El director y guionista cubano Manuel Pérez Paredes, Premio Nacional de Cine en 2013, murió en la madrugada de este jueves en La Habana, a los 85 años.
La noticia trascendió en redes sociales, donde fue confirmada por varias figuras vinculadas al cine cubano, como el director de arte Luis Lacosta y el crítico de cine Juan Antonio García Borrero, quien lo ha definido como “uno de los nombres claves” del cine cubano.
También por la Asamblea de Cineastas Cubanos, que destacó que con su muerte “se marchan también las palabras, las imágenes, los gestos y la memoria de un país visto, interpretado y figurado por uno de sus grandes cineastas”.
“Fue la voz de varias generaciones, siempre dispuesto a compartir, pero sobre todo, a no olvidar. Fue el sabio de una comunidad hoy casi extinguida, la imagen de una cinematografía que se propuso narrar un país, una nación contada con todas sus luces y sus sombras”, señaló la Asamblea sobre el desaparecido cineasta.
Una vida en el cine
Fundador del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), Pérez Paredes dirigió filmes como El hombre de Maisinicú, Río Negro y Páginas del diario de Mauricio.
Nacido el 19 de noviembre de 1939, integró en su juventud la Sociedad Cultural Cine Club Visión, de la que emergerían figuras que luego se vincularían al ICAIC. A esta entidad se unió en sus inicios, en 1959, como asistente de dirección de documentales y largometrajes.
Ese propio año fue asistente de dirección de Tomás Gutiérrez Alea (Titón) en uno de los cuentos del filme Historias de la Revolución y dos años después, en 1961, dirigió Cinco Picos, su primer documental.
Realizó una treintena de ediciones del hoy célebre Noticiero ICAIC Latinoamericano y en 1973 debutó en la dirección de largometrajes con El hombre de Maisinicú, filme considerado un clásico de la cinematografía de la isla, al que seguirían otras cintas de ficción.
A la par de su labor como director de cine, Pérez Paredes fue también coguionista de películas de otros realizadores, como Golpe por Golpe, Operación Fangio y La Mafia en La Habana. Como documentalista, su catálogo incluye títulos como Caimanera, El desertor y Del otro lado del Cristal.
Además, dirigió por varios años un grupo de creación dentro del ICAIC y trabajó en la asesoría de documentales. También impartió cursos, seminarios y conferencias; colaboró con publicaciones como la revista Cine Cubano; y representó a la isla en eventos y festivales internacionales.
Igualmente, fue uno de los fundadores del Comité de Cineastas de América Latina, en 1974, y formó parte del Consejo Directivo de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano.
Hasta el cierre de esta nota, no trascendía la causa del fallecimiento.











