moderadas en zonas bajas de este litoral, incluyendo el malecón habanero, a partir de la mañana del domingo”.
Ante este presumible escenario, la Defensa Civil emitió una alerta en la que enfatizó en la atención a “las comunidades ubicadas en áreas de riesgo por inundaciones” y orientó a la población a mantenerse informada por los medios y canales oficiales, y a “cumplir disciplinadamente las indicaciones impartidas por las autoridades locales”.
Con el eco de estas previsiones y mandamientos, los habaneros salieron este viernes a las calles a hacer su vida y avituallarse lo mejor posible para el temporal.
La crisis económica y la inflación disparada no facilitan las cosas para los residentes en La Habana en este empeño. Y no son pocos los que cruzan los dedos para que las aguas y los vientos se apacigüen y no causen más daños en una ciudad ya bastante golpeada.
Días atrás, otra tormenta provocó inundaciones y derrumbes en varias zonas de la capital. Informes preliminares de las autoridades confirmaron la ocurrencia de una veintena de derrumbes como consecuencia de esas lluvias, sin que, afortudanamente, hubiera que lamentar fallecidos esta vez.
Con los vientos que soplan —y, sobre todo, que soplarán este fin de semana— nuevas caídas y afectaciones podrían ocurrir en los próximos días. Y La Habana, con sus muchos edificios derruidos y basureros desbordados, tendrá que capear la adversidad lo mejor posible.
Después, según los meteorólogos, las lluvias avanzarán en la isla, los vientos y las marejadas irán menguando, y a La Habana llegarán la calma y el frío.
Para entonces, la próxima semana, los habaneros ya sabrán qué habrán dejado las aguas tras de sí. Y volverán a sus vidas y preocupaciones habituales, a la espera del siguiente mal tiempo.