En Cuba, donde el internet más que un medio de comunicación es un estado de ánimo, los artistas resignados a la precaria conectividad desarrollan sus estrategias de financiamiento de forma analógica, de espaldas a la red de redes que tanto facilita esta labor en el resto del mundo
Se trata del crowdfunding analógico que desde hace uno días despliega el cineasta Ricardo Figueredo para levantar financiamiento para su más reciente documental Juan sin nada, que ya comenzó a rodar.
El crowdfunding o micromecenazgo es la cooperación colectiva llevada a cabo por personas que realizan una red para conseguir dinero u otros recursos. Este sistema consiste en la financiación colectiva para cristalizar un proyecto y Se suele utilizar Internet para convocar mayor cantidad de personas u organizaciones pero en Cuba, donde los zapatos duran mil años y todo también tiene arreglo, se han encontrado alternativas para desarrollarlo de espaldas a la conexión. Personas con dinero que confían en personas con ideas y juntos trabajan para sacar un proyecto adelante, es uno de sus lemas de esta actividad. A cambio de su participación en el proyecto, los cofinanciadores, como se suelen llamar las personas que apoyan proyectos, reciben recompensas no monetarias que pueden ser desde agradecimientos personalizados en la web del creador o en los créditos de la obra, entre otras. Aunque la práctica que originó este término radica en el uso del internet como plataforma de recolección, la necesidad hace al hombre como alguien una vez dijo y Figueredo folleto en mano propone una forma de que la gente colabore con su proyecto de una forma más personalizada y directa, que también tiene sus ventajas, como todo lo analógico.
A falta de recursos materiales, se imponen más recursos creativos. El realizador comenzó con esta iniciativa en la pasada edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano donde recaudó unos 200 CUC.
“Es un crowdfunding analógico en un país con un difícil acceso a la red y con este plegable la gente obtiene información de la película, yo me quedo con sus datos y me puedo comunicar con ellos en caso de que me dejen alguna donación”, declaró a OnCuba el cineasta de 42 años.
Esta forma de recaudación es una práctica frecuente usada por emprendedores, creadores y artistas en el mundo para conseguir dinero a través de internet: exponen los datos del proyecto y la gente les aporta donaciones por esa vía. Pero el acceso a internet es aún muy limitado y caro en Cuba, lo que llevó a Figueredo a adaptar esta modalidad.
El cineasta se encuentra filmando por estos días con la ayuda recaudada hasta el momento el documental Juan sin nada, en el que intenta mostrar como un obrero cubano se las ingenia para subsistir con un salario de tan solo 10 CUC al mes.
En 52 minutos de metraje que tendrá el material fílmico afirma el realizador que “analizará la economía cubana desde una perspectiva cotidiana, no es fácil exponer las maniobras de supervivencia que hace un trabajador en la Cuba de hoy para llegar a fin de mes con sus pocos pesitos y su libreta de abastecimiento racionado”.
Comenzó filmando con una cámara que le prestaron y mediante un financiamiento que logro levantar postulándose a un fondo noruego. De los 5.000 dólares que solicitó le otorgaron 3.000 y con esos arrancó el rodaje. El dinero para la posproducción ya vendrá después.
“Hubo personas que se interesaron y dieron su contribución que es tan importantes como el dinero, pues aportan distribución y equipamiento”, señala este graduado de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños.
El primer crowdfunding que se hizo en Cuba lo llevó a cabo la productora 5ta avenida, lo hizo de la forma acostumbrada, mediante internet, para el proyecto de Miguel Coyula Corazón Azul, pero el dinero recaudado fue congelado por Washington, en virtud del embargo estadounidense sobre la Isla. Consiguieron más de 5.000 dólares, pero al final la OFAC (Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro estadounidense) congeló el dinero.
Director de tres documentales, y productor de varias películas independientes y del Instituto Cubano de Cine (ICAIC), Figueredo forma parte de Cooperativa Independiente, una de las nuevas productoras independientes que aun aguardan por la Ley de Cine.