Cuba decomisó hasta mayo tres veces más droga que el primer semestre de 2016

El secretario de la Comisión Nacional de Drogas de Cuba, Antonio Israel Ibarra, ofrece rueda de prensa el jueves 22 de junio, en La Habana. Ibarra informó que la isla interceptó hasta mayo pasado, en sus aguas y costas, el triple de la droga capturada en el primer semestre de 2016. Foto: Alejandro Ernesto / EFE.

El secretario de la Comisión Nacional de Drogas de Cuba, Antonio Israel Ibarra, ofrece rueda de prensa el jueves 22 de junio, en La Habana. Ibarra informó que la isla interceptó hasta mayo pasado, en sus aguas y costas, el triple de la droga capturada en el primer semestre de 2016. Foto: Alejandro Ernesto / EFE.

Cuba interceptó hasta mayo pasado el triple de la droga incautada a narcotraficantes en el primer semestre de 2016, año en el que decomisó unos 1.711 kilogramos de sustancias prohibidas, informó hoy la Comisión Nacional de Drogas de la isla.

El secretario de la institución, Israel Ybarra, explicó a la prensa extranjera acreditada en La Habana que de la droga intervenida el año pasado, 1.503 kilogramos fueron de marihuana, una sustancia que Cuba “no ha legalizado ni pretende legalizar”, subrayó.

Completan la lista 207,19 kilogramos de cocaína, 0,04 kilogramos de hachís y 0,66 kilogramos de cannabis sintético, dijo Ybarra, quien además especificó que la mayoría de esta droga se detectó en paquetes lanzados al mar y arrastrados por las corrientes marinas hacia las costas cubanas.

Entre las razones de este incremento, el funcionario mencionó el número cada vez mayor de bandas de antiguos traficantes de personas, que ante el fin de la política migratoria preferencial de EE.UU. “pies secos/ pies mojados“, han “reorganizado su actividad” hacia el narcotráfico.

“Ha habido un reajuste”, dijo en entrevista con CNN días atrás el coronel Héctor González Hernández, jefe de la Dirección de Lucha contra la Droga. “Tenemos evidencia de que las redes criminales están pasando del tráfico de humanos al tráfico de drogas o ambos al mismo tiempo”.

También ha influido el aumento de la vigilancia en la zona del Caribe gracias al acuerdo firmado en 2016 entre Cuba y EE.UU. –que restablecieron vínculos diplomáticos un año antes–, el cual permite la comunicación directa entre embarcaciones durante una persecución a narcotraficantes.

El convenio, firmado durante el mandato de Barack Obama, podría peligrar ante el giro en el “deshielo” bilateral anunciado el pasado viernes por el presidente Trump.

Según el secretario de la Comisión Nacional de Drogas de Cuba las nuevas medidas, que limitarían los viajes de estadounidenses y los negocios con algunas empresas estatales cubanas, crean un estado de incertidumbre que podría afectar el futuro de la colaboración bilateral.

“El presidente de los EE.UU. anunció un grupo de medidas, que todavía no se han implementado. De antemano hemos mantenido conversaciones periódicas de alto nivel con las fuerzas de la ley estadounidenses. Actualmente esas conversaciones se han suspendido, aunque el acuerdo se mantiene vigente”, dijo Ybarra.

La primera de las dos reuniones previstas en el año para controlar la marcha del convenio bilateral contra el narcotráfico, prevista para el primer semestre en EE.UU., fue aplazada a petición de la parte estadounidense, indicó.

El funcionario insistió en que Cuba mantiene “la disposición de continuar colaborando por el bien de los cubanos y del pueblo norteamericano, el más beneficiado por esta colaboración”.

En los últimos diez años, aún sin comunicación directa, la Isla informó de 500 casos de narcotráfico e incautó unas 40 toneladas de droga dirigida a EE.UU., destino de la mayoría de las sustancias prohibidas transportadas por el Caribe.

Cuba mantiene una política interna de “tolerancia cero” con las drogas y desde hace décadas tiene activo un programa nacional enfocado en la prevención y en la atención médica personalizada y gratuita a los adictos.

Ybarra aseguró que según las encuestas de la Comisión Nacional de Droga, en la Isla el consumo de drogas como marihuana y cocaína es “muy bajo” y se mantiene “estable”, aunque reconoció que hay niveles considerables de consumo de alcohol, tabaco y medicamentos, que “aún regulados, son usados en ocasiones para la drogadicción”.

“En Cuba, aunque las drogas no son un problema social grave, un solo caso es una preocupación”, dijo.

OnCuba / EFE

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