Al caer la última hoja del calendario del 2015, comienza el Año Nuevo 2016, y como cada nuevo año, cargado de buenos deseos de salud, paz, bienestar y felicidad para todos.
Por mi profesión, siempre estoy al tanto del estado del tiempo, y como me gusta que en el invierno haya al menos un poco de frío, veo con buenos ojos que esto posiblemente ocurra próximamente y tengamos algo de invierno en los primeros días del nuevo año, del 3 al 5 de enero, pues las condiciones de la circulación atmosférica, de las que les hablaba en el anterior artículo, parecen que están cambiando en el sentido de que el aire frío comience a fluir por la parte oriental de los EE.UU. y también nos llegue a Cuba.
Pero como el ambiente general es de fiesta, trataré de hacer hoy un artículo que sea, como siempre, instructivo, pero también curioso e interesante, y lo haré precisamente sobre las festividades de Año Nuevo.
¿Dónde comenzará el 2016, y cuál será el último lugar del planeta en darle la bienvenida?
Pues la bienvenida del 2016 no comenzará por China ni por Japón, como algunos pudieran pensar, sino mucho más al este, en unas pequeñas islas naciones del océano Pacífico: Samoa y las islas Christmas, pertenecientes a Kiribati.
Pero en este aspecto, las islas de Samoa muy, pero muy especiales, como lo verán a continuación. Las islas Samoa son un archipiélago de unos 3 030 km² localizado en el centro-sur del océano Pacífico. Forman parte de la Polinesia y de Oceanía. En esa apartada región del mundo viven 250 000 personas que tienen una misma cultura, su población tiene la misma sangre, comprende uno de las poblaciones polinesias más grandes del mundo, y también hablan una lengua común: el Samoa.
Pero las islas de ese archipiélago están artificialmente separadas en dos jurisdicciones diferentes: el Estado Independiente de Samoa en la parte occidental del archipiélago, cuya capital es Apia; y el territorio norteamericano de la Samoa Americana, en la parte este, con capital que lleva el nombre de Pago Pago. A las dos islas principales las separan sólo 62 kilómetros de océano.
Tan cerca, pero tan lejos, pudiera decirse. La línea internacional de la fecha, que debiera coincidir con el trazado polo norte-polo sur del meridiano 180º, en realidad atraviesa caprichosamente el archipiélago de Samoa, separando su tiempo en 24 horas.
La historia tras este hecho curioso es la siguiente. Las islas Samoa como un todo estaban localizadas al oeste de la Línea Internacional de la Fecha (LIF) hasta 1892, pero comerciantes norteamericanos persuadieron al Rey Malietoa Laupepa que adoptara la fecha de los EE.UU. El cambio se hizo el Día de celebración de la Independencia de los EE.UU., el 4 de Julio de 1892.
Sin embargo, 119 años después el Estado Independiente de Samoa volvió a cambiar la LIF a su posición original al oeste, y para hacerlo simplemente se saltaron un día en el calendario, del 29 de diciembre del 2011, saltaron directamente al 31 de diciembre. La decisión fue algo polémica, pero con ello, ganaron 24 horas en su calendario y se cambió la hora de UTC -11 a la de UTC +13, haciéndola coincidir con la de Nueva Zelanda y Australia, que son sus principales socios comerciales. La LIF ahora pasa entre el Estado Independiente de Samoa y la Samoa Americana, isla que, como territorio norteamericano, mantiene la fecha empleada en el territorio continental de los Estados Unidos.
Viaje alrededor del mundo
La consecuencia de todo esto resulta bien interesante: el Estado Independiente de Samoa es la primera Nación del Mundo en recibir el Nuevo Año 2016, cuando en Cuba sea todavía bien temprano, a las 5:00 am del día 31 de diciembre. ¿Cuál será el último territorio en darle la bienvenida al 2016? Pues, aunque parezca increíble, ocurrirá sólo a 62 kilómetros de distancia al este de donde comenzó, pero 25 horas después, en la Samoa Americana. En ese momento ya en Cuba serán las 6:00 am del día 1 de enero. ¿Interesante, verdad?
Por supuesto que a partir de las 5:00 am hora de Cuba del 31 de diciembre, en que comienza el año en Samoa y las islas Christmas, Kiribati, el nuevo año comenzará a viajar hacia el oeste… Y a grandes rasgos sería así.
A las 6:00 am en Cuba, el Nuevo Año estará celebrándose en Nueva Zelandia; a las 8:00 am estará en Sydney, Australia; a las 9:00 am en Vladisvostok, el lejano oriente ruso; a las 10:00 am se iniciarán las celebraciones en Tokio, Japón y a las 11 AM de Cuba, las celebraciones ya estarán en Beijing, la capital de China.
A 1:00 pm del día 31, ya Hanoi, en Vietnam, le estará brindando la bienvenida al 2016, y cuando sean las 4:00 pm en Cuba, le tocará el turno a Moscú, Rusia. Francia, España e Italia, Camerón, Chad y el Congo lo recibirán cuando los relojes en La Habana marquen las 6:00 pm; mientras que a las 8:00 pm el nuevo año comenzará su rápido viaje por el Atlántico, comenzando en Praia, islas de Cabo Verde, para llegar a Puerto Rico, República Dominicana y las naciones del Caribe oriental, a las 11:00 pm en Cuba, y al fin llegar a nuestro País justo a la Medianoche.
Pero aún le queda un trecho por recorrer, pues atravesará el vasto territorio de Canadá, de los Estados Unidos continentales y toda Sudamérica, para llegar a Honolulu, Hawaii, cuando ya sean las 5:00 am del 1 de enero en La Habana.
El viaje terminará, como dijimos al comienzo, muy cerca de dónde empezó, de hecho a sólo 62 kilómetros de distancia, en la isla de Samoa Americana, pero ya serán las 6:00 am del 1 de enero en La Habana.
Y, si ya de curiosidades relacionadas con el año nuevo estamos hablando, cabe la pregunta: ¿siempre comenzó el año nuevo con el primer día de enero?.
Aunque la fecha de enero 1 para el comienzo del año nuevo nos parece muy natural, no hay ninguna razón astronómica ni científica para ello.
Los más tempranos recuentos de una celebración de año nuevo se remontan a Mesopotamia alrededor del año 2000 AC. Esta celebración, al igual que otras que les seguían, se celebraba alrededor de la fecha del equinoccio vernal, cerca del 20 de marzo. Por su parte, los antiguos egipcios, fenicios y persas celebraban el año nuevo cerca del equinoccio otoñal, alrededor del 20 de septiembre; mientras que los antiguos griegos lo hacían alrededor del solsticio de invierno, en diciembre 20. Por lo menos estas celebraciones guardaban una relación estrecha con situaciones astronómicas.
Ahora bien, la celebración del primero de enero surgió mucho más tarde, en los tiempos de la antigua Roma, por la costumbre de celebrar la fiesta de los romanos y su dios Janus. Y Janus era el dios de las puertas y los comienzos. Se le dibujada con dos caras, una mirando hacia atrás, al pasado, y la otra mirando al frente, al futuro. El Emperador romano Julio César fue el primero que estableció el primero de enero como día de Año Nuevo en el año 46 DC, y, por cierto, lo celebró de una manera brutal y sangrienta, reprimiendo a los judíos en Galilea.
Ya con la era cristiana, muchas fiestas paganas fueron incorporadas a la nueva religión con un nuevo significado, mientras que otras fueron simplemente abandonadas. En la Europa medieval consideraron paganas y anticristianas las celebraciones del Año Nuevo en el 1 de enero.
En el año 567 el Concilio de Tours abolió definitivamente dicha fecha como principio de año. En varios lugares y momentos del medioevo, el Año Nuevo fue celebrado entonces, tanto el 25 de diciembre, por el nacimiento de Cristo, como el marzo 1 y marzo 25, por la fecha de la Anunciación, e incluso en la Pascua.
Tuvieron que pasar unos 500 años para llegar al Año Nuevo que comienza el 1 de enero, tal y como lo conocemos actualmente. Fue en una fecha relativamente cercana en la historia, pues de ello hace sólo cuatro siglos. Fue el papa Gregorio XIII quien lo dispuso en 1582 para todos los países Católicos, al inaugurar el Calendario Gregoriano, que sustituyó al Juliano por los errores que éste contenía. De esta manera, el 1 de enero de 1583, Día de la Circuncisión de Jesús, se celebró el primer Año Nuevo en la nueva época que se extiende hasta nuestros días.
Si bien no todas las naciones lo aceptaron de inmediato junto al nuevo calendario, un número grande de países lo fue aceptando gradualmente. Rusia adoptó el 1 de enero como fecha de Año Nuevo en 1700, aunque éste fue el último país que adoptó el calendario gregoriano para que ese enero 1 fuera el mismo día que en el resto del Mundo, y ello ocurrió hace sólo casi un siglo, en 1917.
Otros Años Nuevos
Otros pueblos, aunque en lo civil empleen el calendario gregoriano, celebran su año nuevo en otras fechas, por tradiciones históricas o religiosas.
Uno de los más conocidos es el Año Nuevo chino, que no puede ser convertido a una fecha exacta en el calendario gregoriano y por tanto cae de manera móvil entre el 21 de enero y el 21 de febrero, ocurriendo con la primera Luna Nueva de Acuario. Este año 2016, el Año Nuevo chino ocurrirá el lunes 8 de febrero y será el año 4714, correspondiente con el Año del Mono.
El Año Nuevo judío, el Rosh-Hashaná (significa precisamente Año Nuevo), es una fecha también móvil respecto al calendario Gregoriano. Empieza en el mes de Tisri del calendario hebreo, que es lunisolar, y puede caer en septiembre u octubre del gregoriano. En este caso, el Año Nuevo ya ocurrió el 14 de septiembre de 2015, y es el año 5776.
Por su parte, el Año Nuevo Musulmán, es el primer día, del primer mes, del calendario islámico, llamado mes de Muharram. Al basarse en un calendario lunar, es también una fecha móvil respecto al calendario gregoriano y por ello puede caer en cualquier mes. El 14 de octubre de 2015 comenzó ya el Año Nuevo para los musulmanes, marcando el año 1437.
Existen otras muchas variaciones. Por ejemplo, otros pueblos, emplean para el Año Nuevo el comienzo de un ciclo solar, ya que en las religiones antiguas se les daba al Sol el poder máximo. En las culturas pre-hispánicas, el Año Nuevo se celebraba cuando terminaba el invierno y se iniciaba la primavera. En Buenos Aires, Argentina, la Ley 1550 promulgada en el 2004, instituyó el 21 de junio como año Nuevo de los Pueblos Originarios, ya que en esa parte del Mundo ellos lo celebran en el Solsticio de Invierno del hemisferio sur, y ese día sus hijos por Ley quedan exceptuados de asistir a clases.
Ahora bien, quizás nos resulte interesante lo que algunos dicen de que el Año Nuevo es personal y que se renueva el día del cumpleaños de cada cual… ¡Cosas veredes, Sancho amigo!
Una excepcional dosis de sabiduría entregada de una manera amena. Como para refrescarse un poco luego de leer el resto de los artículos de la revista, que por actuales y agudos te dejan un sabor agridulce, especialmente si aun vives en Cuba.