En redes sociales es común ver desde hace algunos meses una caricatura singular, donde un pequeño gato negro “dialoga” con su dueño humano, hablan de temas cotidianos y otros asuntos que preocupan a ambos personajes, a fin de cuentas, ¿quién no se ha puesto a filosofar con su mascota alguna que otra vez?
Hablando con Gato es una historieta de Irán Hernández, joven historietista y realizador audiovisual, graduado primero de la academia de San Alejandro y luego de la Facultad de Medios Audiovisuales del ISA, uno de los tantos artistas del cómic y la historieta en Cuba que busca algún espacio para la difusión de su obra, con más penas que glorias muchas veces.
El entorno de las redes sociales ha sido el mejor espacio de difusión que ha tenido este simpático personaje, aunque también se ha dejado ver en otros sitios digitales e incluso en una exposición antes de que la COVID-19 dibujara un nuevo panorama en la vida social del planeta.
“Terminando el verano de 2017 llega Hablando con Gato. No fue un trabajo por encargo, no fue ni siquiera la intención de crear mi propia tira cómic, de hecho, iba a abandonar el mundo de los cómics después de comprobar que me sería muy difícil adaptarme a la política editorial de ciertas editoriales habaneras, las pocas que aun publican historietas”, afirma el entrevistado.
Ya en ese momento Irán se dedicaba profesionalmente a otras especialidades, “así que no hubiese sido doloroso para mi haber abandonado el mundo de las historietas, pero no fue lo que ocurrió”.
¿Cómo llega ese interés por la historieta?
Recuerdo que de niño me fascinaban las historietas, el humor gráfico, la animación. Desde temprano comencé a hacer mis propios cómics que eran reinterpretaciones de películas que me gustaban o de otras obras del mismo género. Tengo guardado montones de historietas que hice de pequeño.
Leí bastantes cómics, de todo tipo. En Cuba no había ni hay librerías especializadas en dicho arte, así que las fuentes eran las librerías de uso donde se podían encontrar números extranjeros, o un amigo cuyos padres viajaban y les traían libros de superhéroes, Mortadelo y Filemón, incluso revistas especializadas en cómic, o lo poco que se hacían en Cuba y publicaban unas poquísimas editoriales nacionales.
¿El gato?
Un día, sin planificación alguna surge la primera historieta de Hablando con Gato, de manera muy fluida, casi a modo de juego. Me encantó cuando vi lo que iba surgiendo, sentí que tenía algo bueno entre las manos, estaba convencido, son de ese tipo de ideas que tal parece que te las susurran al oído y uno solo tiene que estar atento.
Decidí que quería compartirla, mostrarla, y no solo entre el círculo de amistades, no, que saliera regularmente en una publicación. A la primera publicación que fui rechazó a Gato, sin embargo, la segunda puerta que toqué era una revista independiente de cómic, animación e ilustración que apenas nacía, igual que mis personajes.
Esa revista se llamaba Apulpso, al equipo le encantó esos primeros trece cómics que les mostré y quedamos en que publicaría en cada número. Era una revista mensual y duró once entregas. Gracias a esa ventana se dio a conocer Hablando con Gato, ganando su primer grupo de seguidores.
Gato nació siendo un cómic de humor filosófico. Se nutre de mi propia búsqueda, y eso incluye dudas, inquietudes, cuestionamientos, reflexiones. En su mayoría es un reflejo de mi estado general en el momento en que la hago, incluso cuando se me ha encargado un tema específico.
Se ha publicado en varios medios, y muchas veces solo me han pedido lo que tengo ya hecho, pues publico de manera independiente en Facebook e Instagram desde que Apulpso dejó de existir. Aunque sí me han encargado temas específicos a tratar con Gato, siempre ha sido en condiciones donde se me permite libertad creativa.
¿Carecemos de espacios en Cuba para el llamado noveno arte?
Sí, el cómic carece de espacios en las instituciones estatales. Hay mucho prejuicio en contra de la gráfica. En provincias como Sancti Spíritus o Cienfuegos se han publicado historietas gracias a que amantes del cómic, conocedores del género y especialistas, han estado en cargos que le han dado la posibilidad de apostar por la narración gráfica.
Hay editoriales en La Habana y otras provincias, pero con una política editorial bastante estrecha (siempre hay grandes excepciones, como El Caimán Barbudo, cuyo editor Rafael Grillo me abrió las puertas para explorar un campo casi virgen en el panorama gráfico cubano, el periodismo en el cómic).
Existen conceptos errados como que el cómic es un arte menor, o incluso que no es un arte, que las historietas son solo para niños o que son un puente para que el niño luego vaya a los libros. Son creencias que nacen del desconocimiento y la ignorancia.
¿Pudiéramos hablar de un gremio de historietistas en el país?
No creo que haya un gremio de historietistas cubanos. Hay mucha desunión, cada cual anda trabajando por su lado. Aquí en La Habana hubo espacios donde se reunían con cierta frecuencia a compartir ideas, a socializar. Ya no, al menos no como gremio.
Aun así, es muy interesante lo que ocurre en el concurso ArteCómic de Camagüey dirigido por Alfredo Fuentes. Es un evento que dura varios días, se hacen talleres, conferencias, exposiciones.
Allí dibujantes de todo el país tienen la oportunidad de socializar, conocerse, compartir ideas y en ese sentido ha sido muy útil.
Ya mencionaba Apulpso, ¿algún otro referente similar en el país?
Además de Apulpso no conozco otra publicación digital que potencie la publicación de cómics y que lo vea como una labor profesional, o sea, que se les pague a los dibujantes, como el oficio que es.
Hay algunas publicaciones que lo han hecho, pero no con un espacio regular, aunque conozco de la voluntad de crear espacios para el cómic, tenerlo más presente en sus ediciones, como el caso de la revista AMPM donde ya varios hemos publicados nuestros trabajos.
Como realizador audiovisual, ¿alguna posibilidad de ver a Gato en este formato?
Sí, Hablando con Gato va a saltar a la animación, eso es seguro. Este arte requiere de mucho trabajo y esfuerzo, de la colaboración de varios especialistas, pero es un salto inevitable que Gato dará.
Gato se interesa por todo, es la expresión artística de una búsqueda personal, de un camino que interpreta todo lo que puede existir en la vida de un ser humano.