Raúl Castro, ex presidente cubano y primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC), pidió a los cubanos participar en la consulta popular sobre el proyecto de la nueva Constitución, que comenzará el próximo 13 de agosto y se extenderá hasta noviembre.
En un discurso pronunciado el amanecer de este jueves en Satiago de Cuba, en el acto por el aniversario 65 del asalto al cuartel Moncada, Castro dijo que la consulta será un “trascendental ejercicio democrático” y aseguró que su éxito dependerá de “la participación activa de todos los cubanos, bajo la dirección del Partido y las organizaciones políticas y de masas”.
El ex mandatario, quien estuvo acompañado en el acto por su sucesor, Miguel Díaz-Canel, afirmó que la actual Constitución cubana “requiere ser transformada” para atemperarla al contexto cubano actual y a los acuerdos de los últimos congresos del PCC, según informa la Agencia Cubana de Noticias (ACN).
Dijo que es necesario que “cada ciudadano” conozca el alcance de los cambios propuestos a la Carta Magna y llamó a un “debate profundo” del proyecto constitucional aprobado por la Asamblea Nacional el pasado 22 de julio.
El texto elimina las referencias directas al comunismo, abre la puerta al matrimonio igualitario, prohíbe la discriminación por identidad de género, reconoce la propiedad privada, instituye las figuras del presidente y el primer ministro y limita los mandatos presidenciales a diez años, entre otras novedades.
En sus palabras, transmitidas en vivo por la Televisión Cubana, Castró también recordó los hechos del 26 de julio de 1953 en Santiago de Cuba, considerados el inicio de la Revolución Cubana, y celebró el “palpable entusiasmo” de los santiagueros por las obras realizadas en los últimos años en su provincia.
Complejo escenario nacional e internacional
Un momento importante de su discurso, dicho ante unas 10 mil personas según la ACN, fue el dedicado a la economía cubana, cuyo discreto crecimiento él calificó de “alentador”, aunque reconoció como “tensa” la situación de las finanzas externas.
Se refirió al “complejo escenario nacional e internacional” que vive Cuba y a las afectaciones a renglones como el turismo y la industria azucarera provocadas por fenómenos meteorológicos como el huracán Irma y la tormenta Alberto, así como por el embargo estadounidense que, dijo, ha sido “recrudecido” por la administración Trump.
Para el Castro, la “mayor fuente de recursos es el ahorro”, que “debe dejar de ser consigna y convertirse en conducta”, “sobre todo para los dirigentes”. De esta forma, enfatizó el mensaje de austeridad que ya había transmitido Díaz-Canel esta semana en la Asamblea Nacional, donde llamó a ahorrar “por aquí y por allá, dondequiera que se pueda, suprimiendo cualquier despilfarro”.
Acerca de las relaciones con Estados Unidos, afirmó que Cuba apuesta por “el diálogo respetuoso y desde las diferencias”, pero criticó las declaraciones de funcionarios del actual gobierno estadounidense.
“Los pronunciamientos públicos de los principales funcionarios del Gobierno de EE.UU., en estos momentos, respecto a Cuba, se caracterizan por el irrespeto, la agresividad, el injerecismo y la burda manipulación de la verdad histórica”, aseguró.
Además, se refirió a los episodios de los supuestos ataques a diplomáticos estadounidenses en La Habana, que “han degradado los vínculos bilaterales con Estados Unidos”, y reiteró que no existen pruebas sobre los incidentes “cuyo origen nadie ha podido explicar ni probar”.
Castro también confirmó la “invariable solidaridad” con los presidentes de Nicaragua, Daniel Ortega, y de Venezuela, Nicolás Maduro, cuyos países, dijo, enfrentan “métodos de guerra no convencional” y “golpes blandos” diseñados “desde los círculos de poder de Washington”.
“Somos un pueblo pacífico, no amenazamos a nadie, para nosotros evitar la guerra equivale a ganarla”, dijo el líder del PCC antes de anunciar que volverá a Santiago de Cuba para la “gran celebración” de los 60 años de la Revolución Cuba, que la Isla conmemorará el próximo 1 de enero.
EFE / OnCuba