La provincia de Pinar del Río retrocedió a la fase de transmisión autóctona limitada de la COVID-19, luego de un rebrote que ha convertido a ese territorio del occidente cubano en el nuevo epicentro de la enfermedad en la Isla.
Las más de 400 medidas establecidas por las autoridades cubanas para esa fase entrarán en vigor desde este jueves a las 7:00 de la mañana, de acuerdo con el sitio oficial Cubadebate.
La publicación, que cita a medios de Pinar del Río, detalla que entre las acciones que serán implementadas se encuentran la suspensión del transporte de pasajeros (interprovincial e intermunicipal), el incremento del trabajo a distancia, la venta de comida solo para llevar, y la suspensión de las actividades docentes.
Además, se aplazan los exámenes de ingreso a la Educación Superior en el territorio pinareño, se establece el regreso de los estudiantes internos a sus hogares, se suspende la venta del uniforme escolar hasta que las condiciones se restablezcan y se detienen los servicios médicos para atender únicamente las urgencias en hospitales y clínicas estomatológicas.
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Julio César Rodríguez Pimentel, presidente del Consejo de Defensa Provincial –órgano de gobierno que vuelve a activarse con el retroceso a la fase de transmisión– “insistió en la importancia de las pesquisas activas en las comunidades para la detección de personas contagiadas con el coronavirus SARS-CoV-2”, apunta la Agencia Cubana de Noticias.
De igual forma, llamó al aumento de la percepción del riesgo de los pinareños y a incrementar la vigilancia diaria en pos de la no aparición de nuevos focos de transmisión.
Desde el pasado 6 de octubre, Pinar del Río –que se encontraba en la nueva normalidad como la mayor parte del país– reporta 128 casos positivos de la COVID-19, principalmente en los municipios de Guane, Consolación del Sur y la ciudad cabecera. Solo este miércoles, 41 de los 63 nuevos casos de la Isla fueron detectados en el territorio pinareño.
Debido a ello, la provincia exhibe hoy una tasa de incidencia de 21.9 enfermos por cada 100 mil habitantes, lo que, según los parámetros cubanos para la epidemia, decreta su regreso a la fase de transmisión autóctona limitada.