El arribo de polvo del distante Sahara a nuestra área geográfica es uno de los fenómenos que típicamente ocurren en junio, julio y principios de agosto, aunque a veces pueden ocurrir tan temprano como en la primavera o durar hasta el otoño del hemisferio norte, sobre todo en la zona más oriental del mar Caribe.
El Desierto del Sahara (o Gran Desierto, como le llaman los árabes) es el desierto cálido más grande del Mundo, pero ocuparía el tercer lugar si lo comparamos con los desiertos fríos de la Antártida y el Ártico.
El Sahara (o Sáhara, pues ambas acepciones son correctas en nuestra lengua castellana) cubre casi toda África del Norte y tiene una extensión de 9 400 000 km2 , incluye a diez países: Argelia, Chad, Egipto, Libia, Marruecos, Mauritania, Malí, Níger, la República Árabe Saharaui Democrática, Sudán y Túnez. Tiene una extensión tan grande como China o los Estados Unidos. El punto más alto es la montaña de Emi Koussi, a 3455 metros sobre el nivel medio del mar, y el más bajo es la Depresión de Qattara, con 133 metros por debajo del nivel del mar.
El clima allí ha tenido muchos cambios en el tiempo. Hace cientos de miles de años era húmedo, y se volvió seco como respuesta a un ciclo que se repite cada 41 000 años aproximadamente. Ese ciclo responde a cambios regulares en el eje de rotación de nuestro planeta. Según esta predicción, en unos 15 000 años (hacia el año 17 000), el Sahara volverá a ser verde. Qué pena, no lo veremos…
La temperatura más alta registrada en los tiempos modernos ha sido de 59 ºC, y la más baja de -21 ºC. Una característica de los desiertos cálidos es la gran insolación que existe (en el Sahara, llega a 3723 horas anuales de sol en Kufrah) Por el día las temperaturas se elevan mucho, mientras que, por ser un área tan seca y casi totalmente despejada de nubes, el calor obtenido se pierde por irradiación hacia el espacio exterior en la noche y vienen las bajas temperaturas.
Es precisamente estos extremos de temperatura lo que ha hecho, con el transcurso de miles de años, que las rocas superficiales se hayan ido fragmentando en pequeñísimos pedazos, formando la arena que cubre hoy toda la extensión del desierto. Algunas de las dunas de arena, o montículos de arena que se forman por el viento, pueden alcanzar 180 metros de altura.
La mitad del Desierto recibe menos de 20 milímetros de lluvia al año, y en la otra mitad no se sobrepasan los 100 mm anuales de precipitación. Como dato comparativo, una tormenta de verano en Cuba o La Florida puede generar de 50 a 100 mm de lluvia en sólo unos minutos.
En el Gran Desierto, los vientos soplan del norte al este y generan las llamadas tormentas de arena. Este un viento por lo general fuerte, que cuando alcanza el Mediterráneo, se le conoce como Siroco. Llega a alcanzar, a menudo, velocidades con fuerza de huracán en el Norte de África, y alcanza, incluso, el sur de Europa.
Las tormentas de arena levantan grandes cantidades de arena y polvo. La arena, más gruesa y de mayor peso que el polvo, se levanta y cae casi enseguida en el propio desierto. Pero el polvo, compuesto por finísimas partículas, se eleva en la atmósfera de 1.5 hasta casi 6 kilómetros de altura, y entonces es transportado por el viento del este, para iniciar su viaje por el océano Atlántico.
Por supuesto, que mientras más al este se encuentre un lugar, más polvo le llegará. En este caso, las Islas Canarias y Puerto Rico se llevan la mayor cantidad de partículas. En las Islas Canarias le llaman “Calima” y se le identifica porque reduce la visibilidad y deposita polvo en cualquier lugar. En Puerto Rico, ocurre lo mismo, el polvo cubre con una capa los automóviles y todo lo que se encuentre en el exterior, y el cielo se torna blanquecino, sin que exista bruma.
Para la región del Caribe, incluyendo a Cuba, Yucatán, La Florida, las costas mexicanas y norteamericanas del golfo de México, incluso tan al oeste como el estado norteamericano de Texas; el Polvo del Sahara suma otro problema ambiental que está en pleno estudio, junto a las sequías y lluvias intensas, las tormentas tropicales y huracanes y los cambios que está sufriendo el clima mundial.
La llegada cada año de grandes cantidades de partículas de polvo del Sahara tiene un marcado impacto desfavorable sobre diferentes ecosistemas, y también es posible que en la salud humana en general. En esas nubes no solo viene polvo, sino también mineral de hierro, sal, sílice y otros compuestos minerales. De igual manera llegan contaminantes orgánicos, como virus, hongos, bacterias, y ácaros patógenos, capaces de ocasionar daños, no solo al hombre, sino también a las plantas y los animales.
Aunque, por otro lado, el polvo africano trae efectos muy beneficiosos: suprime o debilita a los huracanes del Atlántico.
Recordemos que el ingrediente principal para que se forme, se desarrolle y se intensifique un ciclón tropical es la existencia de una capa profunda de humedad en la atmósfera. Como el aire que acompaña al polvo del Sahara es muy seco, a veces hasta con solo un 30 {bb302c39ef77509544c7d3ea992cb94710211e0fa5985a4a3940706d9b0380de} de humedad relativa, actúa entonces como un poderoso factor inhibidor del desarrollo y la intensificación de los ciclones tropicales. Ocasiona también que la temperatura se eleve con la altura (lo que se llama inversión de temperatura) y suprime o disminuye la lluvia.
Hace tan sólo unos años no se tenía consciencia de que existía el Polvo del Sahara trasladándose por la atmósfera a grandes distancias. Se veía el cielo blanquecino y se pensaba que era simplemente bruma. Pero ahora la tecnología de los satélites meteorológicos permite ver esas nubes de polvo en las tormentas de arena del Sahara desde que se forman, y seguirlas paso a paso en su desplazamiento al oeste por el Atlántico.
Existen también modelos numéricos especializados en el pronóstico del desplazamiento y concentración de las nubes de polvo del Sahara.
Gracias a eso podemos conocer que, en el momento actual, existe una irrupción de Polvo del Sahara, que los modelos señalan que llegará al Caribe y se moverá por todo el Caribe occidental hacia el oeste, por todo el golfo de México hasta la parte oriental de ese país y el estado norteamericano de Texas durante los próximos días, cubriendo buena parte del área hacia principios de la próxima semana.
En este video ustedes pueden ver una animación de esos mapas pronósticos. Pero observen también, que las concentraciones de polvo que se calculan para el Caribe occidental son afortunadamente muy bajas.
En esta oportunidad no habrá para el Caribe y La Florida, nada de qué preocuparse. Podemos esperar muy poca actividad ciclónica en el Atlántico en estos días y también mientras perdure esta situación una cierta disminución de las lluvias.
Así que si usted se levanta una mañana de este recién comenzado mes de julio, o quizás a principios de agosto, y nota a nuestras ciudades cubiertas con un velo blanquecino a gris, no le quepa duda: estará viendo al ya famoso Polvo del Sahara, que llega y continuará llegando.
Excelente articulo!! deberian hacer mas trabajos como este!
Muy interesante doctor. Una pregunta: en una ocacion en el aeropuerto de Varadero la visibilidad disminuyo dramaticamente en el horario de la tarde y no parecia ser bruma, podria haber sido esto polvo del Sahara. Tengo las fotos de ese fenomeno.
Saludos a ” Rubiera ” como siempre educándonos en estos temas, gracias
Muy interesante el tema del polvo de Sahara, muchas gracias a Rubiera k siempre nos mantiene informados.
Con el paso del tiempo, ese polvo nos hará grandes daños?