De forma dinámica los NFT (tokens no fungibles) han ido ganando espacio en el panorama visual cubano, a pesar de lo difícil que resulta el acceso a internet desde la Isla, en cuanto a precios y velocidad de conexión, dos elementos fundamentales para quienes se inician en este novedoso mundo del entorno digital.
La creación de varias plataformas (Clit Splash, NFT.Fac, NFTcuban.Art) en los últimos meses, ha permitido a cientos de artistas insertar sus trabajos como NFT en diversas plataformas y así impulsar la comercialización de sus obras, alternativas más que eficaces ante la escasez de espacios expositivos físicos en Cuba, a causa de las restricciones por la COVID-19.
Cuban Women Art es la exhibición que transcurre por estos días en ese contexto de arte digital, donde 20 mujeres muestran sus obras con una variedad de formatos que pocas veces (por no pecar de absoluto), podemos encontrar en los espacios tradicionales para la exposición de obras de arte.
La riqueza visual y expositiva que brindan los NFT se evidencian en la exhibición, donde algunas de las artistas visuales intervienen a título personal, mientras otras lo hacen a través de diferentes proyectos como los anteriormente mencionados.
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Fotografías, dibujos, ilustraciones, collages, videos… las vías son diversas y confluyen en un mismo espacio, donde lo femenino recorre variadas aristas para adquirir significados que se complementan y muestran una mirada bastante abarcadora del quehacer artístico de las protagonistas.
Nombres como Evelyn Sosa, Idania del Rio, Dayani Muñoz, Claudia Padrón, Denise Roque, Simone García Bacallao, Liz Capote, Yinet Pereira, Kina Matahari, Diana Rubi, Sandra Guerra Bianchini, son algunos de los que se repiten entre las 41 piezas en exhibición en Cuban Women Art.
La intimidad del cuerpo femenino en las obras The Hori-Hori Knife Will Bury Your Tears y From Ada’s Rib… (Simone García Bacallao), Living it (Yolanda Santa Cruz), Farewell (Nadia Díaz Graveran), Three muses (Irenilla), Political Stance y 69 Lao Tzu, las dos últimas de la autoría de Kina Matahari, son piezas que exploran diversas aristas de lo sensual/sexual de la anatomía femenina, y a su vez dialogan con el body positive, la aceptación de los cuerpos, el acto sexual y las expresiones y significados que estos elementos llegan a representar para la mujer, apartados de miradas machistas o conservadoras.
El retrato también resalta en esta muestra, con una selección exquisita en el entorno visual, con obras como Mariana (Evelyn Sosa), Renpet (Claudia Padrón), Nuances y Sea Woman (Denise Roque), y las piezas hiperrealistas de Diana Rubi.
Resaltan de igual modo las obras de Dayani Muñoz, dos collages digitales que bajo el discurso del empoderamiento femenino y una estética que juega con lo kitsch, redimensiona mensajes en los fragmentos que componen sus montajes, donde el cúmulo de intertextos —muchas veces con patrones reconocidos— se condiciona para enmarcar un fuerte discurso en las piezas History told by icons (Collage 1) y A day in heaven.
Por otra parte, un discurso más íntimo se aprecia en las piezas de Alejandra Glez. y Ailen Maleta. Por una parte, Maleta utiliza de su serie En la carpintería obras como Delirios y Sin Fin, que muestran reflejos (más bien sombras) de lo que fue su educación en los años vividos en el taller donde trabajó su padre, aspecto influyente en su personalidad y su obra pues la artista describe esta etapa como “momentos de dolor y soledad”, que le permitieron encontrarse a si misma viviendo en un delirio.
Mientras, Glez. plantea sus inquietudes a través de Self Portrait y Swallow Men, reflejando en cierta medida conductas y comportamientos, exteriorizando ataques de ansiedad e impulsos antes determinadas acciones, yendo un poco más allá de una visión personal para mostrar preocupaciones y, por qué no, deseos promovidos por la interacción con hombres, como sucede con Swallow Men.
El universo visual, artístico y emancipador que resulta Cuban Women Art en el panorama del arte cubano queda por descubrirse, en una exposición donde no solo ganan las jóvenes artistas con la divulgación y venta de sus obras, casi sin intermediarios, sino que resulta además una alternativa para la futura inserción de más artistas en el vasto mundo que abarcan los NFT.
Clit Splash: un proyecto feminista para artistas digitales cubanos
Durante la muestra, además, se han organizado paneles teóricos que buscan dialogar con artistas y especialistas cubanos, en aras de potenciar más este mercado, de cara a nuevos retos y oportunidades en el sector de las artes visuales. Con una Bienal de La Habana en camino, llena de dudas y con la intención, a decir de sus organizadores, de potenciar la visibilidad de los artistas nacionales, Cuban Women Art es una oportunidad más para que el arte digital cubano llegue a más personas en el país, evadiendo el duro obstáculo que significa ser un nativo digital en una Isla cuasi desconectada.