Irremediablemente, algunos lo odian a muerte tanto por sus letras como por el llamado género urbano que él defiende, pero otros tantos lo adoran por su carisma delante de las cámaras, las melodías pegajosas que hacen mover hasta al más “zurdo” de los bailadores, y su fuerza en el panorama musical cubano.
Yoandys Lores González es su verdadero nombre, mas el mundo lo conoce como Baby Lores. Este cienfueguero de pura alma nunca pensó en el regguetón como el camino para llegar a la fama “pero la vida te va llevando y uno lo tiene que asumir”. Sus inicios en la prestigiosa agrupación infantil Ismaelillo en 1994 y posteriormente, con José Miguel y su balanza –dirigida por el ex integrante de Irakere-, hablaban de otras intenciones en la música.
Pero entonces llegó a su vida Cubanos en la red y los pensamientos tomaron un rumbo diferente. En apenas 18 meses transformó todo el repertorio del grupo trabajando como cantante y arreglista, además de gozar con su primera experiencia como productor musical en el CD “Del montuno al reggaeton”.
En 2004 comenzó su carrera en solitario y con ella varias de las letras se colocaron en los hits parade nacionales y en emisoras latinas dentro de Francia y España, además de irrumpir en el mercado colombiano, de República Dominicana y Estados Unidos. Temas como “Había una vez”, “La Caperucita”, “La mujer del pelotero”, “Creo”, “Ya no hacemos el amor” y “Dime qué más” solo hacen un recorrido apretado por los éxitos musicales dentro de su trayectoria como exponente de este género del siglo XXI.
“Ahora mismo acaba de salir un disco con el nombre de Infinito, grabado en Suiza, que cuenta con 16 letras y tiene un poco de todo.
“Estábamos de gira el Insurrecto, mi hermanito El Bicho y yo; pero cuando salgo al extranjero me gusta llevarme unos aparatitos: la computadora, un micrófono, un piano y trabajo hasta en el guagua, siempre. Y en ese periplo, que duró un mes, decidimos ir haciendo un fonograma: escribíamos la música y grabábamos. En los hoteles, mil veces nos llamaron a la policía por la bulla que había en las madrugadas, pero al final salió el CD y súper bien. Cuando llegamos a Cuba invitamos a varios amigos como el Micha, el Chacal, Geyco Forever, mi hermano, entre otros, para terminar la producción.
“Simultáneamente estoy concibiendo otra producción discográfica con versiones de grandes éxitos, hecho a la manera tradicional cubana con tres, laúd, bajo de palo. Saldrá con el sello Colibrí y ya se empezaron a grabar las primeras canciones.
Muchos conocedores de la música te clasifican como reguetonero. ¿Cómo has proyectado esto de fusionar los géneros?
“Primero, la palabra reguetonero me funciona pero no es la que normalmente me identifica, porque no era lo que yo hacía pero uno tiene que asumir lo que le toca. En realidad, me gusta el pop, el jazz. Es decir, no oigo reguetón ninguno, solo a veces algunas cositas para estar actualizado, pero no es lo que consumo.
“Mezclar los diferentes estilos fue algo que siempre me entusiasmó desde Ismaelillo. Para mí la música es internacional, me gustan todas, hasta la campesina”.
Para enriquecer su propuesta ¿qué músicos prefiere escuchar?
“Ahora menos, pero antes era un vicioso del jazz pues tocaba la guitarra y me servía de plataforma para mis intereses como instrumentista. Actualmente escucho mucha música americana, hip pop, mucho pop, un poco de Madonna, los Beatles porque son una escuela, los Rolling Stone. Esa es mi onda”.
¿Será esa una receta? ¿Cómo califica este género en el contexto de nuestro país?
“El reguetón cubano está un poco enfermo, no hay letras, son muy chabacanas. En un momento mejoró mucho pero después hubo sus retrocesos. Todas las canciones suenan iguales, los coros tienen más o menos las mismas melodías, no hay historia, son palabras que riman porque funcionan para bailar, pero para escuchar no hay mucho”.
El próximo mes de octubre traerá sorpresas para su carrera: se presentará, por primera vez, en los Estados Unidos…
“Las fechas todavía no están definidas, pero ese país siempre ha sido un mercado interesante para mí, bastante polémico desde “La Caperucita”. Nunca he tocado allí esperando mi momento, y ahora voy a los Estados Unidos invitado por Descemer Bueno, pues a la disquera le encantó la canción Quisiera volver, que interpretamos juntos. Creo serán cuatro conciertos, en Puerto Rico, Las Vegas, Nueva York y otro en Miami. No es una gira, solo un adelantico.
“Todo el mundo va por intercambio cultural, los cubanos llegan y cantan. Yo aspiro a un espectáculo, hacer featuring con artistas como Akon, Pitbull, Wisin y Yandel, entonces podrá ser verdaderamente una carrera”.
¿Qué expectativas tiene con esas presentaciones?
“Muchas. Cantar en los Estados Unidos será muy fácil porque los cubanos que viven en ese país y los que no pudieron ver mi trabajo durante todo este tiempo conservan la añoranza de cantar mis tatuajes a la Isla, esas canciones a la Cuba de hoy sin conocer al artista, y creo que eso será interesante. Pero bueno todavía no hay nada seguro”.