Narciso Cobo: No sé si cuando se habla de «actualizar» el modelo económico, se piensa en el orden estrictamente funcional, o, con otra amplitud en cuanto a la estructura y naturaleza de las relaciones que parece llamado a transformar. Hoy, aunque normalmente nos referimos a la «actualización» del modelo económico, en realidad estamos encarando la necesidad de rediseñarlo con un alcance mayor. Hay cambios en el plano institucional, en el papel del Estado, en los actores, en los espacios, en las relaciones de propiedad. Estamos, aunque quizás no nos guste la palabra, ante una reforma, que pasa, centralmente, en mi opinión, por el aparente dilema de restringir y fortalecer —sin que ello sea contradictorio— la intervención del Estado en la economía, tanto en su función rectora como en su condición de actor.
Armando Nova: Posiblemente, Cuba haya alcanzado, hasta muy recientemente, el más alto grado de concentración de la propiedad estatal, en comparación con los modelos de los países socialistas de Europa. Se estableció una identidad entre propiedad estatal y propiedad social, lo cual en modo alguno fue propuesto por los fundadores del marxismo. Y eso ha condicionado todo un proceso que hace compleja la estructuración del cambio.
Emilio Duharte: El nuevo modelo socialista cubano está obligado, por su naturaleza, necesidad histórica y ética política, a ser consecuente con las expectativas de la población e incluir los diferentes actores sociales surgidos como resultado de las reformas. Constituye un gran reto la aparición de actores representantes de la pequeña propiedad privada, incluso de la mediana, que considero viable en Cuba.
Tania García: Cuando se dice que hay que cambiar la mentalidad y enfrentar la situación con criterios nuevos, en esencia estamos hablando de cambios de carácter y naturaleza culturales. Como insistía el profesor Duharte, un socialismo renovado, fortalecido, implica una mayor participación social; ¿cómo combinar los intereses individuales y sociales?, ¿hay un mercado preocupado por el desarrollo social o es la función equilibradora del Estado, y la participación —no solo de carácter político— las que están llamadas a preservar el desarrollo social de la nación?, ¿qué mecanismos de participación y control social son necesarios para poder continuar con este proceso?
Revista TEMAS no. 73, enero-marzo de 2013
Panel “Actualizando el modelo: economía política y cultura”.
Panelistas: Narciso Cobo, Emilio Duharte, Armando Nova, Tania García (moderadora).
Léalo completo aquí