El presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, viajará en visita oficial a Cuba la próxima semana con una agenda de dos días que incluye una reunión con su homólogo cubano, Miguel Díaz-Canel, y su presencia en la Feria Internacional de La Habana Fihav 2018, el principal foro comercial de la Isla.
Varela, según la agenda difundida a la prensa por la cancillería cubana, llegará a La Habana el próximo 29 de octubre, y ese día se encontrará con el presidente Díaz-Canel y colocará una ofrenda floral ante el monumento de José Martí, como establece el protocolo de la Isla para las visitas de alto nivel.
Los dos presidentes ya se reunieron en septiembre pasado en Nueva York, donde ambos asistieron a la Asamblea General de Naciones Unidas.
Al día siguiente, Varela acudirá a la inauguración del Pabellón de Panamá en la 36 edición de Fihav, la mayor bolsa comercial de Cuba, en la que este año participan más de sesenta países y en la que volverá a presentarse la Cartera de Inversiones de la Isla, que reúne los numerosos proyectos con los que el gobierno cubano busca captar inversión extranjera en diferentes sectores.
Tras inaugurar el pabellón de su país, el presidente panameño presenciará la firma de un acuerdo de constitución del Comité Empresarial entre la Cámara de Comercio de Cuba y la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá.
Posteriormente visitará en La Habana el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, una de las instituciones punteras con las que cuenta Cuba en materia de investigación científica.
La partida de Varela está fijada en la tarde del miércoles, 31 de octubre.
La visita del gobernante panameño tiene lugar pocos días después de que el país centroamericano anunciara la puesta en marcha de una tarjeta de turismo que permitirá a los cubanos permanecer hasta 30 días en su territorio para promover el turismo de compras.
Panamá es uno de los países a los que cientos de cubanos viajan regularmente para comprar productos –sobre todo electrodomésticos, electrónica, ropa y calzado– que después revenden en la Isla, donde a los altos precios de los bienes importados se suman una oferta inestable en los comercios y problemas crónicos de desabastecimiento.
En los últimos años los dos países también han colaborado estrechamente en materia migratoria para buscar mecanismos que frenen la migración ilegal y la trata de personas, tras la crisis ocurrida a finales de 2015 cuando el cierre de la frontera nicaragüense dejó a miles de cubanos varados en Costa Rica y Panamá.