La leyenda de “La Pelúa de Cunagua” –pariente criollo del Yeti y Pies Grandes–, nació en la Loma de Cunagua, al este de la ciudad de Morón. A la elevación de 338 metros sobre el nivel del mar se le conoce también como la Sierra de Judas. La zona contiene varios asentamientos arqueológicos de los primitivos habitantes indocubanos y es además área natural protegida desde 1985.
El sitio tiene un rico anecdotario y leyendas sugerentes, como la historia de La Pelúa, recogida, entre otros, por Samuel Feijóo, quien la incluyó en su Mitología Cubana, bajo el acápite del Mito de los Peludos.
Cuenta la historia que allá por 1932, penúltimo año de la dictadura machadista, un emigrante haitiano, cortador de caña en una de las colonias que tributaban al central Cunagua, subió a la Loma y estuvo perdido una semana. De pronto apareció en el batey –otros dicen que en Morón– totalmente descompuesto y narró su insólita aventura.
Había estado prisionero de un monstruo que describió como una mujer cubierta de pelo y que medía de siete a ocho pies. Su cautiverio consistió en el encierro en una cueva, cuya salida fue bloqueada por una enorme piedra. En el transcurrir de la terrible semana solamente lo alimentó con plátanos que ella le buscaba.
No obstante, la Pelúa se descuidó y dejó entreabierta la salida de su refugio, oportunidad que aprovechó el haitiano para escaparse, y así arribó agotado a la población, gritando. Tenía los pies desgarrados, pues la peluda dama, con premeditación y alevosía, se los pisoteaba para evitar la fuga. No pudo explicar el asustado hombre el motivo de su captura.
Enseguida se organizaron expediciones para recorrer la Loma de Cunagua en búsqueda de aquel extraño ser. La Guardia Rural encabezó las pesquisas, pero también subieron decenas de curiosos y a la postre jamás dieron con nada. La prensa de la época representó a la Pelúa con fieras garras y una aterradora imagen y su leyenda fue absorbida por el imaginario del pueblo cunagüero.
Por otro lado una anciana residente en Ciego de Ávila, pero oriunda del barrio de Cupeyes, hoy municipio Primero de Enero, oyó de niña muchas anécdotas sobre “un bicho grande, como un mono muy grande, peludo, negro, con uñas largas y que comía plátanos y carne”. Este ser recibía el nombre de Ciguá y agregó que vivía en cuevas por la Loma de Cunagua, pero lo identificaba como masculino.
A juzgar por este relato, “el bicho” se arriesgaba fuera de su hábitat, la Loma de Cunagua, y merodeaba por parajes más al centro del territorio, como es la zona de Cupeyes. La leyenda de la Pelúa o Ciguá ha servido de tema no solo a Feijóo, sino que el historiador de Morón, Benito Llanes, escribió también un guión para la radio local, una de cuyas copias se conserva en el Museo Municipal de esta localidad.
Fuentes:
-Samuel Feijóo: Mitología Cubana. Editorial Letras Cubanas. La Habana, 1986.
-José G. Quintas y Manuel Toledo: El que de miedo se muere. Editorial Ávila. Ciego de Ávila, 2006.
-Archivo del autor.
Bonita y bien escrita, pero muy local, ideal para el periódico provincial de Ciego. ONCUBA debe buscar, pienso yo, temas de cualquier lugar del caimán, pero que hayan tenido alguna resonancia nacional. Yo extraño unas crónicas que se podían leer aquí sobre “los tíos” en las escuelas en el campo, el viaje al Pico Turquino de cuando éramos unos muchachones. Parece que la autora ya no escribe. Lástima.