Arturo Montoto, uno de los maestros indiscutibles de las artes visuales cubanas del momento, se afana en su casa estudio de Guanabacoa. Termina este año a toda máquina: trabajando para el reposicionamiento de su obra en Europa, de la mano de la galería parisina Intemporel. Ya este diciembre varias de sus piezas fueron mostradas en la Feria Internacional de Arte de Luxemburgo, representadas por la galería madrileña Gaudí.
El estudio de Montoto es como un taller renacentista. Se pinta, se esculpe, hay ayudantes y discípulos volcados a la obra. Varios perros deambulan a sus anchas: en el patio alguien corta un gajo desprendido por el viento de un árbol frutal, en la cocina se maceran los olores que al filo de las doce serán servidos a la mesa… Pasa fugazmente una muchacha de Botticelli. De la calle llegan los claxon y las voces de los vendedores ambulantes. Se trata de la vida en plena ebullición.
En París expondrá piezas que recuerdan la exitosa muestra Conversaciones en el huerto[1], que tuvo como objetos de representación herramientas, utensilios y aperos “trabajados” por el tiempo, en aparente abandono. En aquella ocasión, como ahora que observo los nuevos cuadros, recordé unos versos de Eliseo Diego:
Éste es un fuelle para atizar el fuego
que sirve para animar al hierro
que sirve para hacer el hacha
con que se siega la generosa testa
del hombre.[2]
Montoto es mayormente conocido por las frutas, elementos vegetales de iluminación casi siempre brillante en medio de paisajes urbanos desolados. Pero su obra es versátil, se mueve por diversas vertientes temáticas e, incluso, llega a acercarse milimétricamente a la abstracción al presentar macro detalles de esos mismos elementos.
En el 2018 realizaste en La Habana la exposición Dark[3], de pintura y escultura, luego de seis años sin mostrar tu trabajo en Cuba. En esa ocasión se especuló sobre el carácter “sombrío” de las obras. ¿A qué respondió el cambio de paleta y hasta de los objetos de representación, a una mutación en el ánimo del artista, a un nuevo camino en tus búsquedas formales?
El carácter ¨sombrío¨ se debió a que las obras eran predominantemente negras y automáticamente se asocia lo negro con lo sombrío. En realidad, el arte se hace en parte con las vivencias concretas del artista y en parte con la experiencia intelectual más la herencia y la huella que la historia del arte ha dejado en su formación. En los años anteriores había tenido una práctica muy intensa con el color diáfano y refulgente, y uno sufre cierto agotamiento o embotamiento perceptivo, que te exige una disminución o apagamiento del color; pero no fue sólo eso: al mismo tiempo quería introducir en la obra, sobre todo en la pintura, elementos propios de la más nimia cotidianidad para polemizar con los imaginarios tradicionales de lo que supuestamente identifica lo cubano. Así que intentaba que la cubanidad quedara velada tras la penumbra del negro como neutralidad, y que todo fuera percibido como intrascendente. De hecho, ya estoy ansioso por volver al color una vez más.
Eres graduado en escultura. Según recuerdo, Dark es la primera vez que muestras varias piezas tridimensionales de gran formato juntas. ¿Son estas “proyectos” para obras con dimensiones mayores? ¿Te interesan los emplazamientos públicos? ¿Qué haría falta para que una obra como “Sutura” se emplace, digamos, a las puertas del estadio Latinoamericano? Y ya que hablamos de esto, ¿por qué nombrar “sutura” a una gigantesca pelota de béisbol?
Estudié escultura también en mi carrera. Ya en 2007, en la galería La Acacia de la Habana, mostré unos bronces de pequeño formato hechos en Italia; pero sí, es la primera vez que enseño esculturas de gran formato que podrían también ser producidas a mayor escala para emplazarse en lugares públicos, pues creo que ésta es una de las mejores funciones de la escultura: su monumentalidad e integración a la visualidad urbana. Para que una obra como “Sutura” se levante en un lugar público, en Cuba, se necesita sensibilidad, recursos económicos y sagacidad de las autoridades del INDER[4] para comprender lo importante que es la imagen artística en la promoción de la alegre y sana participación en los espectáculos deportivos. Creo que justamente nombré esa pelota “Sutura” porque ella representa un concepto, una imagen de algo que padece una herida y merece ser curada y rescatada para la alegría de los aficionados. Su “carácter sombrío” es la actual falta de calidad del deporte nacional, pero la sutura es rosada, color que evoca la festividad, la esperanza; es una herida que puede sanar, felizmente.
¿Cómo definir tu estética? ¿El desarrollo del arte conceptual pone en crisis el métier[5]?
¡Contra, Alex, esta es una pregunta compleja! Al fenómeno de la creatividad humana los antiguos griegos lo conceptualizaron como el hacer por hacer, o el hacer para otro fin que no fuera el práctico-utilitario. Ese hacer era considerado un métier, un oficio como otro cualquiera; una técnica que solo se diferenciaba de la pesca, del arar, o de la cocina en que no servía para nada más que para ser contemplado y, en última instancia, para producir un sentido moral o una orientación de belleza. Cuando estudias en academias, como lo hice yo en una de las mejores del mundo[6], aprendes inevitablemente las técnicas de lo que siempre limitadamente se ha llamado las artes plásticas. Este aprendizaje lo aplicas a lo que quieras hacer desde el punto de vista visual, sea la pintura, la escultura, el grabado, la fotografía…; es decir, a lo que hoy se llama, más ajustadamente, artes visuales. Nadie es consciente de cuál es su estética, excepto que percibe que se inscribe en cierta parte de un ámbito específico de la representación visual, pero la impureza y la permeabilización de los infinitos modos de crear de los infinitos sujetos que hacen la historia del arte, contaminan tu modo de ver. Nunca he creado pensando en si me aceptarán o no, ni en qué será lo correcto o no. Yo hago lo que sé hacer y como lo sé hacer. El oficio, he dicho en otra ocasión –creo que a ti mismo, que eres también un perfeccionista–, no me afecta, más bien me favorece. Afanarse tras las imposiciones del mercado o de los criterios ajenos es estar colonizado de hecho. El arte conceptual ha elaborado su propio métier. Es imposible cualificar algo que no encaje dentro de determinados parámetros que lo puedan identificar como lo que es. Así que la primacía del concepto genera su propio métier y niega a veces en parte el métier tradicional del hacer históricamente aceptado.
En una crónica califiqué de metafísica tu pintura, pues veo en ella puntos de contacto con la de Giorgio de Chirico. Nunca supe si aceptas o rechazas este término relacionado contigo.
Primero habría que entender desde qué punto de vista aceptamos el término ¨metafísica¨. Básicamente se puede hablar de metafísica en el sentido aristotélico, entendido como lo espiritual. El marxismo plantea el término en dirección contraria a lo dialéctico y, por tanto, sobre aquello que se relaciona con lo estático. Sabemos que de Chirico desarrolló una obra que se ha llamado metafísica, a partir de un enrarecimiento del espacio en que las cosas parecen detenidas para siempre; una atmósfera muy cercana al surrealismo y que, admitiré, he estudiado de algún modo, y quizás esté presente en el aspecto visual de mi obra, la cual está ligada a la opticidad pictórica derivada de los estudios ópticos desde mediados del siglo XVlll hasta el XlX, y cuya adultez ocurre durante el siglo XVll.
A tu juicio, ¿cuáles son las principales carencias de la institución arte en Cuba en estos momentos?
Las carencias de la institución Arte en Cuba, son consustanciales a las carencias del sistema socialista: las insuficiencias del mercado. Hoy el arte se mide por el éxito que alcance o no en el mercado, es un fenómeno de mercado.
La obra Comediante, de Maurizio Cattelan, provocó un gran revuelo en la última edición de Art Basel Miami. Consistía en un banano fijado a la pared por una cinta adhesiva[7]. ¿Qué diferencia hay entre el gesto de Castellan y el de Marcel Duchamp al exhibir La fuente[8] (1917) o, más recientemente, el de Damien Hirst con La imposibilidad física de la muerte en la mente de alguien vivo (1991)[9]?
El gesto es el mismo, lo que demuestra que la retórica del concepto del arte legitimiza un acto más de doxa[10] que de episteme[11], un acto de mercado. Lo importante es creer que se cree, como dijera Vattimo[12]. Me parece más auténtico el gesto del sujeto que se comió el platanito, ya que este acto presume la aparente ingenuidad y, al mismo tiempo, la sospecha de que el objeto “artístico” puede ser sustituido inmediatamente por otro que él mismo podría comprar en la esquina y colocarlo con otro pedazo de cinta adhesiva que compraría allí mismo, ¿en Home Depot?
***
Arturo Montoto (Pinar del Río, Cuba, 1953) posee la Orden al Mérito de la República Italiana en la categoría de Caballero, y el Diploma al Mérito Artístico por la trascendencia de su obra, otorgado por el Instituto Superior de Arte y el Ministerio de Cultura de Cuba. Obras suyas se pueden apreciar en el Museo Nacional de Bellas Artes (Cuba), en el Museo del Vaticano (Italia) y en los Museum of Art Fort Lauderdale, Museum of Latin American Art (MoLAA), Lowe Art Museum y en el Museo de la Universidad de Virginia (todos en USA).
Miro los cuadros, en caballetes y paredes, unos terminados y otros en pleno proceso. Recuerdo que nunca le he dicho que me gustaría cambiar alguno de los muy buenos montotos que poseo por una obra de él inconclusa, que muestre la huella del laboreo tenaz. No lo digo. Repito para mí otro fragmento del poema de Eliseo:
Éste es un compás que mide la belleza justa
para que no rebose y quiebre y le deshaga
el humilde corazón al hombre.
Notas:
[1] Galería Villa Manuela, La Habana, 2007.
[2] “Las herramientas todas del hombre”, en Muestrario del mundo o libro de las maravillas de Boloña, La Habana, 1967.
[3] Galería-taller Gorría, La Habana.
[4] Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación.
[5] Término del francés que literalmente significa oficio y, por extensión el “bien hacer”, la maestría.
[6] Se refiere a la academia V. I. Súrikov de Moscú.
[7] Se vendió por 120 000 dólares el primer ejemplar de una edición de tres. La última pieza salió con un precio de 150 000 dólares.
[8] Se trata de un urinario mostrado como escultura.
[9] Consiste en un tiburón tigre suspendido dentro de una solución de formol. Fue adquirida por 9.5 millones de dólares.
[10] Término griego utilizado en filosofía. Designa al conocimiento que se basa en la “creencia razonable”, sin certeza absoluta.
[11] Según el filósofo griego Platón, episteme es “conocimiento justificado como verdad”, lo contrario de doxa.
[12] Gianteresio Vattimo, importante filósofo italiano contemporáneo.
Soy una grabadora española que estuvo haciendo un curso de litografíe en vuestro maravilloso taller de La Habana.
Decir que si me han gustado las frutas por esa composición exquisita y esa magnífica luz. Más me han gustado sus herramientas oxidadas. El tratamiento técnico me recuerda mucho al grabado. He conocido a este pintor gracias a la obra de Leonardo Padura “Herejes” . Es una pena que el arte cubano no llegue afuera o que sea poco conocido.