En la noche del miércoles 26 de marzo, y a los 81 años, murió el obispo emérito de Matanzas, monseñor Manuel Hilario de Céspedes y García-Menocal, según comunicó la Diócesis de Pinar del Río, a donde estuvo ligado desde su regreso a Cuba, en 1984, y hasta 2005.
Fue de los sacerdotes que participó en el Encuentro Nacional Eclesial Cubano (ENEC), en 1986, y posteriormente en el Encuentro Conmemorativo (ECO), según recuerda el obituario que comparte en sus redes la Diócesis de Pinar del Río, a donde estuvo ligado desde su regreso a Cuba en 1984, y hasta 2005.
Manuel Hilario era el último de cinco hermanos, tataranieto y único descendiente directo, en Cuba, del Padre de la Patria y primer presidente de la República en armas, Carlos Manuel de Céspedes, recordaba el perfil en Facebook Holguín católico.
Manuel Hilario nació en la Víbora, el 11 de marzo de 1944, y era el menor de cinco hermanos, entre ellos Mons. Carlos Manuel de Céspedes, otro de los grandes sacerdotes cubanos, fallecido en 2014.
Después de la revolución, en 1959, su familia emigró a Puerto Rico donde Manuel Hilario estudió Ingeniería Eléctrica.
Posteriormente, entró al Seminario San José en Caracas, Venezuela. Allí se ordenó el 21 de mayo de 1972. En Petare, Caracas, ofició como sacerdote.
Se mantuvo en Venezuela hasta que el 15 de septiembre de 1984 regresó a Cuba.
Desde su llegada estuvo vinculado a la Diócesis de Pinar del Río hasta que el Papa Benedicto XVI lo nombrara Obispo de Matanzas el 7 de mayo del 2005, donde se mantuvo hasta su jubilación en 2022.
De su trabajo en Pinar del Río se recuerda que fue párroco en Minas de Matahambre, Santa Lucía y la ciudad de Pinar del Río. Fue asesor de la Revista Vitral, Canciller de la Curia Diocesana y Asesor de la Pastoral Juvenil.
“La amistad y sencillez, la pobreza y el espíritu de sacrificio, la relación íntima con Dios y el amor a la Patria, la alegría y el regaño, el carácter especial que a pesar de la radicalidad de alguna que otra respuesta, no podíamos dejar de quererlo muchísimo y desear estar siempre cerca de él”, recuerda el mensaje de la Diócesis de Pinar del Río.
Conocido el deceso del “Padre Manolo”, como le llamaban, se le recuerda hoy en las redes como “un gran hombre, un sacerdote ejemplar, un cubano digno, un patriota extraordinario”.