El malecón de La Habana, uno de los espacios emblemáticos de la capital cubana, será rehabilitado para evitar las inundaciones costeras que afectan la zona y provocan daños materiales y ponen en riesgo la vida de sus vecinos.
Los trabajos comenzarán en 2020 como parte del plan gubernamental para el enfrentamiento al cambio climático, conocido como “Tarea Vida”, según reporta la Agencia Cubana de Noticias (ACN).
Se trata de la materialización de un proyecto que desarrolla desde hace 30 años el Centro de Investigaciones Hidráulicas de la Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echeverría, según explicó a la ACN el director del centro, Yoermes González.
El proyecto contempla cuatro etapas, la primera de las cuales comenzará el próximo año e implica un cambio de la geometría del muro y de su elevación “hasta donde la arquitectura lo permita”.
González explicó que la estructura actual del malecón habanero “no es lo suficientemente eficiente para disipar la energía de la ola, y por lo tanto rebasa el muro y hace que entre mucho caudal de agua”.
Su forma puede ser mejorada entonces con una curvatura que solucionaría el problema entre un 40 y 50 %, comentó González, quien puntualizó que el proyecto está diseñado con diferentes magnitudes y se aplicará en todo el malecón, desde la bahía de La Habana hasta La Chorrera.
La segunda etapa consiste en la colocación de terraplenes debajo del nivel del agua –conocidos como vermas– para disminuir la fuerza del ataque de la ola, con lo que la solución llegaría hasta un 70 % aproximadamente.
Esa fase, de acuerdo con González, se desarrollará en los lugares en que sea necesario, pues hay zonas del litoral en que los arrecifes cumplen esta función de manera natural.
La tercera etapa, precisa la ACN, contemplaría la introducción de diques sumergidos, y en la cuarta finalmente se ubicarían elementos disipadores como los conocidos yaquis.
El director del Centro de Investigaciones Hidráulicas aseguró que si se aplican las cuatro etapas el problema de las inundaciones podría resolverse “en el orden de un 90 al 100 %”, mientras “el resto habrá que solucionarlo mejorando los sistemas de drenaje”.
González dijo que el tiempo que demore ejecutar el proyecto en su totalidad “dependerá de las capacidades constructivas del país”, aunque confirmó que “debe tomar más de cinco años”.
Además, explicó que recientes estudios demuestran que el efecto del cambio climático en Cuba será muy superior a lo que se había estimado hace algunos años. Ello provocará que los ascensos del mar sean mayores a los ahora conocidos, lo que implica encontrar soluciones para minimizar sus efectos.
En realidad es BERMA, del holandés BERM.
Y no sé si resuelva mucho el problema. Los arrecifes funcionan como bermas y no contienen los embates.
El problema más grave no es la ola, es el drenaje. Mientras las tuberías de drenaje queden a ras del arrecife la fuerza del oleaje no permitirá el desagüe.
Necesitamos las tuberías de drenaje mucho más allá del arrecife, que salgan del tren de olas.
Esta solución no es nueva. Es cara y hay que realizarla bien. Y mientras, la zona Vedado-Malecón continúa llena de viviendas en sótanos o garages sin solución de viviendas en lugares más altos. Y hay muchos, muchos, MUCHOS edificios y espacios inutilizados en el Vedado.
Pero si se cae el Alaska y lo sustituimos por un parqueo exclusivo…. no solucionamos mucho!