Mabel Poblet: “El arte es como un vicio”

Mabel Poblet registra, con cada obra, su recuerdo de vidas pasadas, de experiencias propias o ajenas, y lo hace autorreferenciando la niñez en Cienfuegos, los anhelos y la historia de su familia. Como si le temiera, muy en el fondo, a las traiciones de la memoria. Su paso por la academia de artes plásticas de San Alejandro y más tarde por el Instituto Superior de Arte (ISA), consolidaron quizás su necesidad de crear, en la plástica, a partir de sus experiencias más personales.

“Luego de mi graduación empecé a hacer una serie que se llamó Lugar de origen, donde las obras fundamentalmente eran imágenes de mis familiares presentes y ausentes, los que vivían aún y los que habían fallecido, como una obsesión de contar el tiempo en que los dos existíamos en el planeta.

“Cienfuegos es un espacio que va a estar presente siempre conmigo, pero la vida sigue adelante, tienes que graduarte, tienes que innovar, conocer otros espacios para seguir con la creación, y las nuevas experiencias son también parte fundamental de mi trabajo, y por eso siempre busco moverme a diferentes sitios para construir las obras.

“Yo me retroalimento de todo lo que vivo, de cada espacio en que estoy, de cada país que visito, de cada persona que conozco, y creo que ese es el núcleo central de mi trabajo, las nuevas experiencias con los otros”.

De ahí que para Mabel es vital el acercamiento a nuevos lugares, no en aras de comparar, asegura, sino para vivir nuevas experiencias y retroalimentar las que uno ya tiene: “Pero siempre necesito regresar a La Habana, a mi casa, a mi estudio, para crear todo eso que encuentro en la vida cotidiana de otros sitios”, dice.

Y en La Habana se siente, incluso, más en casa que en Cienfuegos, pero sin olvidar su origen: “Es como el presente y el pasado en un mismo tiempo, uno puede equilibrar dos espacios que uno ama tanto en la vida, y lograr ese equilibrio a veces es muy difícil”.

“En las primeras visitas que hice a La Habana me surgió la idea de la serie Ábaco, apropiándome de él como instrumento de cálculo, para contar hechos más referentes a la memoria, al pasado y presente, cómo vincular dos historias y dos espacios en un mismo tiempo. A partir de ahí comenzó ya mi trabajo más profesional, que he expuesto en galerías, en centros de arte, y ha sido un proceso creativo que no he podido parar. La intensidad es el trabajo, la persistencia, el amor a lo que uno hace, estar aquí mañana, tarde y noche, sentirte cómodo con lo que estás haciendo”.

Durante el proceso de creación, a veces una obra evoluciona a otra y surgen nuevas ideas, nutridas en su mayoría de experiencias de la vida cotidiana, de las personas con las que comparte esa rutina, del tiempo, de la ciudad…

Mabel Poblet

“Es como una válvula de escape, cómo hacer partícipe a todos de ese sentimiento que tengo dentro, para que todos sientan lo que yo en ese momento.

“Por ejemplo, en mi tesis del ISA, todas las obras parten de historias de diferentes personas. Un caso fundamental de ellas es una chica que conocí en París, Ana, que falleció de leucemia y tenía muchas ansias de vivir, pero su sangre no la ayudaba, y yo, desde el punto de vista del arte, quería ayudarla de cierta manera, y construí un retrato de ella a partir de frascos de medicamentos con sangre artificial. Es decir, cómo a partir del arte, hipotéticamente, puedo ayudar a salvar una vida… y son experiencias así, de cosas que me mueven, que me incitan a trabajar”.

“¿Los temas? No hay un tema específico, es la vida, la muerte, el amor, el sufrimiento, el dolor, la tristeza, la alegría… Todo para mí es motivación de creación, simplemente depende de las circunstancias y del hecho y cómo mostrarlo al público para que le llegue. Es como leer una carta a partir de imágenes. Me interesa mucho ese juego de cómo el espectador puede crearse otras historias a partir de un hecho que está ocurriendo y a partir de mi propia experiencia y de la de otros.

“Para mí el arte es como el propio vicio, como: ‘sin esto no puedo vivir’. No puedo levantarme sin pensar en una idea, sin pensar en una obra, o cómo la voy a solucionar”.

 

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