Víctima de cáncer, a la edad de 79 años, falleció el Premio Nacional de Arquitectura Mario Coyula en la madrugada de este lunes.
Nacido en la capital cubana el 16 de junio de 1935, Coyula dirigió la Escuela de Arquitectura en la CUJAE. Fue director de Arquitectura y Urbanismo de La Habana, del Grupo para el Desarrollo Integral de la Capital y primer presidente de la Comisión de Monumentos de La Habana.
Coyula fue uno de esos hombres que con su vocación magisterial, tanto en sus escritos como en su fluido diálogo, hablaba de Cuba, de su desarrollo socioeconómico, de su historia y destino tomando como punto de partida su arquitectura. Toda conversación con él mutaba irremediablemente en una estupenda clase de urbanismo, diseño, estilo y buen gusto. Se emocionaba cuando compartía sus experiencias en la preservación de la urbe y cuando hablaba de la arquitectura moderna que mira a los clásicos, del art decó y de la importancia de razonar y sentir las estructuras. OnCuba atesora sus últimas declaraciones publicadas hace unos meses cuando se recuperaba de una recaída de su enfermedad que resultó mortal.
Fueron muchos los lauros y reconocimientos que recibió durante su trayectoria, pero los más importantes fueron, sin dudas, la admiración, cariño y respeto de sus alumnos y compañeros.
Gran erudito y crítico de nuestra arquitectura, en 2002 fue el primer cubano profesor visitante durante el semestre de primavera en la Escuela de Diseño de Postgrado en la Universidad de Harvard. En octubre y noviembre 2006 fue Profesor Invitado en el postgrado Estrategias Urbanas de la Angewandte de Viena.
Formador de varias generaciones de arquitectos enalteció como pocos la barriada del Vedado a la que elogiaba, tanto en sus artículos como en sus conversatorios y clases magistrales.
Su viuda Marta y su hijo el cineasta Miguel Coyula transmitieron este mensaje a sus amigos:
Hoy 7 de julio a la 1:40am se fue Mayito físicamente, con nosotros siempre estará como lo que fue: un caballero de fina estampa, el último como decían algunos, no es así, pero cada vez quedan menos. No haremos velorio, los que nos conocen saben nuestra manera de pensar sobre esto. Será cremado y sus cenizas puestas al lado de su hijo.
Descanse en paz maestro, solo queda continuar con su legado.
trabaje con el de director desde 1978 hasta 1984, un profesional digno de admirar, preocupador siempre del urbanismo, las fachadas , y la ubicacion de las nuevas edificaciones , apoyaba a sus trabajadores y compartia con el en los horarios de descanso , jugabamos mucho tenis de mesa , que al le encantaba compartir , siempre lo admirare , como profesional y como personas , es una lastima que no hayan cientos como el , si lo hubieran , la cuidad y entorno no estaria como esta ,