Un grupo de seis cubanos se encuentra en situación de extremo peligro, varado en la frontera entre Bielorrusia y Polonia desde hace varios días, sin ropa adecuada ni alimentos y a expensas de golpes y maltratos de autoridades fronterizas de ambos países.
“Llevamos ocho días vagando por esta ‘tierra de nadie’, no nos dejan pasar para un lado ni para el otro, nos han golpeado varias veces, también a las mujeres. Tratamos de pasar a Polonia y nos amenazaron y golpearon, y tampoco nos dejan regresar a Minsk para volver a Rusia”. Es el testimonio para OnCuba de Yasmani Leonardo Pérez, uno de ellos.
María Esther Moliner Correoso ya no puede caminar. Las piernas inflamadas y llenas de picaduras de insecto no la sostienen, cuenta. “Pero anoche llegaron guardias bielorrusos encapuchados y volvieron a entrarnos a golpes. Cuando vieron que no podía pararme, me cogieron por el pelo y me tiraron como una muñeca”, aseguró en uno de los mensajes enviados antes de perder comunicación hace horas.
En los ocho días que llevan varados, terminadas las provisiones, solo han ingerido “agua de río, y lo que vamos encontrando que han dejado botado otros migrantes”, dicen.
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En estos momentos permanecerían junto a un grupo de otros veinte en la misma situación, procedentes de Pakistán, India y Siria, fundamentalmente.
“Ellos han compartido con nosotros lo poco que tienen, y nos dieron refugio en sus tiendas de campaña, porque nos estábamos muriendo de frío”, contó María Esther.
Los cubanos, de La Habana y Artemisa, salieron de la ciudad rusa de Kazán, donde se encontraban desde hace un tiempo. Lo hicieron por “desesperación”, explican. “La policía rusa está haciendo redadas y deportando a los ilegales. No podíamos quedarnos allí”, asegura Yasmani.
Según el grupo de cubanos, alguien les prometió ayudarlos a cruzar las fronteras, probablemente a cambio de dinero. Lograron entrar a Polonia días atrás; pero el carro que debía esperarlos no llegó y se vieron en la necesidad de salir a buscar comida y agua. Cuando la policía los capturó, los devolvió al bosque. Tuvieron que regresar a la parte bielorrusa; pero ahora “no nos dejan ir para un lado ni para el otro”, escribió uno de ellos en un mensaje de WhatsApp enviado a un allegado días atrás.
“Solo pedimos que nos dejen salir de aquí. Entramos de forma legal en Bielorrusia. Estamos pidiendo ayuda a las organizaciones internacionales y la embajada cubana. Por favor, sálvennos”, suplica María Esther.
La última ubicación conocida del grupo los sitúa en territorio bielorruso, entre las localidades de Malaya Opaka y Kazimirovo. En su último contacto no sabían exactamente dónde estaban, ya que habían sido obligados a moverse por las fuerzas fronterizas y no tenían Internet. Su paradero actual es desconocido.
Es solo el enésimo caso de cubanos que se enfrentan a peligro extremo al intentar cruzar fronteras desde Rusia y Bielorrusia (países de libre entrada para los cubanos) a la Unión Europea. Además de no dominar la lengua ni las costumbres, suelen no conocer las rutas ni las características de los territorios que deben atravesar.
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Es difícil precisar una cantidad exacta; pero se cuentan en cientos los testimonios de cubanos que en los últimos tiempos y a través de la península balcánica han atravesado media Europa para llegar a Italia o España, destinos preferidos por cercanía cultural y por la presencia de una comunidad connacional numerosa.
El escenario en la frontera
La situación en la frontera entre Bielorrusia y Polonia, Letonia y Lituania se ha agravado en los últimos tiempos. En noviembre de 2021 se congregaron allí miles de migrantes, en su mayoría procedentes de Irak y otros países de Oriente Medio, con la esperanza de entrar en la Unión Europea. El contexto de la guerra en Ucrania no ha sino empeorado el cuadro.
Lituania, Letonia y Polonia acusan a Minsk de orquestar una crisis migratoria para desestabilizar la UE como respuesta a las sanciones. Mientras, Bielorrusia niega categóricamente cualquier relación con la afluencia de migrantes indocumentados.
Según reportó la agencia Sputnik en abril, citando a la Guardia Fronteriza polaca, un total de 8 mil migrantes ilegales habían intentado cruzar de Bielorrusia a Polonia desde principios de 2023. Solo en ese mes se contabilizaron 2 400 intentos.
Por su parte, los guardias fronterizos bielorrusos más de una vez han denunciado que sus homólogos europeos expulsan por la fuerza hacia Bielorrusia a los solicitantes de asilo.
En marzo, el Comité de Protección Fronteriza bielorruso comentó que esas acciones de las autoridades polacas, cuando personas vulnerables son abandonadas en situación obviamente peligrosa, ocasionan con frecuencia muertes en la frontera por causa de hipotermia o extenuación.
Del otro lado de la cerca el trato no es mejor. Y en el medio, vidas humanas en peligro cada día.