Es una edificación única en el entorno vernáculo de La Habana Vieja. De muros blancos y llamativo estilo eslavo, es una obra mucho más vistosa que su vecina (y modesta) iglesia ortodoxa griega, levantanda en un jardín cercano a la Plaza de San Francisco de Asís.
La Sacra Catedral Ortodoxa Rusa Nuestra Señora de Kazán, construida frente a la bahía habanera es una obra hermosa y, quizás, el ícono más consolidado de la obra del patriarca Kiril en Cuba.
Vladímir Mijáilovich Gundiáyev (Kiril, o Cirilo I, según su nombre religioso) presidió en 2004 la ceremonia de colocación de la primera piedra del futuro templo, cuando el entonces Metropolita de Smolensk y Kaliningrado, se desempeñaba además como presidente del Departamento de Relaciones Eclesiásticas Exteriores del Patriarcado de Moscú.
Aquel “canciller” erigía un símbolo que consagró como Catedral cuatro años después, en octubre de 2008, a tres meses de ser electo Patriarca de Moscú y de Toda Rusia y durante los días de su segunda visita oficial a este archipiélago caribeño.
Ahora, hoy 11 de febrero de 2016, vuelve Kiril a Cuba en visita oficial. Lo espera el presidente cubano Raúl Castro y una comunidad que no supera el millar de personas en un país de 11 millones de habitantes. Lo más llamativo de todo será que mañana Kiril se encontrará en La Habana con el líder de la iglesia católica mundial, el Papa Francisco, de paso por esta ciudad vía México. Será un encuentro histórico, que abre un diálogo sin precedentes dentro de la cristiandad escindida durante siglos.
Ya La Habana experimenta ese cierto movimiento que precede al momento de aparecer en las pantallas de todo el mundo. El aeropuerto internacional José Martí reorganizó su funcionamiento y suprime la lista de espera de los vuelos nacionales hasta el 14 de febrero, para poder utilizar la Terminal número 1 de Rancho Boyeros como escenario del reencuentro.
En la Avenida del Puerto, muy cerca del muelle de las lanchas para Regla y Casablanca, la mole blanca de hermosas cúpulas recibe sus retoques.
Levantada con hormigón y ladrillo (más de dos millones y medio de unidades, se dice) el techo de bóvedas y cúpulas es su signo más distintivo. Ladrillos más ligeros, de esos que los maestros de obra llaman “panetelas”, fueron soportados en el aire por guías de madera y pegados con yeso de fraguado rápido, hasta conseguir la redondez que corona cada torre.
La cúpula central y la del campanario fueron enchapadas en oro, para que brillaran intensas con el fuerte sol tropical. En dos días terminó el montaje, y la coronación de la obra, con 6 cruces.
Los muros que soportan la estructura varían de grosor entre 45 y 80 centímetros de ancho, porque el diámetro de los arcos precisa de soportes capaces de resistir el peso. Por estar muy cerca del mar, el revestimiento soporta las inclemencias del salitre.
En el interior, un “ícono de Kazán”, de tradicional estilo greco-bizantino, impacta a la vista. La obra sagrada presenta la imagen de medio cuerpo de la Santísima Virgen sosteniendo al Niño Jesús sobre sus rodillas, quien está casi de pie y en actitud de bendecir a la virgen, hacia quien levanta su mano derecha.
Es en este lugar donde decenas de fieles ortodoxos cubanos se congregan cada semana para recibir la eucarestía en manos de un sacerdote ruso. Son rusos y eslavos residentes en Cuba, diplomáticos y empresarios y también algún que otro “hijo de Bolo” (como llamaron los cubanos a todos los soviéticos durante los años de la convivencia cercana), esos que muestran evidentes rasgos de cubanos rellollo, que solo se distinguen por seguir un rito religioso oriental.
Muy silenciosos han estados los fieles ortodoxos en Cuba por estos días. Su sacerdote “no tiene bendición para bendecir” que ellos puedan contar sus expectativas a la prensa, según le dijo al equipo de OnCuba un amable joven trabajador de la Iglesia, resguardado tras la reja que cuida a la catedral.
Esa reja se abrirá para Kiril, y para todos los interesados, este sábado 13 de febrero, en una ceremonia abierta a la comunidad. Entonces, por fin, se escuchará el mensaje del Patriarca para sus fieles cubanos.