Este 5 de diciembre comenzó oficialmente la mayor fiesta cinematográfica de La Habana con la inauguración del 41 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano (FINCL), donde el cine y el ballet fueron las artes que acompañaron al público del teatro Karl Marx durante el acto inaugural.
La película argentina La odisea de los giles fue la escogida para inaugurar el evento, con la presencia de varios actores y miembros del equipo de trabajo del filme, entre ellos el reconocido Ricardo Darín y su hijo Chino Darín.
El protagonista repite su experiencia en el evento cinematográfico de La Habana: “Recuerdo haber estado en el estreno de El hijo de la novia en esta maravillosa, increíble y extraordinaria sala, y hace unos días le decía a Chino que no nos podemos perder la oportunidad de presentar nuestra querida película en pantalla en este maravilloso lugar”, expresó el mayor de los Darín.
Ricardo reconoció el gusto de los espectadores cubanos por el séptimo arte, al comentar con los presentes en el teatro que resulta difícil encontrar otra ciudad en el mundo con la misma avidez por ver cine como en la capital cubana.
Por vez primera el Ballet Nacional de Cuba (BNC) estuvo presente en una gala de apertura del Festival, donde solistas y miembros del cuerpo de baile de la compañía interpretaron fragmentos del ballet Cascanueces, coreografía de la otrora directora del BNC Alicia Alonso, recientemente fallecida, a quien también se le rindió homenaje en la velada con un material audiovisual, que recordó además la impronta del Grupo de Experimentación Sonora del Icaic, con motivo de su 50 aniversario.
La directora general de la Unesco Audrey Azoulay, de visita oficial en Cuba, también expresó palabras de elogio para el Ballet Nacional de Cuba, y rememoró el trabajo de Alicia no solo al frente de la compañía, también como embajadora de buena voluntad de la Unesco. “Siempre quiso compartir su arte con las nuevas generaciones y fiel representante de los valores de la Unesco.
“En este momento particular que vive el mundo, en especial América Latina, de interrogaciones y quizás redefiniciones, necesitamos más que nunca estos ojos que ven, estas miradas agudas de los cineastas. Mi presencia aquí como representante de la Unesco refleja nuestro compromiso con la diversidad cultural y nuestro apoyo siempre a los artistas. Es un placer muy especial estar en Cuba, un país de cultura, de cine y de música”, expresó Azoulay durante el acto de apertura.
Previo a la presentación del filme, el presidente del FINCL Iván Giroud, entregó el Coral de Honor al director cubano Manuel Perez Paredes (El hombre de Maisinicú), quien afirmó que su formación profesional y como ser humano la debe en gran medida a la política cultural del Icaic y también del Festival.
Giroud tuvo a su cargo las palabras inaugurales del Festival, donde agradeció la representación de la directora de la Unesco y del BNC, donde recordó la relación del cine cubano con Alicia Alonso, a quien inmortalizara en su ballet Gisselle.
“Nuestro programa insiste en mostrar las probemáticas de los pueblos originarios de la región”, explicó Giroud, quien también recordó la obra de Santiago Álvarez, a quien se dedica esta edición 41 del festival, y uno de los cineastas cubanos más reconocidos y aclamados dentro del ámbito latinoamericano y universal, por su desarrollo dentro del cine documental.
Desde hoy las salas de cine de La Habana encienden sus pantallas para recibir a miles de cinéfilos durante 10 días para apreciar lo mejor del cine latino contemporáneo, premisa que se mantiene 40 años después de la fundación de la magna cita cinematográfica de la región, ahora con mayor rigor en su programación y nuevos retos que afrontar dentro del mercado del cine mundial.
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