Oslaidy González, la primera cubana que parió estando enferma de la Covid-19, se reunió este lunes con su pequeña hija en el hospital materno José López, de la ciudad de Matanzas, dos semanas después del parto.
Antes de ese emotivo reencuentro, debieron estar separadas durante 15 días, en los que ambas estuvieron en estado grave, pero afortunadamente se recuperaron.
“El momento en que la puse en mi pecho fue inexplicable, nunca la había abrazado. Aunque fue la primera vez, increíblemente cogió la teta normalmente y se la tuvieron que quitar”, narró la joven madre, citada por el diario Juventud Rebelde.
La doctora jefa del servicio de Neonatología del hospital, Iraida Pérez, opina que este primer encuentro es muy importante porque “afinca el vínculo afectivo entre la madre e hija, ya formado desde que la bebé estaba intraútero”.
La especialista agrega que establecer esta relación ayuda a la mejor alimentación de la niña y a su mejor desarrollo sicomotor.
“Todavía no están de alta, pero ya comenzamos la manipulación de la bebé para que tome el pecho y cuando la madre la maneje adecuadamente las trasladaremos a la sala de puerperio”, explica Pérez.
La especialista explica que a pesar de haber estado grave, la niña tiene una evolución favorable y buena respuesta al tratamiento, “ya lucha por estar junto a su mamá”.
González dio a luz por cesárea el 25 de mayo en el Hospital Militar Mario Muñoz Monroy, donde permanecía ingresada por haberse infectado con el coronavirus SARS-CoV-2.
Para evitar un posible contagio, enseguida fue separada de su hija, Rosa Anelis, que fue trasladada a la sala de prematuros porque, además, nació a las 33 semanas de gestación.
Las pruebas practicadas a la recién nacida para detectar la presencia del virus resultaron negativas. Días después, la madre también estaba curada de la Covid-19.
No obstante, tras haber sido trasladada al hospital materno provincial luego de la cesárea, la madre padeció una infección en la herida por la que estuvo cuatro días en la sala de terapia intensiva del hospital Faustino Pérez, un trance que Juventud Rebelde no duda en calificar como una “odisea”.
Ahora ambas están a salvo en el hospital materno de Matanzas y González agradece la “ternura y profesionalidad” con que fueron atendidas por parte del personal de salud de los hospitales matanceros, según la publicación.
¿Por qué separaron a madre e hija, si ambas sufrían Covid-19?
Y ¿ que tratamiento recibieron, acaso plasma?
Gracias por detallar, soy trabajador sanitario