Luego de 10 días de proyecciones fílmicas y otras actividades, La Habana despide este domingo el 44 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, y abre el compás de espera de la edición 45.
El evento volvió a convocar al público habanero a las principales salas de cine de la ciudad, si bien el circuito de exhibición se ha reducido significativamente con respecto a décadas atrás, y tampoco se repiten ya las concurrencias de antaño, en medio de la crisis económica que vive la isla.
Aun así —y a pesar de las lluvias que también han caído durante la cita— el festival volvió a animar el circuito cinematográfico del Vedado, con un la proyección de alrededor de 200 películas, una parte de ella en competencia por los premios Corales y los lauros colaterales de diversas instituciones.
Como es conocido, el filme mexicano Totem se llevó a casa el premio al mejor largometraje de ficción, junto a otros galardones, mientras la argentina Los delincuentes también resultó multipremiada.
“Totem” y “Los delincuentes”empatan en Corales en el Festival de La Habana
Otros lauros importantes recayeron en la cinta brasileña Levante (Ópera prima), la cubana La mujer salvaje (Coral Especial del Jurado), y la argentina El juicio (mejor largometraje documental).
Con el lema Luz verde, ¡acción!, el festival rindió tributo al director francés Max Linder y al hispano-mexicano Luis Buñuel, así como al cubano Julio García Espinosa.
Además, entregó su Coral de Honor a la icónica actriz cubana Eslinda Núñez, y homenajeó a la Televisión Serrana y su recientemente desaparecido fundador, Daniel Diez.
También recordó los 30 años de la antológica película Fresa y Chocolate, de Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío; y tuvo entre sus novedades la realización del primer Foro de Animación Juan Padrón, en tributo al creador de Elpidio Valdés.
El evento tampoco estuvo exento de controversias desde antes de su comienzo, por la exclusión de su selección de filmes de mirada crítica a la realidad cubana, como La Habana de Fito, de Juan Pin Vilar, y Llamadas desde Moscú, de Luis Yero.
Además, tuvo lugar en momentos en que buena parte del gremio cinematográfico cubano, agrupado en la Asamblea de Cineastas, mantiene una pulseada con el ICAIC y las autoridades culturales de la isla, mientras aboga por un cine cubano “transnacional, libre y diverso”.