Roberto Veiga y Lenier González, Editor y Vice-editor, respectivamente, de la revista Espacio Laical, renunciaron a sus cargos luego de diez años al frente de la publicación, por “propia voluntad” y “no como fruto de ninguna destitución”, según una nota aclaratoria circulada este miércoles por correo electrónico y firmada por ambos.
A raíz de las reacciones mediáticas generadas ante el cambio en la dirección editorial de la revista, y las versiones encontradas acerca de su destitución o renuncia, Veiga y González puntualizan que el pasado 2 de mayo solicitaron su renuncia al Cardenal Jaime Ortega, a través de la figura de Gustavo Andújar Robles, nombrado recientemente director de Espacio Laical.
“Era la tercera vez, en los últimos dos años, que pedíamos nuestra dimisión”, explica el mensaje enviado por los editores. “En el día de ayer se nos informó que finalmente había sido aceptada por el también Arzobispo de La Habana. Las dos peticiones anteriores nunca fueron aprobadas por el Cardenal. En ese entonces, por consideración a su persona aceptamos continuar ejerciendo nuestras funciones”.
Veiga y González califican como “incidente muy desagradable” el equívoco causado a partir de la divulgación en horas de la tarde del martes, de una nota de despedida enviada a 16 colaboradores y amigos, en la cual afirmaban que habían sido “liberados” de sus obligaciones; sin embargo, varios medios de comunicación se refirieron al hecho en términos de “destitución”.
Ante esta circunstancia, Gustavo Andújar, Director de Espacio Laical, negó que los editores fueran destituidos mediante una nota de prensa emitida el miércoles.
“Roberto y Lenier no fueron ‘liberados de sus cargos’, en el sentido en que la expresión se emplea en Cuba, sino que renunciaron a ellos, en el sentido en que esa expresión se emplea en todas partes. Nadie los obligó a renunciar. Nadie les exigió, pidió, o siquiera les sugirió que renunciaran. Simplemente hicieron efectiva una renuncia que habían anunciado en más de una oportunidad, incluso con un horizonte temporal muy definido”, decía el comunicado.
En su más reciente mensaje, Veiga y González lamentan “el tono agresivo y desproporcionado” de la comunicación de Gustavo Andújar, y detallan las causas de su renuncia, vinculadas a la desaprobación del perfil socio-político de la revista en determinados sectores de la comunidad eclesial, una problemática que ha provocado tensiones sobre la figura del Cardenal y sobre los propios editores.
“En tal sentido, creímos oportuno –y así lo seguimos pensando– que no era moralmente adecuado seguir conduciendo una publicación que provocaba divisiones dentro de la propia comunidad eclesial, donde se encuentran las posiciones de quienes piensan que la Iglesia no debe inmiscuirse ‘en política’ y los que creen que no debe abrir sus espacios a todos los actores de la sociedad civil cubana”, señalan.
Finalmente, Veiga y González dejan un mensaje de agradecimiento a los colaboradores de la revista y, en especial, al Cardenal Jaime Ortega, por su apoyo “hasta donde le fue posible”. Reconocen asimismo al padre Carlos Manuel de Céspedes, “por su lealtad sin fisuras y por señalarnos el camino y la serenidad de espíritu para recorrerlo”, y hacen votos por el futuro de Espacio Laical y por Cuba.
A continuación OnCuba reproduce el mensaje enviado por Roberto Veiga y Lenier González
A todos los interesados:
Con motivo de las reacciones mediáticas causadas por un pequeño mensaje enviado a un grupo de 16 colaboradores de Espacio Laical queremos compartir las siguientes consideraciones:
El pasado 2 de mayo solicitamos nuestra renuncia como editores de la revista al cardenal Jaime Ortega, a través de la figura de Gustavo Andújar Robles, recién nombrado director de la publicación. Era la tercera vez, en los últimos dos años, que pedíamos nuestra dimisión. En el día de ayer se nos informó que finalmente había sido aceptada por el también Arzobispo de La Habana. Las dos peticiones anteriores nunca fueron aprobadas por el Cardenal. En ese entonces, por consideración a su persona aceptamos continuar ejerciendo nuestras funciones.
En la nota de despedida enviada a estas 16 personas (colaboradores cercanos de la publicación y amigos), y que llegó a manos de la prensa, afirmamos que “fuimos liberados de nuestras obligaciones”. Muchos medios, en un principio, expresaron que “habíamos sido destituidos”. Reconocemos que la frase se prestaba a equívocos, dando lugar a un incidente muy desagradable, pues en el contexto de la renuncia acordamos con la dirección de la revista darle bajo perfil a nuestra salida y, en un inicio, no hablar con la prensa. Reiteramos que abandonamos Espacio Laical por nuestra propia voluntad y no como fruto de ninguna destitución. El término “liberados de nuestras obligaciones” se refería, en efecto, a la aprobación de nuestra renuncia por parte del Cardenal.
El motivo principal que nos llevó a solicitar nuestra dimisión como editores ha estado relacionado con la polémica que genera, en determinados sectores de la comunidad eclesial, el perfil socio-político de la publicación. Esta problemática ha sido causa de tensiones que se han proyectado sobre la figura del Cardenal-Arzobispo y sobre nuestras personas. En tal sentido, creímos oportuno –y así lo seguimos pensando– que no era moralmente adecuado seguir conduciendo una publicación que provocaba divisiones dentro de la propia comunidad eclesial, donde se encuentran las posiciones de quienes piensan que la Iglesia no debe inmiscuirse “en política” y los que creen que no debe abrir sus espacios a todos los actores de la sociedad civil cubana. En tal sentido, y en concordancia con lo anteriormente expuesto, llegamos a comprender la imposibilidad de mantener el cauce editorial de la revista Espacio Laical tal y como ha sido hasta nuestros días.
Hasta cierto punto nos conmueve que una comunicación privada, para amigos, como fue el correo electrónico enviado a estas 16 personas, se convirtiera en motivo de preocupación para tantos hombres y mujeres, dentro y fuera de Cuba, que inmediatamente nos mostraron su cercanía y preocupación. Igualmente, lamentamos el tono agresivo y desproporcionado de la Nota de Gustavo Andújar hecha pública este miércoles.
Humildemente pedimos disculpas si hemos agraviado a alguien alguna vez en estos 10 años. Agradecemos a todos los colaboradores de Espacio Laical, los verdaderos protagonistas de esta aventura, sin los cuales nada hubiese sido posible. Siempre nos hemos considerado simples servidores. También hacemos pública nuestra gratitud al cardenal Jaime Ortega por apoyar nuestra gestión, hasta donde le fue posible. Igualmente, reconocemos con mucho cariño el trabajo desempeñado por el querido padre Carlos Manuel de Céspedes, por su lealtad sin fisuras y por señalarnos el camino y la serenidad de espíritu para recorrerlo.
Hacemos votos por el éxito de la gestión del nuevo equipo editorial y su director, para que sigan sirviendo a nuestro país y a la Iglesia con la impronta del Papa Francisco.
Finalmente, hacemos votos por Cuba, nuestra querida Patria, por la que seguiremos trabajando con la misma pasión de estos últimos 10 años, implorando, desde nuestra pequeñez, la gracia de Dios y de la Virgen de la Caridad del Cobre.
Roberto Veiga y Lenier González