OnCuba recomienda la lectura de este texto de Carlos Manuel Álvarez, publicado en El Malpensante:
No estoy más feliz que acobardado, y tal como suele suceder cada vez que euforia y miedo se amalgaman, el resultado final es la estupefacción. Este 17 de diciembre, como casi siempre, yo me había despertado sobre el mediodía. Y mientras me aseaba, Barack Obama y Raúl Castro le anunciaban al mundo que, después de cincuenta y tres años de ruptura antagónica, Estados Unidos y Cuba reestablecerían relaciones diplomáticas. Resulta obvio que para los estadounidenses no es una noticia de la misma magnitud que para los cubanos. De ahí que probablemente ningún gringo esté ahora, tras el anuncio, desconcertado, preguntándose qué cosa es lo que está sucediendo o qué cosa es lo que va a suceder.
En cambio nosotros –campeones de la altisonancia, que hemos pretendido hacer de la épica una rutina, que no hemos vacilado en catalogar de suceso histórico cualquier escaramuza ideológica o cualquier intempestivo capricho del gobierno– estamos comiéndonos a preguntas en tiempo real, haciendo conjeturas, o buscando algo de claridad en la opinión del prójimo de un modo que nunca antes se nos había visto. Cuba acarició una vez el sueño magnífico de la Revolución, y de cuánto han querido alargarlo se desprende todo nuestro drama. Mis padres, y lo que vino después de mis padres, por duro que suene, ha vivido en ese alargamiento. Hoy lo hemos confirmado. Es como si después de tanto coquetear aprendiéramos repentinamente que, cuando la historia aparece, aparece en serio. Y por más que digan que a los acontecimientos hay que soltarles cordel y pensarlos con frialdad, en estas apretadas veinticuatro horas yo he creído ver una maqueta de lo que se avecina, una estantería repleta de símbolos.
La primera gran prueba del cisma que acaba de ocurrir entre los cubanos habría que buscarla en nuestra psique. No estamos ante un hecho que redireccionará solo nuestra realidad económica o cultural o social, que ya es bastante, sino ante un hecho que nos obligará a renovar nuestro lenguaje, las palabras que solemos usar, los conceptos en que nos fuimos acomodando como pueblo. Cambiado de porrazo el discurso oficial, ya cambia también, de un modo que nos asusta, la relación y el diálogo de cada uno de nosotros con ese poder, sea lo que sea que nos inspire: confianza, amor, odio, decepción, entusiasmo, hastío. En la Mesa Redonda (el programa por antonomasia del oficialismo cubano), los mismos voceros que hace una semana hablaban de “imperio”, para referirse a Estados Unidos, hoy, con una ecuanimidad que raya en el descaro,hablan de “vecino”. Y después de todo tienen razón. Porque Estados Unidos ha empezado desde ya a ser nuestro vecino. Algo que, de haber admitido hace tan relativamente poco tiempo como anoche, podía acarrearnos el incómodo cartel de antipatriotas. Esa frase tan recurrente en los manuales históricos, que dice: “tal país se acostó capitalista y despertó comunista”, o “tal comarca se acostó feudal y despertó burguesa”, en este caso cobra una pasmosa literalidad. Después de una larga, inmensa posposición de cinco décadas, Cuba ha despertado de nuevo con su gran interrogante ontológica rondándole la cabeza. ¿Cómo vamos a lidiar con Estados Unidos? ¿Y qué va a pasar en esa lidia? ¿Vamos a ser un mejor o un peor país?
Yo creo que esta pregunta trae consigo la idea predominante de la última temporada histórica. Y es la que nos dice –o nos dijo– que la nación –su quehacer– podía llevarse a cabo sin Estados Unidos. Después de todo, la larga amistad con la Unión Soviética no buscaba más que demostrar esa hipótesis. En alguna medida, la urgencia de que una Latinoamérica unida y poderosa acabe de fraguar, una Latinoamérica a la que martianamente podamos volcarnos, esconde también ese deseo. Y los cubanos, a pesar de que en los últimos veinticinco años hemos exigido hasta el hartazgo el cese del embargo económico, nos adaptamos a prescindir de Washington, a afrontar al vecino como si el vecino fuera, estrictamente, el maligno, y no pensamos seriamente que un día el deshiele se fuera a producir. Exigimos el cese del embargo, pero como una consigna, como un eslogan aprendido, y nadie nos preparó para lo que podía ocurrir si tal exigencia se cumplía o estaba en vías concretas de cumplirse. Washington como un agujero negro: algo poderoso, algo que nos succiona, y algo que no vemos, algo que no queremos ver y que, para no ver, estereotipamos.
¿Resultado? Tendremos que seguir gestionando nuestra independencia, pero ahora con los estadounidenses en el tablero (lo cual, además de ineludible, vuelve la empresa más compleja e interesante y conlleva a la única cuestión que verdaderamente nos puede medir como pueblo y es si, a pesar de todo, estamos preparados para ello). Lo paradójico, sin embargo, para que tal independencia no sea tragada, es que la soberanía tendría que dejar de ser el fin. La Revolución nos ha dicho –hasta un punto donde resulta inverosímil, porque tanto despropósito e impericia no puede ser justificado– que nuestra sostenida falta de prosperidad y bienestar es el precio a pagar por una independencia política que por nada del mundo deberíamos perder. La independencia per se. Y este emblema sagrado ha sido llevado a tal extremo, que decir hoy que la independencia per se no conduce a ningún lugar es rápidamente entendido como una actitud cuasi anexionista. Tales polarizaciones, ese tipo de simplicidades, son las que, al parecer, comienzan a desmontarse.
Me viene otra imagen. Vivíamos en default, y hoy se activaron los controles, y los tenemos en nuestras manos.
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Salgo a la calle. No hay desatadas expresiones de júbilo. Cuba está feliz, no cabe duda. Cuba, también es cierto, tiene ganas de ser muy feliz, no aguanta un sacrificio más. ¿Y cómo testimoniarlo, si no hay desatadas expresiones de júbilo? ¿En qué me baso? Estoy yo, y está mi madre y mis íntimos, y están las anécdotas que llegan de la calle. La gente que le agradece a San Lázaro, porque hoy es su día, y por el milagro. La gente que dice que se encontró con no sé quién, un sujeto cualquiera, y no sé quién estaba llorando. Todo pasa con cierto recato. Es como si la euforia de Cuba ocurriera de puertas para adentro o como si la euforia misma nos anestesiara. No estoy seguro de que un extranjero que acabe de desembarcar pueda percatarse de lo que nos sucede. Balbuceamos. Repetimos naderías. Nuestro éxtasis es raro y algo alocado, como un opio general que la isla hubiera ingerido, como una droga colectiva fumada por todos. En cierto sentido, es justo. Llevamos tantos años desfilando por cualquier minucia, celebrando con pancartas y lemas cuantos aniversarios sean posibles, que hoy merecemos festejar a la inversa, porque en Cuba se han trocado los papeles y el silencio y la contención son nuestro grito.
Hoy, además, fueron canjeados tres agentes cubanos por un subcontratista estadounidense y por otro agente de Washington de origen cubano. Y los tres agentes –elevados a categoría de héroes juntos con los otros dos que ya estaban en el país– ocupan los titulares. El reencuentro de cada uno de ellos con sus familias. El encuentro de los tres con Raúl Castro. La llegada a sus respectivos barrios. Los vecinos que los abrazan y los aúpan. La presencia de “Los Cinco” en nuestras vidas, durante los últimos dieciséis años, ha sido absoluta. Los mencionan en la radio. Aparecen cada media hora en la televisión, bajo los más variopintos anuncios. Danny Glover comenta el caso. Silvio Rodríguez los recuerda en sus conciertos. Manos naif mal pintan sus rostros casi desnutridos, como si fueran criaturas de Fidelio Ponce, en las paredes de la ciudad, en los murales de las escuelas, en los portales de los centros de trabajo. Políticos de primer orden adornan sus discursos con el tema. Los deportistas que obtienen medallas les ofrecen su oro, su plata o su bronce. Todo, absolutamente todo, está dedicado a “Los Cinco”.
No es que sean héroes para mí, pero yo también quería que regresaran. Eran víctimas de una guerra fría y no merecían sus excesivas condenas (lo que no quiere decir que no queden por ahí muchas otras víctimas anónimas; exiliados que no pueden regresar y que fueron expulsados de su país, por ejemplo). Lo que me interesa ahora es lo siguiente: aun cuando nosotros hayamos celebrado cosas por muchísimo más tiempo, parece inverosímil que nos pasemos otros dieciséis años celebrando la llegada de los agentes, de ahí que una de las consecuencias directas del regreso es que una viga importante del discurso mediático del país se vendría abajo. Están hoy, desplegadas, todas las banderas que imaginábamos. Reporteros y fotógrafos que se arrancan las vestiduras y que sienten correr por sus venas el manantial cristalino de la Patria e incluso, si los dejan, hasta el espíritu galopante de algún mambí bravío. Periodistas preocupados, más que todo, por dejar clara su militancia, compitiendo entre sí por ver quién se pone más contento. Miro el noticiero y lo que pienso es que justo la voz chillona y grandilocuente de la periodista es lo que no me permite emocionarme con las imágenes del reencuentro entre los agentes y sus madres, esposas e hijos.
Hoy, sin embargo, no me molesta. Quizás porque sé que el momento supera cualquiera de nuestras miserias personales o porque necesito creer que a ese discurso le resta poco tiempo. Al menos se le acabaron las excusas. Después del regreso de sus héroes, a Cuba no le queda otra que mirarse en su propio espejo, de una bendita vez. ¿Qué tono usar, si el acento de gesta languidece? El acento, por otra parte, en que nos hemos educado, el tono que nos vio nacer. Un tono inservible y que, por más que queramos deshacernos de él, nos despierta el afecto de un amigo viejo, nos trae nostalgia. ¿Qué nos vamos a decir ahora? Respuesta: silencio. Nuevamente silencio. Estamos descubriendo casi con pavor, como una criatura que recién abre los ojos, que la buena nueva nos usurpa la voz, porque todo nuestro vocabulario estaba supeditado a la confrontación, al imaginario bélico. Estamos celebrando los cubanos algo que podría venir, una posibilidad, pero también padecemos, hoy, la tristeza de la tribu que entierra su dialecto.
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El discurso de Obama es emotivo. El de Raúl Castro no lo es. ¿Cómo decirlo sin que te miren con malos ojos? No hay manera. Que te miren con malos ojos es un rezago del dialecto que acabamos de enterrar. No hemos enterrado nada, entonces. Vamos, en cambio, a asistir en los próximos años a un proceso traumático, en la medida en que son traumáticos todos los procesos mediante los cuales un país se empieza a mover hacia su futuro. Mientras tanto, Obama cita a Martí, habla incluso en español, dice una frase tan estrictamente pensada como “Todos somos americanos”, y Raúl Castro, fiel a su parquedad, viste el uniforme de General, habla detrás de un buró, en una oficina con aires de búnker, sin ningún tipo de espacio ni de claridad a su alrededor. A los pocos cubanos que han podido presenciarlo, aún a los que simpatizan abiertamente con Raúl Castro, el discurso de Obama les dice más. Culpar al presidente cubano por su proyección sería justo si no hubiera además otras múltiples fallas de nuestro sistema a nivel de imagen y discurso. Estamos llegando tarde a nuestro propio acontecimiento. Y eso no fuera tan grave si no indicara que también estamos llegando y hemos estado, por años, llegando tarde a nuestra realidad. Alan Gross aparece ante las cámaras del mundo en cuanto arriba a Estados Unidos. Los agentes cubanos no aparecen hasta ocho horas después. El destino de Cuba decidiéndose, y Cuba paseándose por la alameda.
A partir de ahí, todo no ha sido más que golpes inconexos, y que yo espero tengan finalmente alguna relación. La confirmación de que para mi madre la Patria no es lo mismo que para mí. El intento doloroso de mi madre porque Cuba nos signifique lo mismo. Su resignación ante la evidencia. La certeza de que algunas de las cosas que para mi madre son cuestiones sagradas para mí son bulos, y de que, por más bulos que sean, no tengo ningún derecho a derrumbarle las bases o los sueños sobre los que se construyó su educación sentimental, las ideas en las que vertió esfuerzo, los proyectos en los que se le fue la vida. El recuerdo de mi padre. Que viene de padres analfabetos y estudió medicina sin abonar un centavo y eso le provocó una deuda de gratitud que siempre estuvo dispuesto a pagar, y que no pudo pagar porque casi lo echaron del país y se tuvo que ir a Miami, y hoy no está en Cuba sino, con su título de médico, pintando paredes y restaurando fachadas en Estados Unidos, y pienso en qué estará pensando él ahora de todo esto, de su país, y si se enteró de la noticia subido encima de un andamio o en el horario de descanso mientras se tomaba una Coca Cola, digo yo. Pienso en lo feliz y plena que fue mi infancia dentro de una familia comunista. Pienso en lo que se va a quedar en el camino. Pienso en el tiempo que derrochamos. Pienso en esa bruma que no se ve y que se avecina. Del modo en que casi nunca logra uno figurarse las cosas abstractas, pienso en Cuba. Pero no sé, obviamente, qué es Cuba. Quería usar, en algún sitio, la palabra cubano, pero dicha con fraternidad, como comunión. No me sale. Yo también soy el resultado de algo. Pienso en el gringo al que nada de esto le interesa.
Esto está para releerlo muchas veces, parece un buen y necesario consejero de pragmatismo. Que falta nos haría una segunda venida precisamente ahora de los tres santos cubanizadores Varela, Heredia y Martí para ayudarnos a manejar los controles que se activan, porque es mucha verdad que el “default” se acaba, pero la inercia del dialecto de la tribu, puede, antes de parar su movimiento, desviarnos del buen camino.
Nuestro vecino……..como ahora le llamamos, sigue siendo el mismo, que impone, amenaza, mata y destruye pueblos, sigue siendo el mismo que ocupa por la fuerza un pedazo de nuestra patria, sigue siendo el mismo de la fruta madura y del apetito voraz. Y por eso no puede haber alegría desbordante, no la puede haber porque esto es un PACTO, un pacto como el del Zanjón, un pacto sin independencia, sin Guantánamo. Y lo peor de todo, con un Maceo sin mambises, con una tropa desmoralizada aunque siga dando vivas a la revolución. Dijo Martí “Hacer es la mejor manera de decir”, y ¿Qué hicimos? Es cierto que hubo y hay limitaciones, pero también hubo con que hacer, hay con qué hacer. Ahora vendrá la tregua y con ella…..y con nuestro vecino, quizás hasta una mejoría económica que tanto necesitamos para resolver nuestras carencias y dificultades, de las que lógicamente “nadie tuvo responsabilidad o culpa”. Problemas que causaron “otros”, incapacidades de “otros”, NUNCA NUESTRAS. En lo personal pienso que PERDIMOS ESTA GUERRA AUNQUE HAYAMOS GANADO MUCHAS BATALLAS. Para los que celebran con vítores este pacto, que recuerden A Martí y reflexionen “la pobreza pasa, lo que no pasa es la deshonra que con el pretexto de la pobreza suelen echar algunos hombres sobre sí”.
pense que este escrito era mas profesional , a los estado unido siempre se le llamo de diferentes formas y una de ella siempre fue los vecinos del norte esa frase no es nueva por ue halla restablecimiento de relaciones , ademas no para los cubanos solo para el mundo entero esta noticia es de gran importancia ya que dos naciones que por 53 años hallan sido enemigo y de pronto decidan restablecer relaciones es una buena noticia para todo el mundo y mas con lo convulso que esta , ademas si su padre era medico en cuba da pena que el dueño del escrito diga esto por que usa un pais con tanta posibilidades por que las hay para todos , porque su padre no revalido el titulo creo que nunca fue un buen medico en cuba esa es la respuesta , porque de haber sido buen medico en cuba nunca hubiera perdido la oportunidad de realizarse como medico en usa y mas sabiendo lo que gana un profecinal de esta envergadura en usa , ademas esta decision es inteligente no solo para cuba si no para usa tambien , ya que esto es un momento donde las grandes potencia buscan lugar donde ubicarse y esta isla seria un lugar clave para rusia
Buenisimo!
Excelente articulo,, al principio pense que no lo leeria todo, pero me clavo en la lectura.
Gracias!
Es muy interesante su artículo, en el usted responde con claridad y sinceridad su opinión referente a la normalización de las relaciones de Cuba y Estados Unidos, como usted y los cubanos que vivimos dentro o fuera de Cuba también tenemos nuestras propias opiniones e interpretaciones referentes a la realidad cubana.
Ante todo debo decirle a usted que soy cubano nacido y criado en Cuba, nací con la revolución cubana en la Habana, Cuba, viví toda mi infancia, adolescencia, juventud en Cuba, allí pase los mejores momentos de mi vida, disfrute mi infancia jugando bolas en las calle, jugando las cuatro esquinas, tirándole huevos a los vecinos que rompían las pelotas cuando estas caían en sus casas, montando carriolas y bañándome en los aguaceros.
Fue una infancia que no la cambiaría por nada en este mundo. Luego crecí y llegaron a mi vida otros amigos, otras novias y debo decirle que mi juventud fue bonita también, luego conocí a la que hoy sigue siendo mi esposa, nos casamos y luego nació nuestro primer hijo. Después de algunos unos años mi esposa y yo decidimos emigrar a los Estados Unidos con nuestro primer hijo para reunirme con mi madre y mi hermana que vivían en él.
Paso el tiempo ese que nunca perdona, ya llevo en este país veinte años, luego nació mi hija, ella es norteamericana pero habrá mejor español que yo, al igual que el inglés y aunque todos en mi casa nos hicimos ciudadanos norteamericanos seguimos siendo tan cubanos como usted que vive en Cuba.
Y es en este punto en el que me detengo, y pregunto. ESTAMOS LOS CUBANOS QUE VIVEN EN LA ISLA Y LOS CUBANOS QUE VIVEN EN EL EXTERIOR SOBRE TODO LOS DE MIAMI, como yo. Preparados para un verdadero cambio en Cuba. Yo no lo creo, yo sé que el primer paso si esta dado, pero el segundo todavía no se ha creado, aun no existe.
Han sido 55 años de revolución, en todos esos años solo hemos podidos sembrar tanto los que viven en Cuba como los que vivimos en Miami, el odio, la división entre las familias, la desconfianza, y el atrincheramientos entre dos trincheras de ideas donde cada una piensa que tiene la razón y es incapaz de escuchar a la otra parte.
Si queremos una Cuba nueva, no bastan las relaciones entre dos países que fueron enemigos por cinco décadas, TODOS TENEMOS QUE CAMBIAR DE ADRENTRO HACIA AFUERA, sin importar el camino que Cuba y USA tomen por si solos.
Todos tenemos el derecho y el beber de construir una nueva Cuba, donde las ideas, los principios y los sueños de todos fuera y dentro de Cuba puedan convivir juntos. No pueden seguir siendo aquellos que dicen ser comunistas, o fidelistas, o raulistas que la verdad solo les pertenecen a ellos y que todo lo que no esté de acuerdo a su ideología simplemente no funciona y debe desaparecer.
Tampoco creo en aquellos llamados capitalistas como yo, que vivimos en Cuba y sabemos cómo funciona todo allí, pero ahora que vivimos en Miami y por conocer otro sistema capitalista donde hemos aprendido a vivir en él y hemos podido salir adelante es el que debemos imponer en Cuba.
SI ME PREGUNTARA CUAL ES MI SUEÑO, yo lo resumiría de esta manera.
Sueño con una Cuba libre, independiente y democrática, cuando digo libre es libre de decidir su camino, donde el gobierno no controle ni limite las ideas y aspiraciones de su pueblo, donde ningún país extranjero quiera convertir a Cuba en un modelo chino e interferir en su libre determinación, donde los que decidieron seguir viviendo en Cuba y los que decidieron por cualquier motivo sea, político, religioso, económico o el que sea salir de Cuba, pueda regresar a su país libremente, no con una visa de turista, por un corto tiempo, si no como cubano libre y entre todos los de adentro y los de afuera poder construir un nuevo país que represente a cada uno de los cubanos sin discriminar su ideología y su afiliación partidista.
Sueño con aquel que hoy es comunista y decidió vivir en ese sistema sea amigo del capitalista que decidió vivir fuera de Cuba, pero que sigue siendo cubano porque él no pidió nacer en Cuba fue la casualidad o la suerte que sucediera, que los dos se respeten y tengan los mismos derecho y oportunidades, que cada cual tenga la oportunidad de creer en cualquier ideología que le dé la gana, pertenecer al partido político que le dé la gana, tener la oportunidad de elegir a quien el desee como sucedió en USA con Obama.
Sueño con una Cuba en que todos seamos participes del cambio y entre todos pongamos nuestras ideas y esfuerzo por ver renacer una Cuba donde seamos el faro del mundo y todos comunista, o no, seamos hermanos. No más división, las divisiones solo separan a los pueblos y benefician a un grupo reducido de personas.
Que ningún cubano se le niegue el derecho de entrar en su país por el solo hecho de no estar de acuerdo con el sistema o estar en una lista negra que el gobierno cubano utiliza a su conveniencia, todos nacimos en esa isla y todos pertenecemos a ella.
Sueño en una Cuba con respeto a los derechos humanos, donde nadie se discrimine por pensar diferente, se le encarcele por pensar diferente, se le de golpe por pensar diferente. Los derechos humanos son universales y están creados para todo ser humano en cualquier parte de mundo. Es el derecho a la vida, a la libre expresión, a la libertad de movimiento, de religión, de asociación entre otras cosas más. No le pertenece a una sola nación es para todas las naciones, dependen de sus gobernantes el implantarlas y hacer un mejor país o ignorarlas y hacer un peor país.
Termino diciéndole a usted, que sus sueños son los míos, yo como usted quiero ver una Cuba prospera donde se viva con dignidad. El día en que Cuba decida caminar por si sola hacia adelante sin injerencia internas o externas, sin caudillos, sin víctimas y victimarios, donde todos los cubanos seamos uno solo tratando de crear un mundo mejor que el que nuestros padres nos dejaron. Ese día estaremos en el segundo paso de esta historia construyendo un futuro mejor para todos, para justos y pecadores.
Dios bendiga a Cuba la tierra que me vio nacer, y a todos los cubanos blancos, negros, chinos, mulatos, católicos, cristianos protestantes, judíos, ateos, comunistas, capitalistas, de dentro o fuera de Cuba.
Donde vive un cubano, hay sembrado en su corazón una bandera cubana, no importa en donde tu este.
Orlando Fernández
Muchas gracias, por expresar los que muchos cubanos no podemos o no sabemos.Un abrazo
sii muy bonito el principio, el final no me ha gustado
Distinguido y estimado escritor del articulo. Paisano, cubano de alli, de mil estancias, cubanos todos. En sentido general su articulo me parece realista, objetivo, coherente y redactado con atencion a no abrir heridas, sino a crear los puentes que sean necesarios para el bien de nuestra tierra.
Para comenzar, el termino utilizado “tribu” se me antoja darle matiz de carnaval de pueblo, o dicho de otra manera, deja ver un poco la filosofia del cubano que la lleva a todos los rincones del mundo a donde el estido lo ha empujado. “Con una lata y un palo, se arma el guateque cubano”, con almuerzo, comida, ropa y fiestas, hemos sido los “mas felices”, y hemos ido de lo simple a lo riduculo, quiero pensar que por las infulas de las manos del “diablo”. Cambiemos el color del cielo? Que baje el almagedon a ver que color quiere darle, lo que es bien imposible. La “tribu que entierra su Dialecto”, se me ocurre pensar que alli, a donde hay predominio de la tribu, se mantiene el dialecto, se mantienen las costumbres y esa filosofia de via, bien pintorezca, aun existiendo Coca Cola, Grandes y surtidos Super Mercados, y otras cuestiones que no se pueden negar, como mismo “No se puede tapar al sol con un dedo”. Aun asi, y aun en persistencia del “Dialecto”, no es menos cierto lo que usted dice, y lo apunto desde mi interpretacion: Ya esta bueno de felicidad a medias, de felicidad momentaneas, de felicidad incoherente, Es hora de la busqueda de la plena felicidad, y esa felicidad debe de estar basada en union familiar, en proyectos familiares, personales, en superacion cultural y en contacto directo con los acontecimientos del mundo a traves de las nuevas tecnologias, basada tambien en el respeto a lo que los demas piensan y a lo que cada uno de nosotros pensamos.
Ciertamente los discursos kilometricos aplaudidos durante medio siglo, el no demostrar la imprescindible euforia por el futuro que pudiera comenzar a hervir cuan elixir para todos, es parte de un desconsuelo acumulado, y de una fatiga que llevamos sobre las espaldas de los de adentro y los de afuera de la isla. Tanto tiempo esperando la merienda, tantos balseros hermanos quedados en el intento, puede llegar la merienda, nos lo anuncian y ahora queremos dejar ver que no es imprescindible. “Casos y Cosas de Casa”. La verdad de cada uno, y el sentimiento real de deseo, esta unicamente fundido a las realidades cuando cada uno se pone la mano en su pecho, lo demas, admite todos los nombres que se les quiera dar.
Nuestro pais, no ha estado bien, una cosa fue el intento, quizas el deseo por no verme en la situacion de pensar por nadie, y otra cosa fue y es la realidad. Eso fue admitido hace un tiempo: La economia cubana ha sido un fracaso. Quien puede negarlo? Quien se atreve entonces a decir que nuestro concepto o modelo de apaga fuegos en varios continentes nos ha traido felicidad? Los periodicos que digan lo que digan, los demas tambien, pero primero se ha de barrer para la casa, para los nuestros y despues se ayuda en lo que se pueda. Recuerdo la frase de ” Vestir un Santo y desvestir otro”. Quisimos vestir a Viet Nam, a Peru, a Nicaragua, a Bolivia, Angola, y otros tantisimos, ellos al final se han puesto el traje que han querido ponerse y economicamente nos pasaron por el lado, hace bastante tiempo: Que dolor, que pena!.Recuerdo que en la epoca de la maldita guerra fria, y de la llamada correlacion de fuerzas entre USA-URSS, o entre el tratado hecho por los paises del bloque oriental y el occidental, fuimos subsidiados por la Rusia (para mi no comunista, pero esto es otro tema de conversacion), y los demas miembros del CAME, entonces, abrimos la boca como pichones para comer, recibir y no producir, no fuimos capaces de desarrollar nuestras fuerzas productivas y estabamos contentos con fiestas, carne rusa, sardina en lata y hasta ajies rellenos. Que perdida de tiempo. Despues donde se tenia que sembrar platano, se sembrava cana de azucar, y despues al reves. Himnos, consignas, y detras de todo, “Huye que viene el Cucuye”, la conga.
Llego la epoca de puerta abiertas a los extranjeros de casi todas partes del mundo, y las avalanchas de prohibiciones para los nativos…..sufrimos la reconquista oportunista, y lo celebrabamos con fiestas, nos saqueraon cuando Hatuey, Guama de oro y piedras preciosas, esta vez con nuestras hermanas. Que pena, que dolor. Y asi y todo pudimos mantener nuestro Dialecto. Parecemos gladiadores pero siempre con las alegrias a flor de piel, a cambio de sacrificios de todo tipo. Si Maceo o Marti vieran eso, moririan de infartos ellos y los que defendian la causa de la “independencia”. La independencia debio de haber sido mas que un himno o una consigna, pero hasta la actualidad hemos llegado.
Muchos paises de la region nos aplaudian las proezas, las decisiones de “pa lo que sea, y de defenderemos esta revolucion al precio que sea necesario”, sin embargo, jamas en todos estos anos, sintieron la competencia de las mejores playas, los mejores musicos y artistas, los mejores deportistas, los mejores cientificos, y un perfecto anfitrion como hubiese sido “La Perla del Caribe” por sus bondades geograficas, y la cultura o mejor dicho wl nivel educacional de la poblacion en la Isla. No nos llevemos al engano, menos mal que no tenemos fronteras, menos mal. La realidad es que si reunimos a 500 paisanos al azar, despues de una de esasa manisfetaciones y grandes celebraciones alavando simbolos, griando consignas, al menos 400 quisiseran abandonar la isla, y eso lo sabe hasta el pipisigallo. No es chiste, no es broma y negar las evidencias es pecado, mas alla de sintomatologia de ignorancias o de espaldarazos.
En tiempos en que como bien usted plantea, deberiamos estar expresando jubilo por los acontecimientos que nos pudieran llegar, algunos somos mas que frios, mas que pacientes, mas que conformistas por el “que pase lo que tenga que psar”, nadie celebra las nuevas noticias como celebramos la partida de la llamada escoria por el Mariel durante el 1980, cuando el momento y la historia ha dicho que este es la mejor ocasion que tiene la poblacion, y los cubanos de adentro y de afuera en los ultimos 55 anos. No queremos reconocer que nos pudiera llegar lo que durante anos, millones de paisanos han y hemos salido a buscar por todas las vias posibles, sean cuales sean las causales. Algunos critican la noticia, otros ponen obstaculos aferrandose al singnificado de heridas que “por sabiduria deberian de estar listas para pasar paginas. Esta es una orilla, y la otra orilla quiere resaltar logros ficticios que son desmoronados por la razon, y a estas alturas son capaces de exponer que no renunciaremos a nuestros ideales, que la noticia del pasado 17 de diciembre, fue un triunfo de la revolucion. Existe una enfermedd de orilla a orilla que no es mas que la caricatura del inconformismo, el oportunismo, y la ceguera. El 17 de Diciembre, se pronuncio San Lazaro, el Milagroso para enviarnos un verdadero mensaje de SALUD, al que debemos de acatar con sabiduria de la epoca en la que nos encontramos. Coincido con usted en la reflexion de que es mejor dar un paso, despues otro y caminar con ilusion y positivismo, para llegar a los mil pasos, que no dar ninguno, y continuar el el desesperanzador y desangelado dia a dia, viviendo de mil tribulaciones tribales.
Como es posible que Obama no salga con el uniforme de comandante en jefe de las fuerzas armadas mas poderosas del planeta y que Raul salga serio, ensimismado con su uniforme de general de division? Cual es el mensaje, quieren o no quieren, queremos o no queremos? Donde estan los asesores de Raul? Que pelicula estan viendo? Solo la de ellos? Quieren seguir jugando al raton y al gato, o al cuento de “La buena pipa”? Quieren continuar aprovechandose de la apatia cuan silencio de nuestro pueblo cuando saben que todo sobre ellos es de conocimiento publico? Como viven ellos y sus familiares, a donde pueden viajar y tantas cosas? Hasta las cuentas!. La diferencia existe en todas partes del mundo, es incluso una necesidad que estimula a la libre competencia, y al libre proposito de proyectos-propositos y metas. Asi es que crece un pais, con la iniciativa y la competencia, y si estatalmente, hay bondades sociales, pues mejor que mejor, por ejemplo Canada, Suiza, algunos paises de Europa, e incluso, algunos estados de los Estados Unidos de Norteamerica.
Seria interesante pensar tantas cosas? seria intereante pensar que como es posible que en ciertos estados de USA, vean el posible fin del bloqueo con alegria, con optimismo, con al menos ilusion de viajar sin prohibiciones o por terceros pais, como posibilidad de la expansion empresarial en una isla “virgen”, proxima, familiar, sin embargo, muchos de nuestros paisanos, de ambas orillas ponen obstaculos, buscan noticias desfavorables y siguen aferrados a la historia, o a buscar el apice mas dislocado en las noticias para “torpedear’ una vez mas el intento.
He leido un comentario sobre su padre, medico, emigrado, que no ha podido ejercer como medico. alguien con fria superfialidad y desconocimiento de la realidad expone que su padre no ha convalidado el titulo porque seguramente no fue ben medico en Cuba. La ignorancia mata a los pueblos, hay cosas que no admiten comentarios pero esta vez si lo hare, pues esa persona que comenta sobre su padre, y su calidad como medico, no sabe el trabajo que se pasa en USA desde que se llega, el sacrificio que hay que hacer, y que desde luego, si es cierto que hay muchas posibilidades u oportunidades, pero tambien responsabilidades. Muchisimo mas triste entonces es explicarle a esa persona que a la ligera hablo de su padre, que es honra ser pintor de paredes, lo que si es un garrafar fatalismo de las realidades el hecho de que su padre, honradamente pintando paredes, gane al mes, un salario mas decoroso que 5 medicos cirujanos en nuestro pais.
Aprovecho para invitar a la reflexion de lo que es el significado de la palabra “comunismo”, eso nunca aplico en la URSS, ni en la Alemania Oriental, NI MUCHO MENOS EN CUBA. Ese sistema solo cabe en los papeles y en las mentalidades adoctrinadas. El Comunismo es una UTOPIA, otra cosa es continuar defendiendo lo que no existe.
No defiendo el sistema USA, defiendo el sistema socio-economico, no defiendo izquierdas, derechas, ni centros, defiendo oportunidades para logros despues de sacrificios y esfuerzos, defiendo alegrias y felicidad para las poblaciones y defiendo el derecho a las cuestiones basicas y elemantales de la vida. Defiendo el derecho que nos esta poniendo la historia para evitar que continuen saliendo desde todos los lugares posibles de la isla, hermanos en busca de lo que no pueden tener donde nacieron, donde nacimos. Nadie sale de USA arriesgando sus vidas para Mexico, ni para la encantadora isla casi paradisiaca de Cuba, nadie. Introducirnos en las diferencias sociales que existen en los paises de libre economia, es el cuento de nunca acabar, pues esas diferencias, incluso, con mas fuerzas, existieron en la llamada Rusia Comunista, en la llamada Alemania Oriental, y en el actual imperio “comunista” de la China.
La patria fue una cosa para nuestros abuelos, otra para nuestros padres, otra para nosotros, y otra para nuestros hijos, coincido con usted, y agrego que Patria es una sola, pero vista desde las opticas que tienen que ver con el nivel, la calidad de vida, y la interpretacion generacional, la Patria es aquel lugar donde uno nace, pero puede ser tambien aquel lugar, este donde este, en donde uno puede vivir feliz, establecer una familia, y ver el fruto de los sacrificios en miradas hacia el bienestar. Nuestra Patria siempre estara a tiempo de poder tocar estas realidades, este es el momento, si no es asi, sera manana, pasada, algun dia, sera ley de vida. Aprovechemos las cosaas buenas de las orillas, y hagamos el esfuerzo necesario para vivir sin un disfraz cuasi peregne, que no nos queda bien, y que de una manera u otra, nos perjudico y nos perjudica a todos.
No caigamos en las trampas “orilleras u orillantes” despojemos el rencor, el odio, la fatidica historia y miremos lo mas juntos posible hacia el futuro. Estamos a tiempo. El cambio mas fuerte, a mi juicio, sera el cambio de mentalidad, la adaptacion al sistema de trabajo diario, al cumplimiento de las jornadas de trabajo con puntualidad y rendimiento, a desviarnos de las lineas de las mentiras para subsistir, pero eso no es imposible. Cuba y el cubanos es lo suficientemente lista, inteligente y hasta preparada para aceptar los retos. Tambien la historia o ha demostrado. Amigo, su querido padre que es medico, siempre lo sera, no me cabe la menor duda. Hoy su padre, aun siendo pintor, (si aun sigue activo), seguramente sabe como manejar una empresa, como utilizar sus tragetas de creditos y debitos, como sacar un billete de avion y de crucero e ir de visitas vacacionales a Cancun, Las Bahamas, Las Vegas, o a Europa, y pintando, lo ha podido hacer. Hoy su padre, seguramente, si esta en edad activa, tenga resentimientos o sentimientos encontrados, pero seguramente que es mas feliz que infeliz, Hoy ni antes su padre tomo una camara de tractor, o una balsa para ser carnada de tiburones. Su padre, seguira siendo un buen medico, como lo son los medicos que se graduan en la isla, antes de, y despues de. La vida no son solo titulos, la vida no es solo nivel cultural, la vida es incluso mucho mas que el fervor de las orillas…….La felicidad es un derecho, y mucho mas, un deber, y todos los humanos, incluidos Raul, Obama, el que corta la cana en Cuba, el que recoje el tomate aqui, tienen el mismo derecho de ser feliz, exactamente el mismo. El amor lo pone todo en su lugar, el amor empujado por la voluntad de amar, pondra a nuestra Cuba, algun dia, en el lugar que tiene que estar.
Gracias por su articulo!
La vida cambia y Cuba necesita ese cambio para que su pueblo pueda aspirar una vida mejor, no me gusta el artículo, bien escrito eso sí, pero el autor no parece definido, y no en cuanto a la duda y los temores qe este proceso trae, por su propia magnitud, sino porqué al final no logro entender que es lo que desea para su Patria, aunque no sabe lo que es según sus propias palabras, en fin un artículo bien escrito, emocional sin dudas, pero que no dice nada sustancial, no toma posiciones ni ilustra una idea o línea, es casi melancólico por lo que es y no fue o lo que será o si salimos o entramos o yo creo q vue si pero no, o me gusta pero me incomoda o a mi no me parece tanto pero es inmenso, o sea yo creo, y es mi opinión que es un momento trascendental que lleva consigo retos y temores, para todos los cubanos, y es con Cuba con quien deberíamos estar sin importar en que orilla nos encontremos, clara para eso hay que definir y saber que es Cuba para cada cubano, tarea pendiente para el escritor del àrticulo, según sus propias palabras, es un tema para el que deberíamos estar mejor preparados y si no sabe que es Cuba, entonces yo creo que todo el escrito cae al vacío, porqué entonces escribes de algo que no sabes.
No sé tu edad, a juzgar por lo que escribes, me imagino que tengas menos de 40 años y con eso dicho, pues me tomo la libertad de tutearte. Gracias por esta película que me describes, que nos describes debo decir. Me tocó ver a Obama primero (discurso completo) y a Raúl después, sólo un avance y desde ese momento no cesaba de imaginar cómo sería la reacción de ustedes en la isla.
Amigo Felipe, vuelve a leer el texto que no entendiste nada. Ah, pero primero debes despojarte de ese mal abito que nos han inyectado de esperar en todo discurso una posición, una definición y un partido, para desde estos criticar, atacar y permitirnos un oponente, o sea blanco o negro, sin matices.
Soy cubana y vivo en New Jesey desde hace casi cinco años. Tengo una amiga en Facebook, una artista, cuyos padres fueron y aún siguen siendo muy famosos en este país. Ese día fue invitada a la Casa Blanca. Estuvo en un almuerzo( el Presidente se encontraba a puertas cerradas), notó que había júbilo y buen humor en las personas que se hallaban en el lugar. Preguntó qué pasaba y le dijeron Cuba y Estados Unidos restablecieron sus relaciones, ella por supuesto también se puso muy contenta. Por otra parte, recibí el correo de una amiga de Cuba y me decía: quisiera grabar la algarabía del vecindario, parece como si los Industriales hubieran ganado un play off. Oí los dos discursos y hubo una gran diferencia. Obama, abierto y amistoso, yo dirîa alentador. Raùl, agrio y parco, siempre resaltando este hecho como un triunfo de ellos. Es por eso que muchos cubanos se muestran excépticos ante la posición castrista. Sin embargo pienso que hay una nueva ola de cubanos como intelectuales, artistas, profesionales y gran parte del pueblo que sí desean un cambio sustancial en la sociedad cubana, de hecho ya no habrá retroceso.
un basural de onanismos….pipo decongela el cerebro y date que cuenta que lo tuyo es la crítica literario
Muy bueno
La mierda también se puede hablar exquisitamente
Estimado Ariel, si espero de todo ser un humano una definición, una posición desde donde esgrimir sus argumentos, y no lo hago para atacar o criticar, simplemente porque creo que nadie es apolítico o indefinido por nacimiento, y nunca me han gustado quienes no fijan una posición o al menos una tendencia, desconfío por naturaleza de quien no lo hace, y no lo hago para criticar ni atacar, cada cual es libre de pensar como le venga en ganas y yo siempre he respetado ese principio, la divergencia de criterios y la discusión con respeto es algo que necesitamos mucho los cubanos, yo digo lo que creo y lo reitero, cuando hablo de posiciones y definición no me refiero a que se diga su inclinación política, simplemente cuando un cubano escribe este tipo de artículo y no dice que le parece o de que lado está su corazón o incluso que no sabe que es Cuba pra él, pues no hay mucho que peda decir que lo que ya he hecho, es mi opinión que si haces un escrito como este no termines diciendo que no sabes de lo que escribes y entonces queda como una crónica bien escrita y romanticismo a lo Corin Tellado.
Carlos, entré en OnCuba, sólo para ver si habías escrito algo. Cuándo vi el título de este artículo, reí por dentro porque el cinismo y la sinceridad de su nombre sólo podía venir de ti.
No me equivoqué! En un artículo crudo, que capta el sentimiento nacional.
Yo, cuando oí la noticia no me la creí, y sólo después de recibir varias llamadas de amigos de todas partes de Europa fue que puede aterrizar y me dije: y ahora qué? Qué será lo próximo?
De alguna forma me sentí contento con mis padres, de que aún después de 55 años puedan ver todavía vivos el caída del Muro
Cubano.
Es un placer leerte.
JAjjaja, pequeño Carlos, generalizas demasiado. Creo que te lo han dicho en otras ocasiones, pecas de ser Dios. Espero que Garcés te haya enseñado que cuando se escribe un comentario, amén de nuestros criterios, debe existir algo de investigación. Escribes muy bien, pero la hiel y el odio de las dos orillas que nos afectó a ambos como generación, hace gélida en ocasiones la sangre que bombeas a tu cerebro lúcido. Sigues sin gustarme, patán.
Coincido en muchas cosas, pero OJO: la soberanía sí debe ser un fin… o digamos, parte del fin.