La búsqueda de los dos médicos cubanos secuestrados en Mandera el viernes por presuntos militantes de Al-Shabab entró en el tercer día con poco progreso, estima el diario local Daily Nation.
Helicópteros militares sobrevolaban Mandera (Kenia) y partes de Bulahawa (Somalia) el domingo por la mañana, “pero las cosas permanecieron en silencio durante el resto del día”.
Sin embargo, una fuente policial dijo al diario que la información compartida apuntaba a que los médicos estaban retenidos en El Adde, en la región de Gedow, Somalia.
El domingo por la noche, el gobierno del condado de Mandera, encabezado por el gobernador Ali Roba, se reunió con un equipo del gobierno nacional encabezado por el comisionado de la región nororiental Mohamed Birik.
Una fuente en la reunión confirmó a Daily Nation que se han completado las coordinaciones para enviar ancianos a Somalia para ayudar en la negociación. Según el diario The Star, una representación de los mayores ya habría ido a Somalia con este propósito el propio viernes 12 de abril.
“El equipo irá a Somalia el lunes para tratar de negociar la liberación de los médicos”, dijo la fuente.
Según The Star, el gobernador Ali Roba se preguntó cómo los militantes lograron secuestrar a los médicos a pesar de la fuerte presencia de oficiales de seguridad en la ciudad. Mandera también tiene alrededor de 100 soldados KDF.
“Honestamente, ¿cómo es posible que tengamos más de 1,000 oficiales de seguridad en una ciudad pequeña como esta? Sin embargo, tal incidente puede ocurrir a plena luz del día. Estas son las preguntas que debemos hacernos. Me parece extraño “, dijo Roba.
Mientras tanto, la policía ha continuado investigando autos en Mandera.
“Contamos con al menos 28 vehículos, en su mayoría Toyota Probox (la marca de los dos con que se obstruyó el paso del pick up donde viajaban los médicos), que operan en Mandera como taxis. Estamos tratando de verificar su registro”, dijo el comandante de la policía del condado, Jeremiah ole Kosiom.
Kosiom explicó que mantendrán los vehículos hasta que la Autoridad Nacional de Transporte y Seguridad (NTSA) confirme quiénes son sus dueños.
Añadió que varios locales habían sido arrestados durante una redada que comenzó la mañana del sábado, unas 24 horas después de ocurrido el secuestro de los doctores Landy Rodríguez y Assel Herrera.
Desde el viernes, se ha interrumpido el paso en ambos lados de la frontera entre Kenia y Somalia.
Utilizar todos los medios posibles
Autoridades musulmanas en Garissa, Kenia (donde también trabajan médcos cubanos), han pedido al gobierno que use todos los medios posibles para rescatar a los dos médicos cubanos, reporta The Star.
Instaron a “aquellos involucrados en el acto criminal cobarde a liberar incondicionalmente a los médicos”.
El presidente de Garissa Supkem, Abdullahi Salat, dijo que el secuestro era anti islámico e inaceptable. Pidió a la comunidad somalí que trabaje estrechamente con su gobierno y el personal de seguridad de Kenia para garantizar que los médicos sean rescatados.
“Queremos condenar enérgicamente este incidente que solo sirvió para teñir la imagen de nuestra región una vez más cuando todos sabemos que Mandera se estaba recuperando de la inseguridad de manera lenta pero constante. Fueron cuatro pasos hacia adelante y ahora seis pasos hacia atrás”, dijo Salat.
Dijo que los médicos estaban sirviendo apasionadamente después de que la mayoría de los médicos kenianos que trabajaban en el noreste habían huído de la inseguridad.
Salat añadió que el incidente no solo había dañado la religión del Islam y la comunidad somalí, sino también la de la gente del noreste.
El jeque Hussein Mahat dijo que el incidente debería llamar la atención a los agentes de seguridad para que permanezcan siempre alertas.
“Estos delincuentes siempre están entre nosotros y solo esperan un momento oportuno para atacar. La seguridad es nuestra responsabilidad comienza conmigo y contigo”, dijo Mahat.
Mandera no ha sufrido ataques terroristas durante los últimos tres años, pero el comercio que se estaba recuperando lentamente podría correr el riesgo de sufrir una interrupción tras este golpe.