El primer intercambio cultural entre museos de Cuba y Estados Unidos en las últimas cinco décadas, tendrá lugar a través de la muestra titulada “Una raza”. Se abrirá al público el próximo 17 de enero próximo en una de las salas transitorias del Museo Nacional de Bellas Artes, en La Habana.
Con anterioridad se había expuesto arte contemporáneo procedente de las galerías del famoso barrio neoyorquino de Chelsea, en una exposición del 2009 llamada justamente “Chelsea visita La Habana”. Pero, “Una raza”, se puede considerar desde ya un suceso en la plástica cubana, en cuanto a proyecto cultural entre ambas naciones se refiere. La exposición reúne un conjunto de treinta intaglios, piezas confeccionadas a través de la técnica del tallado y la pintura en madera. Todas han sido realizadas por Mario Sánchez (1908-2005), considerado todo un maestro en la disciplina.
Mario Sánchez es un artista de formación autodidacta y de origen cubano pues sus abuelos nacieron en la isla y emigraron a Cayo Hueso durante la Guerra de los Diez Años contra la entonces metrópoli española (1868 -1878).
Según la revista Folk Art, es el más importante artista folclórico del siglo XX en América, con una obra que se distingue por el compromiso social y testimonial, además de sus valores visuales y depurada técnica. Sánchez también fue el primer pintor de la Florida con una muestra personal en un museo de Nueva York, el South Street Seaport Museum.
Hortensia Montero, curadora de la institución, comentó que la muestra reúne casas coloniales de madera, fábricas de tabaco, representaciones de celebraciones populares, bailes de ñáñigos, peleas de gallos, la reproducción de personajes típicos como los vendedores ambulantes y el lector de tabaquería, motivos que abundan en las estampas costumbristas. Las piezas reflejan la igualdad social lograda en Cayo Hueso incluso antes de la guerra civil en Estados Unidos, cuando en esa comunidad convivían armónicamente hombres y mujeres, blancos y negros, católicos y judíos, sin diferencias de clase, raza, religión o sexo.
El conjunto, compuesto por obras de pequeño y mediano formatos resultan una crónica de las escenas cotidianas en ese lugar entre 1920 y 1950. Todas provienen de colecciones privadas y de Old Island Restoration Foundation, dedicada a la preservación de la arquitectura y el legado cultural de Key West.
Además de la exposición que permanecerá abierta al público hasta el 23 de marzo, está previsto un cronograma de conferencias de profesores estadounidenses en La Habana y demostraciones de cómo realizar la técnica del intaglio. Parte del intercambio incluye que en febrero de este año, artistas cubanos como Manuel Mendive, Roberto Fabelo, Rocío García y Sandra Ramos entre otros, exhiban sus obras en dicha localidad del sur de La Florida.
Cuba y Cayo Hueso tienen vínculos históricos y culturales muy fuertes. Hacia allí se dirigió un segmento de la migración obrera de la isla en el siglo XIX, que más tarde apoyó y financió la causa independentista cubana bajo la guía de José Martí. Parte de este microcosmos racial lo podremos apreciar en las escenas de Sánchez, que captan a las personas en su entorno con detallismo en las escenas y algún toque de humor.