San Rafael es una de las calles más conocidas y emblemáticas de La Habana. Y es también, para muchos, el boulevard por antonomasia de la capital cubana.
En realidad, San Rafael es mucho más que el boulevard preferido por los habaneros. Como calle, comienza en el célebre Paseo del Prado y concluye en los terrenos de la Universidad de La Habana; en su recorrido atraviesa importantes calzadas como Galiano, Belascoaín e Infanta.
Su nombre, como el de muchas arterias de La Habana, ha cambiado a lo largo de los años. Así, se ha llamado Calle De los Amigos, Del Presidio, De Monserrate, General Carrillo y San Rafael; siendo esta última su denominación más popular, que le fue restituida en 1936 por sugerencia del historiador Emilio Roig.
En su interior se halla el concurrido paseo peatonal, sede de numerosas tiendas, cafeterías y otros establecimientos. Ocupa las primeras cinco cuadras de San Rafael y se ubica en el municipio de Centro Habana. Se extiende desde el Prado, entre el Hotel Inglaterra y el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, hasta la no menos populosa calle Galiano.
Muchos son los sitios y comercios que han formado parte del boulevard y que a un gran número de cubanos traen gratos recuerdos. Entre ellos se destacan la tienda “Fin de Siglo”, un pequeño bazar en San Rafael y Águila, que abrió sus puertas en 1897 y creció al ritmo de la ciudad. También “El Encanto”, donde actualmente se encuentra el parque Fe del Valle, que llegó a ser la tienda por departamentos más importante del país, antes que fuera destruida por el fuego de un sabotaje en 1961.
Además, en ese tramo urbano existieron otros establecimientos con gran prestigio y clientela, como la joyería-relojería “Cuervo y Sobrinos”, ubicada en San Rafael y Águila. Con el slogan “Los joyeros de confianza”, allí se vendían finos relojes Rolex y Longines, los cuales se identificaban por la inscripción distintiva de “Cuervo y Sobrinos”. También ofertaban un extenso surtido de sortijones para caballeros, de oro 18K y topacio, yugos de los más finos estilos, así como gran variedad de hebillas y pasadores.
En San Rafael se distinguieron igualmente la joyería “Gastón Bared” —que representaba en Cuba a las afamadas marcas de relojes Omega, Cartier y Bertting—, la sastrería “Oscar” —cuyas piezas despertaban la admiración de los habaneros—, peleterías como “Ingelmo” —con una reconocida variedad y calidad de zapatos—, y expendedoras de discos como “Columbia y Kubaney”, entre muchos otros establecimientos.
En la intersección de San Rafael y Amistad estuvo la sala cinematográfica doble “Rex Cinema y Dúplex”, inaugurada en 1938, con capacidad para 500 localidades y que llegó a de la preferencia de muchos mientras estuvo en funcionamiento. Mientras, en el cruce de San Rafael e Industria, se encontraba el hotel “Royal Palm”, una de las obras arquitectónicas más destacadas de la zona, convertido hoy en un edificio multifamiliar.
Con el devenir del tiempo, el boulevard de San Rafael ha sido modificado y restaurado. Después de un largo proceso llevado a cabo por la Oficina del Historiador, como parte de las acciones por el aniversario 500 de la capital cubana, se remodelaron varios establecimientos, se colocaron nuevos bancos y jardineras, y se rescató la iluminación. Todo ello ha propiciado un ambiente más moderno, agradable y con una amplia gama de ofertas.
Hoy, a pesar de la situación provocada por la pandemia de la COVID-19, el boulevard conserva su vitalidad comercial, e incluso en él se ubican nuevas tiendas en Moneda Libremente Convertible (MLC). Y aun cuando por momentos ha padecido cierres y restricciones, mantiene su bullicio, movimiento y colorido, que lo confirman como uno de los lugares más transitados y distintivos de la ciudad.