Su nombre es Leonor Miranda pero nadie la llamaba así. Para los demás profesores de la Lenin y para todos nosotros, sus alumnos, era La teacher.
Aunque nos parecía una mujer “mayor” a la vista de nuestros doce años, no debía pasar de los treinta. Tenía dos hijos, que veíamos muy esporádicamente porque no estudiaban en nuestra misma escuela, y poseía tantas cualidades que resulta difícil resumirlas.
Empecemos por lo que llamábamos “porte y aspecto” en términos disciplinarios. Creo que jamás conoceré a nadie a quien le importe menos. La teacher –quien obviamente impartía clases de inglés– se vestía digamos de forma tradicional para su género solo cuando le tocaba su turno de clases. En esos breves momentos, lucía un vestidito de algodón que debió heredar de su madre, y calzaba unos zapatos comunes, gastados, ajenos a toda moda. El resto del tiempo, que era la mayoría, usaba ropa de campesina educada al estilo militar. Sombrero de yarey, pantalones verdes o de camuflaje, camisa de mangas largas abotonada como para resguardar el busto de la Monroe, y botas altas, de teniente, casi siempre sin acordonar hasta arriba. Dicho así, parece la imagen de alguien férreo, sin atributos femeninos, pero no es la verdad.
La teacher era una criatura consagrada a su trabajo –o sea, a educarnos a nosotros, diablillos terribles–, exigente consigo misma y por consiguiente, con el resto del planeta, una maestra durísima y maravillosa a la vez. Concentraba todo lo que la sociedad impone como “dulzura de mujer” en su gentileza maternal. Si bien no era fácil provocarle una sonrisa, cuando se lograba, su rostro adquiría una luminosidad particular. Los ojos, pequeños, adiestrados para observar hasta lo más nimio, se le achinaban, y su boca dibujaba una pícara mueca, que bien sabíamos efímera. Su sentido del humor era, también, peculiar. No mostraba alegría, ni siquiera complacencia a menudo, pero dominaba la ironía a la perfección. No era raro escucharle decir, por ejemplo: “Se nota que te divertiste mucho en el pase, pero el estudio te importa poco. ¿Qué tal si pones el mismo empeño de la playa en aprender?”
Nos trataba a todos(as) por igual, algo significativo en una escuela donde, como en la sociedad misma, los niños(as) proveníamos de distintos niveles tanto instructivos como económicos. A La teacher no le importaba de qué familia procedíamos, sino cual era nuestra conducta en la escuela. Su nivel de exigencia, el rigor que pautaba su vida, era insobornable. Llegó a responsabilizarse con la dirección de nuestro grado, de modo que además de ser nuestra profesora de inglés, era la jefa de toda la unidad cuatro. O sea, la máxima autoridad a la cual teníamos acceso los alumnos, y el resto del colectivo de profesores.
Su prestigio jamás fue puesto en duda: era, en el buen sentido, dueña de todo cuanto sucedía en nuestro curso. A ella acudían maestros, alumnos, jefes de albergues, instructores, dirigentes de la FEEM y cuanto ser existiera, para que aconsejara, deshiciera entuertos o tomara medidas de castigo. Incluso los Tíos y Tías encargados de nuestra actividad agrícola también solían pedirle ayuda –o dar quejas– a La teacher. Esa sabia mujer decidía por todos, con un sentido de la justicia y también del honor dignos de reconocer. Jamás castigó a nadie que no lo mereciera, y, sobre todo, se ocupó de resolver ella misma cuanta dificultad apareciera en el camino, de manera que la dirección central de la escuela –un sitio al que le teníamos pavor– nunca supo de nuestra existencia. Enviar un alumno a la dirección central era para nosotros, una expulsión segura, y supongo que para La teacher, un fracaso. Nunca sucedió algo semejante.
Sé que alguien podrá acusarme de mitómana, pero mis colegas no me dejarán mentir: ella se aprendió los nombres y los apellidos de cada uno de nosotros, algo pantagruélico si se tiene en cuenta que éramos unos mil alumnos. Y no solo eso, sino que además, memorizaba los horarios de cada turno de clase que tuviéramos. Esta capacidad única le permitía sorprendernos a cada paso, o mejor dicho, impedía cualquier intento de engaño de nuestra parte. Si, por ejemplo, encontraba a Esther María deambulando por uno de los jardines, La teacher le decía “Esther María Hernández Arocha…paseando a esta hora…hum ¿no debía estar usted en el aula, en el turno de Química?”
Cuando cumplía su turno de guardia nocturna, era implacable con el horario, que a partir de las diez de la noche se consideraba “de silencio”. Los demás miembros del claustro, cuando estaban de guardia, nos gritaban desde los bajos de los albergues “!Cállense ya, y apaguen las luces!”, pero La teacher hacía mucho más. Subrepticiamente entraba al albergue hasta llegar a quienes conversábamos, oíamos música, o nos reíamos. La oscuridad era tremenda, de forma que nos sorprendía “en el brinco”, citando nombres y apellidos de los (as) indisciplinados(as). Era algo vergonzoso y cómico a la vez. Decía, por ejemplo: “Muy bien. Son las once y quince minutos, y resulta que Aurora Rodríguez, Beatriz Polanco, Karen Yelin, Celeste Echevarría y Bertha Fernández no tienen sueño y conversan como si estuvieran en el portal de una cafetería. Hagan el favor de cumplir con el horario de silencio y CÁLLENSE”. De más está decir que la obedecíamos sin chistar. No nos amenazaba con determinado castigo, simplemente nos hacía cumplir el reglamento con su presencia.
Durante seis definitorios años se mantuvo a nuestro lado sin faltar un solo día. Crecimos mientras ella envejecía. Nos convertimos en adultos jóvenes, escogimos nuestro futuro estudio, nos graduamos en una ceremonia espléndida luego de estampar nuestras firmas en el Pico Turquino, el más alto de Cuba, y La teacher nos acompañó siempre. Incluso en aquella escalada, que si para la juvenilia resultó dura, para ella debió ser descomunal.
No es posible hablar de nuestros años en La Lenin sin evocar a esta mujer irrepetible, a quien debemos gran parte de la sobrevida. Como suele suceder, no tuvimos oportunidad –ni madurez suficiente– para agradecerle su generosa educación, su modestia, su sentido de la justicia.
Hace diez años la vi por última vez, en un encuentro que se llevó a cabo en los bajos de la Facultad de Economía. Me emocionó muchísimo reencontrarme con ella. Apenas había cambiado, seguía siendo la dama majestuosa de los zapatos viejos, la gran maestra que se consumió mostrándonos el cenagoso camino de la vida. Alejada de todo glamour, nos fue saludando a medida que entrábamos al local de la reunión, y entre risas repetía la mayoría de nuestros nombres. Ay, teacher, es hora de que sepas cuán intensa es la huella que dejaste en nosotros, y permíteme el irrespeto de tutearte. Aunque muy tardíamente, estés donde estés, quiero que sepas que tu imagen permanece en nuestra memoria como lo que siempre fuiste: una indiscutible reina.
¿Será casualidad? Al menos en mi caso siempre los teachers eran los maestros más singulares. En nuestro pre había uno a que le decíamos el Volkswagen, porque era igualito a un VW, pero al igual que esta teacher de Laidi, un gran pedagogo. Felicito a la autora.
Laidy te confieso que cuando leí el título de de está crónica me dije que la tenías que haber escrito tu… Como no recordar a la Teacher y su peculiar modo de arquear la ceja cuando algo la disgustaba… En una época vivía bastante cerca de mi casa… te agradezco tanto hacernos recordar, supongo que a muchos de nosotros les pasa lo mismo…
Bonito homenaje a la teacher. En mi época ella era de la 5, y la fama que le precedía era de recia pero ahora me entero mucho más. Los años más felices de mi vida, los tuve en esa escuela y en esa época. Mucha rectitud q la aplico con mi prole. Aunque me critiquen, jaja
Excelente escrito. Es cierto que existen profesores que calan bien adentro y después que uno madura y toma conciencia de la vida les agradece de manera infinita la mella que dejó en nuestra formación profesional y social.
En la época que curse el preuniversitario (1986-1989) existía también una “teacher” que fue la directora de la unidad 2. No estoy seguro si será la misma profesora, pero guardo similares recuerdos de aquella…y si… con su sentido de la disciplina y su exigencia, nos educó a todos. Igualmente le agradezco mucho nuestra formación así como al claustro de profesores que tuvimos. Muchas gracias por el artículo, me emocione al leerlo y recordando los maravillosos años que muchos vivimos en la Lenin.
Lázaro,esa misma fue, pues yo curse estudios desde el 83 al 89 y la recuerdo como una excelente pedagoga,no por gusto fue en esa epoca la unica directora de unidad en La Lenin,bajo la dirección general de Brismart.Les digo a mis hijas todos los días que como profesores de esa época la escuela mas nunca los tuvo nuevamente.Ahora dista muchísimo de lo que fue en aquella época.
Laidi me has estremecido, cuando leí el título me inquieté, porque solamente podía ser La Teacher, mi teacher, pero no, cómo iban a hablar de Leonor en OnCuba, pero lo leí y veo que hiciste un retrato perfecto de ella, me puse triste porque pensé que el final sería un homenaje póstumo, pero por suerte no terminó así. Voy a averiguar por ella. Leonor Miranda fue mi teacher en la secundaria Marta Abreu, no en la Lenin, pero ella fue como la describes. Gracias por este excelente trabajo. Leonor fue toda sentimiento, objetividad, justicia, sencillez, fue como una madre para todos nosotros y fue querida y admirada por todos. Estuve muchas veces en su casa y conocí a su esposo, a sus dos hijos y hasta a su perro, vivía muy humildemente. Que Dios la bendiga.
Gracias.. Movistes lindos recuerdo de esa primera juventud.. creo que todos tuvimos un teacher.. Aunque no fuera un profesor/ra de ingles
Estudié en la unidad 4, ella era LA TEACHER, así mismo la recuerdo, gracias por este homenaje a una mujer singular, alguien le comentará y sonreirá; seguro.
Sin comentarios, bella apología
Gracias Laidi por recordarnos a la teacher que fue una gran maestra y parte importante de nuestra estancia en ese maravilloso lugar llamado por todos La Lenin
Muy lindo escrito, te felcito, porque has logrado hacer un retrato fiel de esa persona a lo que todos le decíamos “La Teache” con mucho cariño y admiración. Yo fui profesor de historia en la unidad 4 cuado ella era directora y tengo muchos y buenos recuerdos de Leonor. En lo personal le agradezco mucho que estuvo a mi lado, con ese sentido de la justicia que le caracterizaba, cuando tuve un problema muy serio con un alumno de 12 grado que casi me costó la separación del sistema educacional. Gracias a ella y mis compañeros del claustro se pudo imponer la verdad, como bien tu dices, a pesar de los estatus sociales y económicos a los que pertenecían los alumnos en esa época. Gracias por recordarnos de forma tan bonita a nuestra teacher. Martí lo dijo “amor con amor se paga”
Muy emotiva semblanza. Me alegra mucho saber que en ustedes causó la misma influencia que en nosotros, profesores noveles . Fui tu profesora de Literatura alguna vez
Sí, realmente la describiste tal cual era, así era ella… Y como bien dices, al final todos comprendimos que era una gran mujer, maestra y directora de una Unidad que mereció siempre el respeto de todos los que fuimos sus alumnos… Mi hermano estudió 6 años después en la Vocacional, ya me había ido de la escuela por supuesto y le tocó ella misma como directora, pienso que duró muchos años en nuestra Vocacional LENIN… Me encantó el homenaje que escribiste sobre nuestra directora y maestra Leonor Minarnda (La Teacher).
Para Manuel:
Gracias por recordarme que La Teacher paso por Marta Abreu, ahí creo que fue compañera de mi abuela que era profesora de Matemáticas…
Muy emotivo Laidi. Un lindo homenaje a una educadora leal. Ojalá le llegue tu escrito y los comentarios de tantos alumnos que la recuerdan.
Mi nombre es Jose Antonio y le di clases de biologia a tu año cuando estabas en 7mo,despues pase para Educacion Laboral ,yo era del 2do Contingente del Destacamento Pedagogico,y como siempre trabaje en la unidad 4 ,tuve mucha relacion con ella,ahora yo vivo en Nuevo Vedado y la teacher vive cerca de mi .y te dore que todavia existe asi como la describes.Te agradesco que este esceito tuyo sea un gran ohomenaje a alguien que siempre fue como tu la describes,y su nombre y lo que hizo,nunca podra faltar como uno de las personas mas importantes de la Lenin.
LAZARO, es la misma. Saludos,
En noveno grado me encontré con un reloj dorado y lo fui a devolver a la dirección y estaba ella a la cual se lo entregue si mal no recuerdo le explique dónde lo había encontrado.
Al otro día en el matutino me puso de ejemplo de honestidad porque había devuelto un reloj y como dijo “Un reloj de oro” . Siempre que me veía me sonreía como diciendo me acuerdo de tu gesto…..
Lástima que no la conocí. O tal vez sí, pero no la recuerdo. Tuve la mala suerte de entrar en el grupo que nos tocó Ruso. Y la esperanza de que en Décimo cambiarían los de Ruso para Inglés y viceversa se esfumó cuando alguien decidió que era mejor seguir hasta el final sin cambio alguno. Eso también me costó no ir al Turquino, pues en 12 grado suspendí el exámen final de Ruso y tuve que quedarme en La Habana para el extraordinario, el cual pasé sin ningún trabajo y sin estudiar. Al cabo de los años he llegado a pensar que ya sabían que me iría del país (me fuí en Noviembre del mismo año, 1979, rumbo a Venezuela, en el programa de ex presos políticos, por mi padre) y me castigaron por eso.
Que recuerdo tan bello . Yo tuve la oportunidad de estar en la unidad 3 y después en la 4 . Me parece estar viéndola . Es alguien muy especial que está presente en nuestras memorias .
Por favor por lo que he leído de nuestra querida Teacher, es que ella ha fallecido??? pregunto pues no hara ni un año que un colega de estudios la vió y la vio bien, dios quiera que sea un error
PRECIOSO HOMENAJE, SE ME ERIZÓ LA PIEL…YO SUFRO DE UNA HIDROCEFALIA (EXCESO DE LÍQUIDO EN LA CABEZA) POR UNA MENINGO DESDE LOS 4 MESES DE EDAD…RECUERDO CUANDO INGRESÉ A LA ESCUELA EN 1975, COMO NO PODÍA COGER MUCHO SOL ME PUSO A TRABAJAR CON ELLA EN LA DIRECCIÓN…Y CUANDO HUBO QUE CORRER CONMIGO PARA OPERARME DE URGENCIA EN 7mo. GRADO, EN MEDIO DE UNA PRUEBA FINAL, FUE LA PRIMERA EN CORRER CONMIGO HASTA EL HOSPITALITO, Y LUEGO CON EL DR. WILFREDO HERNÁNDEZ, DIRECTOR DEL HOSPITAL, PARA EL NEUROLÓGICO (HOY INN) DONDE ME OPERARON, Y EN MI CONVALECENCIA SE ENCARGÓ PERSONALMENTE DE LLEVARME A CASA LOS EXÁMENES FINALES PARA QUE LOS HICIERA Y NO PERDIERA EL AÑO…DONDEQUIERA QUE ESTÉ, EL MEJOR Y MÁS FELIZ DE MIS RECUERDOS DE AGRADECIMIENTO PARA ELLA…
A manera de epílogo, quiero expresar dos puntos: Primero, agradecer los amables comentarios a esta estampa, que escribí francamente emocionada. Muchas Gracias, colegas! Luego, quiero compartir la buena noticia que me participó hoy Jorge Herrera, nuestro imbatible organizador de eventos: El mismo le leyó este trabajo a La teacher, por via telefónica, y me contó que le satisfizo saberse amada; que no paraba de reir a medida que escuchaba la semblanza. No existe mejor recompensa que la de saberse reconocida por nosotros, sus agradecidos diciípulos.
La teacher fue directora de muchas unidades, en mi tiempo lo fue de la Unidad 5. Verdaderamente tu escrito revela con lujo de detalles la personalidad de esta profesora que no creo alguien pueda olvidar. Esta mujer se imponía solo con su presencia a donde quiera que llegaba. Ojalá tu escrito maravilloso y los comentarios de tantos y tantos alumnos puedan llegar hasta la Teacher. Gracias por recordarnos tan lindos momentos
Exactamente es la misma teacher q todos mencionan, es inconfundible. Uno de los comentarios la ubica en la unidad 2, sí fue directora d la 2 en el 89, fue nuestra directora, la gran teacher que ya era leyenda en La Lenin. Gracias por su dedicación y empeño, q sirva este escrito y sus comentarios como homenaje a esta gran maestra.
No podría estar más acertada esta bella crónica, de todos los profesores de la Lenin creo que ella es una de las que más marcó su huella para bien en nuestros corazones!! las palmas y un beso para ella dondequiera que esté.
Encantador y cierto este escrito. La recuerdo con profundo cariño y admiración. Gran ejemplo de sencillez y profesionalismo. Recuerdo su voz,su físico, su ejemplo. Gracias Teacher por haber sido parte de mi formación!
ME HA TRAIDO BELLOS RECUERDOS ESTE COMENTARIO, AUNQUE EN ESA ÉPOCA ESTABA EN LA UNIDAD 5, SI CLARO QUE RECUERDO MUY BIEN A LA THEACHER. MUCHAS FELICITACIONES TU COMENTARIO ES ESPECTACULAR, A PESAR DE HABER PASADO LOS AÑOS, LA DESCRIBES CON EXACTITUD, CUAL ERA ELLA.
Muy emotivo y bello tu artículo, tal vez no baste con decir que como siempre has acostumbrado a tus lectores, pero este en particular me trae gratos recuerdos de esa mujer que nos ayudó a prepararnos para la vida mientras estuvo a nuestro lado en esos años de formación. Una gran maestra y pedagoga en su sentido más amplio. Para ella un fuerte abrazo y un beso.
Laidi, muy bonito tu escrito, yo soy de la IV graduacion, es decir termine en la Lenin en el año 1977, y ahora cuando estamos cumpliendo 40 años de graduados me recuerda a uno entre varios buenos profesores, con caracteristicas similares a la teacher, se llamaba Emilio Enrique Guerrero y Guerrero, profesor de Educacion Laboral, pero celebre y muy reconocido en las primeras graduaciones, en los que lo conocimos dejo una huella inolvidable pues convivio durante los 6 años con nosotros y nos llego a conocer, al igual que la teacher, con nombres y apellidos de cada uno de nosotros. Profesores como la Teacher y Guerrero prestigiaron la Escuela y nos inculcaron valores que hoy nos honran. Gracias Laidi nuevamente por tu erscrito pues me hizo recordar los bellos momentos vividos en la Escuela Lenin
Trabajé en la Lenin, ya en los 90 no conocía a esa profesora pero que bellos que sus alumnos la recuerden así , ser profesor es dejar una bella huella.
Increible tan perfecta descripción. Muy emotivo tan lindo artículo. Respetada y admirada a la vez. Creo que ninguno de nosotros se ha olvidado de ella. Gracias por este momento. Soy VII graduación.
Laidi, muchísimas gracias por tu escrito. Quien no recuerda a semejante ejemplo de educadora. Ella era la educación en persona, no solo por que lo hacía en cualquier lugar y bajo cualquier circunstacia, sino que con cualquier persona. Todavía recuerdo varios comentarios que me hizo mientras me sorprendió jugando pelota en hora de estudio, o fuera de mis turnos de clase. Su capacidad de inspirar respeto era tanto para alumnos como para profesores. También la recuerdo poniendose de parte de un alumo al que le pedían expulsión de la escuela por mal comportamiento y comprometiendose ante el colectivo de que bajo su responsablidad el alumno no iba a volver a cometer indiscilinas y asi fue por el resto del año. Todo esto ocurrió mientras era directora de la unidad 2, en el 1982-83. Mies respeto para ella. Y si alguien pudiera dejar aquí la direccion me encantaría escribirle. Muchas gracias!
Que bella descripción de quien fue en la escuela VOCACIONAL LENIN madre,amiga,compañera y lo mas importante preocupada porque todos sus alumnos fueran ejemplos en la vida de lealtad,sabiduría y de unos sentimientos que jamás podrían borrar de sus memorias aquellos seis años que compartieron entre sus grupos de la UNIDAD a la que pertenecian y que jamás podrán borrar de sus memorias.Yo como papá de DOS alumnos que me acogió en distintas épocas no tengo como agradecerle lo que les enseñó a mis hijos por eso para ella que reciba todo EL AMOR ;CARIÑO Y LO MÁS IMPORTANTE EL AGRADECIMIENTO POR HABERLOS HECHOS EJEMPLOS DE LA SOCIEDAD.
Un saludo cordial a Leidi y un sincero agradecimiento por llevarnos a esos anos unicos e irrepetibles de nuestra Lenin, como parte de la graduacion V aniversario, en la que tuvimos el privilegio de contar con excelentes educadores, como La Teacher, Guerrero, el Gallego (profesor de matematicas) e Irma Perez (profesora de espanol), entre otros.
En aquellos aquellos anos de abundante juventud era dificil aquilatar la importancia del trabajo de estos profesores que diariamente compartian nuestras vidas de becados. Por eso, no es tarde para volverles a dar las gracias…
Bello comentario, recuerdo a otros profesores de igual calidad que la teacher , rectos , pero muy humanos y que no hacían distinciones como bien dices , recuerdo con mucho cariño al profesor Guerrero y al profesor Ricardo de Matemáticas a Olga Rabanillo, siempre es bueno recordar y que sepan estos profesores que dejaron una huella imborrable en nosotros , ojalá que la calidad de los profesores de cualquier nivel de educación actualmente fueran como la que tuvimos nosotros.
Leonor Miranda fue la profesora de inglés de mi hija y la quiero como a una madre. En mi familia todos la recordamos y respetamos mucho. Leonor es, sin lugar a dudas, una mujer excepcional. La persona más digna, con más valores, con más sabiduría y con el mayor equilibrio que no había encontrado jamás en ninguna otra persona, y además, en cualquier cinscunstancia… Muchas cosas buenas para usted, querida Leonor.
De todos los profesores que tuve en la escuela secundaria Marta Abreu, La Teacher es la que recuerdo con más claridad porque el resto están envueltos en una nebulosa… han pasado muchas décadas. No me la imagino con sombrero de yarey de la manera que la describes, pero si vestida muy humildemente, de carácter dulce y firme a la vez. Una de esas profesoras que sin lugar a dudas, dejan su huella en la memoria de sus alumnos para siempre. Gracias por tu artículo, excelente homenaje para La Teacher Leonor Miranda.
Honrar honra…que bellas palabras, ciertas por demás…fue mi vecina `por un tiempo…hasta que su pareja fallecio…hace mucho que no se de ella…si aun vive que reciba nuestro cariño y respeto, pero si no…estara seguramente en el lugar a donde van los grandes…abrazos sinceros
Fue de mucho agrado haber leído lo que Laidi Fernández de Juan escribiera sobre Leonor Miranda, nuestra Teacher, la de la Lenin y la de los alumnos que tuvimos la suerte de haberla tenido frente a las aulas que ocupara en una modesta Secundaria Básica, de una barriada del municipio Playa, Marta Abreu, y luego en el concentrado de décimo grado que se estableció en la ya desaparecida Secundaria Hely Pérez.
Por orden cronológico tuvimos el privilegio de conocerla antes que los alumnos de la Lenin. Eran los años en que sus dos hijos, Margarita y Nelson, comenzaban con sus travesuras infantiles y no faltaban los días en que uno u otro enfermara y ella, para no faltarle a sus alumnos, aparecía en el centro con el enfermo de turno y así, entre la inesperada travesura d uno u otro, nos ofrecía sus conocimientos para beneplácito d aquellos que nos formábamos bajo su inagotable sapiencia.
No es este escrito uno más para resaltar los valores de una mujer que ya han sido expuestos por Laidi.
Todo lo ya expresado es muy cierto y muchas más anécdotas q escapan a mi memoria. Pero recuerdo una de la que fuera protagonista.
Un buen día, de acuerdo con otro compañero del aula, habíamos decidido ir a almorzar al restaurante del circulo social del Náutico, por lo que abandonamos la escuela (nos escapamos) antes de finalizar la jornada de la mañana. Mi compañero había querido ir a su cercana casa para cambiar su ropaje.
Y qué sorpresa!!! La teacher, en persona, tocó a su puerta para pedir cuenta x la ausencia a los últimos turnos de clases de aquella jornada.
Mi amigo, rápidamente, acudió a una mentira piadosa, argumentando tener un turno médico aquella tarde. Ella lo escuchó y antes de regresar a la Secundaria le manifestó siempre el buen consejo al hacerle saber que ante esa situación él debió acercarse a la dirección del centro para exponer esa necesidad de acudir a un turno médico.
Mi presencia allí ella no la descubrió pues todo ese tiempo estuve escondido en la cocina del apartamento desde donde escuchaba la conversación que ambos sostenían.
Eran tiempos de inmadurez y travesuras juveniles, pero siempre la veíamos y escuchábamos con el mayor respeto. Y qué decir de las Escuelas al campo?
A pesar de sus dos pequeños hijos no eran ellos impedimento para su participación. Allá se iba con nosotros y con su gran ejemplo de trabajadora abnegada que enfrentaba cualquier labor que se le señalara sin ánimo de asumir trabajos de dirección que le sirvieran para evadir el duro trabajo del campo. Ella prefería estar con sus alumnos en el mismo surco, bajo el mismo sol.
Pasaron los años y comenzamos a peinar canas. De nuestro grupo otros maestros coinciden en decir q era un grupo muy bueno y de alumnos estudiosos, por lo que muchos tomamos el camino de los estudios en el nivel superior y felizmente hoy colgamos, o no, en alguna pared de nuestras respectivas casas el tan luchado título universitario.
Surgió entonces la idea, eureka!, de comenzar a reunirnos para recordar, festejar y conocer el rumbo de nuestras vidas.
En nuestro caso siempre que nos reuníamos en mi apartamento, incorporábamos a cada encuentro uno de los viejos compañeros de grupo que previamente contactaba, y a quien llamaba “el invitado sorpresa”. Todos siempre venían con el interés de ver de quién se trataba, quién se sumaba al grupo. Y en verdad vivíamos momentos de gran emoción cuando nos re encontrábamos con alguien más de la vieja guardia.
Pero un buen día tuve la idea de darle un vuelco a aquellos encuentros.
El grupo había crecido y ya mi apartamento resultaba pequeño para el número de viejos amigos que nos reuníamos. Pasamos a reunirnos en una casa más espaciosa.
Por aquellos días me había encontrado con la teacher cuando caminaba por mi barriada y vino entonces la idea a mi mente de que la teacher sería nuestra próxima invitada sorpresa. La volví a contactar, le hice saber fecha y hora de nuestra próxima reunión festiva, y aceptó, claro, le advertí que pasaríamos por ella para trasportarla en alguno de los vehículos de los que llevaban al encuentro.
Llegó el día señalado. Había guardado totalmente para mi el secreto del invitado sorpresa.
Le pedí a uno de los nuestros que era necesario salir a buscar al invitado sorpresa. Tampoco a mi chofer particular de esos instantes le dije el nombre de la persona a quien íbamos a buscar.
Qué sorpresa para ambos resultó aquél reencuentro pues la teacher imaginó que aquél alumno que un día le dijo una “mentira piadosa” iba ahora en su búsqueda para llevarla a festejar y reencontrarse con aquellos muchachitos que por un tiempo fuimos también sus otros hijos. Sus hijos docentes.
Qué decir entonces de su arribo al lugar del ágape.
Volvimos a vivir momentos inolvidables, de más está decir que las lágrimas afloraron en los rostros de todos los que allí estábamos reunidos.
Fue una tarde-noche maravillosa tenerla entre nosotros y recordar muchas otras anécdotas de aquellos años juveniles.
Creo que para todos ese día no se borrará de nuestras mentes.
Vinieron fotos, platillos para degustar y no faltó la carga ligera etílica con que siempre acompañábamos nuestros encuentros.
La teacher, ese día supo que no estaba olvidada y que seguía siendo querida por aquellos que fuimos de sus primeros alumnos en su abnegada carrera profesoral.
Gracias Maestra, perdón Teacher, por su legado.
Muy gratos recuerdos sobre La Teacher, a ella debo gran parte de la educación que poseo, de los 6 años que estuve en la Lenin hasta el año 1986, fue directora de la Unidad 2 y luego de la 5, y por eso coincidí con ellas en esas ocasiones, y es verdad que en aquellos momentos no tenía claro por inmadurez lo mucho que nos aportó en nuestra educación. En los últimos tiempos he tenido la oportunidad de saludarla porque la veo que mucha frecuencia en horarios de la mañana por la zona de Nuevo Vedado. Me siento en deuda conmigo y todos los que le debemos lo mucho que hizo por nosotros y tomarle una foto para publicar y dar fe de su existencia.
Cuantos recuerdos!
La teacher no fue profesora mía, pero la recuerdo siendo directora de la unidad 2. Cuando recién comenzaba el periodo especial, que empezó el hambre a golpear nos mucho en la Lenin, nos fugabamos para el jardín botánico a comprar comida vestidos con ropa de trabajo, no fue suficiente fugarnos al jardín botánico, ya nos íbamos a exponía. Hasta expocuba fue la teacher a buscar estudiantes,era el año 1991
Con solo verla infringia respeto.
La entrada del pase de arroyo naranjo era en el punto de control Rafael Carine, era un relajo , tremenda desorganizacion, tuvo que venir la teacher a poner orden, nada más que la vieron aparecer el punto se reorganizo de forma automática.
Hace años m preguntaba que había sido de ella, igual que de otra imprescindible, la secretaria de la unidad tres conchita
Saludos!!!
Por favor alguien que le haga saber a la teacher todo lo que aqui se comenta.
Bueno, y ademas de ser exigente, aprenderse todos los nombres, enseñarles Tom is a boy, Mary is a girm y perseguirlas sin darles respiro por la disciplina y para que se acostasen a dormir, ¿Algun ejemplo concreto de lo buena gente que era?
Deseo compartir con ustedes noticias sobre la Teacher Leonor, que me dio una amiga que vive en Cuba, Betty Vivó, que me ha contado: que hoy estuve un rato en su casa, comentamos y le conté todas las cosas
lindas que han dicho de ella, sus ex alumnos en OnCuba. Nos recuerda a todos: me fue
diciendo los nombres con dos apellidos de todos, bueno, muy cariñosa, le
prometí imprimirle las opiniones que han escrito sobre ella sus ex alumnos y
llevárselas. Ella está todos los días desde por la mañana en Nuevo Vedado en
la casa de su hija (los dos hijos viven en Chile), regresa sobre las 6pm a
su casa por El Crucero de la Playa.
Se ve ya viejita, me dijo nació en 1937, o sea, tiene 80 años, pero se ve
muy dispuesta, ágil y lúcida.
Muy lindo, yo le temía a morir jajaja, yo pertenecia a la unidad #2 y cuando me iba para jardin botanico o expocuba y decían..la teacherrrr… quien no corrió? .. siempre nos acordaremos de ella, de eso si pueden estar seguros.. nuestra directora y profesora de Ingles 🙂
lo mejor en tu vida!!
La teacher … un idolo, un ejemplo, un paradigma… Creo que no se puede hablar de La Lenin sin ella, estudie en la unidad 2 cuando la pusieron de directora ahi, por ser una unidad problematica y conflictiva… los que estuvieron en esa epoca (inicios delos noventas) se acordaran del tanque de la teacher ( que servia para todo pues el agua no llegaba muchas veces a los albergues), las ocas, la col, incluso aquella cancion de Roberto Carlos parodiada que decia ” Como es posible que a las 6 de la mañana , venga la teacher a tirarte de la cama….” Deberia hacersele un homenaje, incluso una estatua y colocarla junto con la de Lenin o el Indio ( si todavia siguen ahi)….Mis respetos y mi admiracion para usted….siempre
Lindo comentario de agradesimiento a un ser que en sus años de esplendor fue como deberian ser hoy en dia todo aquel que tiene que ver con la educacion de los niños y jovenes del futuro, no estudie en en La Lenin pero si lo hice en escuelas en el campo esn la decada del 70 en el municipuio Sandino en Pinar del Rioy en aquella epoca hubo profesores que se asemejaban en algunos aspectos a esta linda profesora, pero nunca habia oido una cronica tan conmovedora e interesante como la que refiere Laidi fernandez sobre una educadora tan particular que con su entrega y dedicacion supo cavar en lo mas profundo del corazon de sus alumnos agradecidos, ese Amor de Maetra Tacher, y aunque Ley este articulo interesado en conoser no de la tacher que se habla en este comentario, sino de aquella mujer que una vez fue presidenta del Reino Unido y que le decia La Dama de hierro, pero en nada se paresen ambas tacher, pues la nuestra ha sido el fruto del amor y la pasion que sentia esta maestra por su trabajo, y porque no de todos sus hijos que eran ustedes los estudiantes, gracias por este comentario tan bello que tanto me ha emocionado y me ha hecho recordar mi epoca de estudiante y gracias a esa Tacher por haber sido como fue y que seguro muchos de sus alumnos y compañeros la recuerdan
La verdad es que me hiciste remontarme a 1987, cuando al dar el “de pie” algunos del cubículo nos quedamos durmiendo y ella que estaba de guardia subió y nos sacó en calzoncillo para el pasillo para hacer la gimnasia matutina, luego nos reimos, pero la verdad que el respeto que le teníamos y que hoy agradecemos era muy grande, felicitaciones por tu artículo.
Ay la teacher, creo que fui una a la que más hizo “sufrir” pues dejaba colgada mi saya en la ventana por las noches cuando la lavaba y ella se la llevaba y me mencionaba en la formación delante de todos, sin embargo cuando murió mi tía, fue la primera en decirme que me fuera de pase y darme el pésame por ella. Ejemplo de humildad, justicia y además de ser ella misma sin importarle los comentarios sobre sus plataformas que sonaban por las escaleras, cuando bajaba. A ella y al resto de los profesores agradezco haberme preparado para los avatares de la vida y les doy gracias, como a ti Laidi por tan hermosa reseña. Larga vida y salud para ella. Soy de la VII graduación (1975-1981).
Hice mi servicio social en la Unidad 5 de la Lenin, como profesora de Química.
Era muy joven, tenía solo 5 años más qcmis alumnos y a menudo me sentaba en el piso de granito recién trapeado a conversar con mis alumnos de mis inolvidables experiencias de estudiar en la URSS. Un día me descubrió y me llamó la atención: ” Usted es una profesora, no puede sentarse en el suelo con los alumnos, debe darse su lugar! ” Un día llego al laboratorio a visitarme una clase..me fascinaba construir medios de enseñanza y los pintaba con colores brillantes…Al entrar me dijo: ” Profesora, su aula parece un círculo infantil!!” Estaba aterrada…y di mi clase y use todos los medios q pude…pensé: o de esta me expulsa..o me acepta como soy…y por suerte para mí fue la segunda. Aprendi a quererla cada día más, la admiraba y aún lo hago por su entrega, por el respeto q imponía a todos, jóvenes o mayores, alumnos o profesores, por su sinceridad, te podía decir una barbaridad en tu cara..pero eso era lo q pensaba, por ser una de las personas más justas q he conocido, por su sencillez…q demostraba q detrás de sus ropas simples había una persona y un corazón tan inmenso que no necesitaba la cubierta elegante de unos trapos para embellecerla, porq su energía y su amor se desbordan y trascienden…y está precisamente es la muestra de ello, muchas generaciones de alumnos y profesores q no podemos recordar la Lenin sin la figura emblemática de la Teacher, nuestra Leonor Miranda, desde cualquier rincón del mundo en q se encuentren. Incluso después de jubilada, siguió trascendiendo…tuve la suerte de contar con su presencia en mi casa todos los sábados a las 9 am durante muchos años, enseñando Inglés a mi hijo Alejandro. En una gran medida el Inglés q sabe hoy se lo debemos a ella. Nos vimos de nuevo hace unos años, disfrute como siempre del rato q pase con ella mientras esperaba si guagua de regreso a su casa. Seguia siendo la misma Teacher descrita en este artículo, la misma de cada comentario, la inolvidable y única Leonor Miranda
Confieso que me emociono leer esta publicación sobre una profesora tan emblemática de la Lenin, yo no fui directamente su alumno pero la conocí yo era de la unidad 1,si alguien me pudiera decir sobre ella lo agradecería y sobre otros profesores de aquella generación mía ,curso 83 al 89