Las cifras de los daños causados por los sismos del pasado domingo en el oriente cubano siguen creciendo.
Hasta este lunes se contabilizaban siete heridos y más de 2 mil viviendas afectadas por los fuertes temblores, uno de 6.0 y otro de 6.7 grados en la escala de Richter, según los registros del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (Cenais).
Todos los lesionados hasta el momento se reportan en Granma, la provincia más golpeada por los sismos y sus réplicas.
Además, allí se cuentan 2 018 casas dañadas, de las que 26 sufrieron derrumbes totales. A ello se suman daños en unas 30 instituciones de salud y 40 centros educacionales, así como nueve deslizamientos de tierra en las zonas montañosas.
Pilón, el municipio más cercano a los epicentros, contabiliza hasta el momento unos 530 inmuebles dañados.
En Santiago de Cuba, por su parte, se afectaron 234 viviendas, “sobre todo en paredes, techos y muros”, según se informó en una reunión gubernamental, reseñada por medios oficiales.
Del resto de los territorios no se han referido daños significativos, a pesar de que los sismos se sintieron en todo el oriente cubano e, incluso, en varias provincias de la región central.
Tampoco han trascendido informes oficiales sobre personas fallecidas como consecuencia de los sismos.
Reportes previos sí habían informado también sobre daños en la infraestructura eléctrica, principalmente en Granma, lo que dejó sin servicio a unos 14 mil clientes.
También se habían reseñado daños en el faro de Cabo Cruz y el muelle de Pilón, así como en otras conocidas edificaciones, principalmente en Granma.
Según se explicó en la reunión gubernamental, actualmente un grupo de especialistas realiza una evaluación técnica de las infraestructuras del territorio granmense, labor a la que se sumarán 85 profesionales de varias provincias.
Más réplicas
En las 36 horas posteriores a los dos sismos del domingo, el Cenais registró 1130 réplicas, de ellas más de 40 perceptibles, concentradas en las provincias de Granma y Santiago de Cuba.
De acuerdo con el doctor Bladimir Moreno Toirán, presidente del Consejo Científico del Cenais, en los próximos meses podrían seguirse registrando réplicas “que deben disminuir en la medida que pase el tiempo”.
No obstante, el especialista no descartó “la ocurrencia de un sismo de mayor magnitud”, por lo que, dijo, se mantiene una “vigilancia permanente” desde el punto de vista sismológico.
Sismos de este domingo podrían tener réplicas durante los próximos meses
Moreno Toirán recordó que desde el 25 de mayo de 1992 no ocurría “un terremoto de gran magnitud y con afectaciones importantes” en Cuba.
“En aquel entonces fue de 6.9, localizado en Cabo Cruz, Granma; por lo que los de 6.0 y 6.7 —que ocurrieron este domingo—, marcan una pauta en la historia sismológica cubana”, consideró.
El experto precisó que los dos movimiento telúricos del domingo tuvieron epicentros muy cercanos al del sismo de 5.7 que afectó a Pilón en febrero de 1976, y “es menester acotar que uno de 6.7 tiene una longitud de ruptura en la falla tectónica de aproximadamente 35 kilómetros, lo que implica que se produzcan réplicas a lo largo de esta, tal y como ha acontecido”.
Más cercano en el tiempo, apenas en enero de 2020, un fuerte terremoto de 7.1 en la escala de Richter tuvo su origen a 125 kilómetros al suroeste de Cabo Cruz y fue perceptible en todo el territorio nacional, aunque al localizarse profundo en el mar y bien alejado de tierra — incluso ligeramente más cercano a Jamaica— no dejó afectaciones de importancia.
La falla geológica Oriente, ubicada a lo largo de la costa sureste de la isla, es la principal zona de actividad sísmica en Cuba, donde se reporta cerca del 70 % de los movimientos telúricos del país.
De acuerdo con el Cenais, Cuba contabilizó 14 sismos perceptibles en 2023 y este año se habían registrado 12 antes de los del domingo.
Estos eventos ocurren en momentos en que Cuba todavía se recupera del impacto de los huracanes Oscar —en el extremo oriental— y Rafael —en el occidente—, así como de intensas lluvias y desconexiones de su sistema eléctrico, en medio de una severa crisis económica.