La implementación del ordenamiento monetario cumplió ya un mes en Cuba. Desde el pasado 1ro de enero los cubanos se enfrentan a un escenario largamente postergado, que desde su anuncio oficial en diciembre ha sacudido el día a día de la Isla y ha obligado a echar mano de la calculadora lo mismo a empresarios y directivos estatales que a los trabajadores de a pie y los jubilados.
Nadie escapa al impacto del ordenamiento en sus bolsillos. Aun cuando este proceso ha supuesto un incremento ―en no pocos casos, sustancial― de los salarios y pensiones, también ha traído aparejada una peliaguda multiplicación de muchos precios, lo que, unido a la crónica crisis económica que padece el país y el consecuente déficit de ofertas, dibuja un escarpada pendiente para las familias cubanas. Todo ello, justo cuando Cuba atraviesa su peor rebrote de la COVID-19 desde el inicio de la pandemia.
Las autoridades han insistido en que la nueva realidad monetaria implica, por varias razones, una subida de precios. Meisi Bolaños, ministra de Finanzas y Precios, ha dicho que la devaluación del peso cubano (CUP) “lleva a un incremento de los costos, no solo a nivel doméstico sino en la economía a nivel macro” ―por factores como el encarecimiento de las importaciones, debido a la nueva tasa cambiaria para el sector empresarial del Estado, y la necesidad de cubrir el nueva salario de los trabajadores y generar utilidades―, a lo que se une la política gubernamental de “eliminar subsidios excesivos y gratuidades indebidas” y “estimular el trabajo”.
Mientras, el propio gobierno ha reconocido que existen condiciones para se produzca “una inflación superior a la diseñada” ―debido al déficit de oferta, el incremento de los ingresos y el ya referido aumento de los costos― y ha llamado a incrementar la eficiencia productiva y a “enfrentar los precios especulativos y abusivos entre todos”. “Si la subida de precios se va de control entonces el nuevo salario se ve afectado y pierde capacidad de compra”, ha alertado con toda lógica Marino Murillo, jefe de la Comisión de Implementación y Desarrollo de los Lineamientos.
No obstante, las autoridades han explicado que se han previsto medidas antiinflacionarias y de contención, entre ellas, la centralización de precios de producciones y servicios de alto impacto, y el establecimiento de límites de crecimiento de los precios mayoristas descentralizados y de las tasas de márgenes comerciales, “para que la utilidad, la eficiencia y la rentabilidad de las producciones salgan de la generación de riquezas y de producciones tangibles y materiales, y no a costa de incremento de precios”, según Bolaños.
Además, la ministra y otros funcionarios han repetido que se mantienen subsidiados, total o parcialmente, un grupo de productos y servicios básicos “hasta tanto se generalice el subsidio a personas”, al tiempo que un conjunto de precios “se mantuvieron como hasta 2020 por su impacto en la población, y porque, a partir de su carácter social, se entendió la necesidad de mantenerlos”. Todo lo anterior, han dicho, implica una erogación millonaria para el presupuesto del Estado que, por demás, ha crecido más allá de lo previsto inicialmente, tras el reajuste ―gracias a la avalancha de quejas e insatisfacciones de la población― de algunos de los precios y tarifas publicadas inicialmente como parte del ordenamiento monetario y cambiario.
Justo este es el caso de las tarifas eléctricas y el precio del gas licuado, dos de los temas que más críticas generaron tras conocerse sus incrementos iniciales. Muchos cubanos pusieron casi literalmente el grito en el cielo cuando supieron hasta dónde se elevarían sus gastos por este concepto y comenzaron a sacar cuentas con sus nuevos salarios. Ello motivó una revisión gubernamental, siguiendo la premisa ―según explicó entonces Marino Murillo― de corregir “lo que deba y pueda ser corregido”, que luego se ha extendido a otros sectores y que podría aún provocar más rectificaciones, como parte del work-in-progress que ha resultado ser la llamada Tarea Ordenamiento.
El gobierno cubano baja tarifas eléctricas tras críticas a propuesta inicial
Con la electricidad y el gas iniciamos precisamente una serie de publicaciones sobre los nuevos precios en vigor en Cuba desde el pasado mes de enero. En esta primera entrega mostramos en gráficos una comparación entre las tarifas eléctricas antes y después de implementado el ordenamiento monetario, incluyendo las tarifas propuestas y luego modificadas como parte de este proceso ―en las que se “multa” más en la medida en que se incrementa el consumo, con lo que también, según el gobierno, se pretende motivar el ahorro―, así como ejemplos de los gastos en determinados consumos o tramos de consumo, tanto para el sector residencial como en el no residencial y en las tarifas mixtas aprobadas para las formas de gestión no estatal y los servicios comunes en los edificios multifamiliares.
Además, incluimos los precios del gas licuado y manufacturado ―el llamado “gas de la calle”, muy extendido en La Habana―, y del combustible que se comercializa en los servicentros de la Isla, aunque sin incluir los recién anunciados para los transportistas privados y el sector estatal. Y también los del servicio metrado de agua potable ―el del no metrado fue fijado en 7.00 CUP por persona al mes, también aplicado a los edificios multifamiliares donde no sea posible el metraje individual por apartamentos― y alcantarillado en el sector doméstico, otros que provocaron no pocos comentarios y que, como en el caso de la electricidad, de acuerdo con las autoridades, siguen estando subsidiado a pesar del significativo aumento de los precios.
Entonces, como acostumbra a decir un conocido conductor de la televisión cubana, vea los precios, consulte lo publicado sobre el tema, analice, y saque usted sus propias conclusiones.
Lo que es la perversión del lenguaje.A una terapia de shock liberal en cuba le llaman tarea ordenamiento.
Un articulo muy informativo e importante. Por otro lado es necesario entender que esa “devaluación” de la moneda q tanto promocionan en la televisión no va a ser real hasta q no se devalue el cup respecto al dólar. Por lo q por ahora solo se han aumentado los costos para las empresas (q recién sabran sus costos y beneficios) pero para estas empresas el acceso a la divisa será muy difícil y las capacidades para exportar también, debido al aumento de los costos y a q aún se mantiene una tasa fija respecto al dólar muy sobrevalorada. Y si buscamos incentivar las exportaciones es necesario devaluarla, como mismo acostumbra a hacer China. Todavia nos queda un alrgo camino por recorrer y lamentablemente los q mandan al parecer no están bien preparados porque ya debieran de haber anunciado la reforma al sector estatal y la famosa lista negra de oficios privados.
Sera un ordeñamiento masivo-inclusivo, ordeñaremos a los cubanos gusanos del exterior y ordeñaremos a los cubanos revolucionarios del interior, todos seremos iguales ante el ordeñe solo que para algunos sera mecanizado y para otros manual. Todos pagaremos la ineficacia e ineptitud de quienes nos dirigen, despues diran que no dio resultado y culparan al imperio. Y volvemos al ahora si. Felipito se va morir de envidia.
El Ordenamiento monetario y cambiario era necesario, casi imprescindible. Eso pocos lo dudan. Pero luego de tanto tiempo de “secreteo” y profundos análisis muy compartimentado ha provocado que el diseño no se ajuste a la realidad y haya que estar ajustando aquí y allá. Y seguiremos haciéndolo desacreditando la objetividad de tanto tiempo de análisis. Además, considero de manera responsable, que luego de tanto tiempo de amagos en su aplicación, no pudieron escoger peor momento. En plena crisis nacional y global, sin fuentes de financiamiento y garantías de mercados adonde comprar los recursos vitales, con una deformada estructura productiva e insuficiente producción propia de alimentos y productos de primera necesidad. No es para distribuir culpas, pero quién se hace responsable de las consecuencias que tamaña decisión pueda provocar en lo económico, político y social? Que se puede explicar al pueblo cuando a la vuelta de un año por la hiperinflación el Ordenamiento haya sido realizado por gusto? O que el poder adquisitivo de la flamante reforma salarial sea menor que antes de aplicarla? La Historia pondrá las decisiones y a los decisores en el justo lugar que les corresponde. Eso sí no lo puede dudar nadie.
Pienso igual que usted,pero no habrá que esperar mucho para ver como el poder adquisitivo del salario se desploma,a tan solo un mes de implementar los nuevos salarios se a devaluado la mitad,tomando como referencia el valor del dólar en el mercado informal que se ha disparado de 24 a 50 cup.