Mientras en Cuba la Muestra Joven ICAIC cumplía sus quince años, en la gran Manzana iniciaba este siete de abril la XVII edición del Havana Film Festival. Desde hace más de una década, realizadores y artistas se reúnen en Nueva York para concurrir en torno al séptimo arte de la Isla. Ahora, más de un año después del 17D, el país parece tener más afluencia a certámenes y sucesos culturales en Estados Unidos.
Al menos, así comenta Jesús Hernández Bach, productor audiovisual desde hace casi diez años. Él asegura que en la urbe neoyorkina “ahora mismo han estado cubanos y cubanófilos formando parte del evento. Por ejemplo, Luciano Castillo, Daniel Diez Jr., Annia Bu, Javier Arévalo, Catherine Murphy, Michelle Farrell, Isabel Santos, Rafael Solís, Carlos Barba, Héctor Medina, Yotuel Romero y otros.”
Hernández es un joven camagüeyano graduado de la Facultad de Medios Audiovisuales (FAMCA) del Instituto Superior de Arte, que antes de salir de su país fue productor ejecutivo del Festival IMAGO de la FAMCA; junto a otros cineastas noveles formó parte del comité organizador de la Muestra, y también trabajó para Americas Media Iniciative, una organización sin fines de lucro radicada en la ciudad de Burlington, en Vermont, Estados Unidos. Es, además, director del documental Ella trabaja, presentado en la séptima Muestra Joven y uno de los coordinadores que trajo a Cuba la primera gira de películas de la colección del Museo del MOMA de Nueva York.
Jesús es ahora el gestor de Bach Media, su propia compañía para la producción y distribución de audiovisuales, así como eventos culturales, establecida justamente en la Gran Manzana.
Empecemos en la Isla, cuando trabajabas en la coordinación de varios proyectos. ¿Qué experiencias tuviste en cuanto a la producción y distribución del cine realizado en Cuba, sobre Cuba?
En el país resulta difícil trabajar en la industria del cine. Sin embargo, si lo logras puedes hacerlo en cualquier parte del mundo. Es una pena que el papel del productor creativo se encuentre tan disminuido y en Cuba se le subestime. Por eso, el séptimo arte cubano adolece de un alcance universal y ha quedado tan rezagado. Aunque en los últimos años cada vez más películas nacionales logren acceder a ventanas de distribución y visibilidad mayores, la mayoría de los productores creativos se marchan.
Hace poco participé en la Muestra Joven, un evento que me acogió como mi casa. Por esos días, pude percibir una gran familia nutrida de gente joven apoyando un festival en el que aún creemos. Regresé a Estados Unidos justo el día después de la inauguración de la Muestra para empatar con el Havana Film Festival, y encausar Bach Media.
Este proyecto era una idea que tenía en Cuba, pero no podía materializarlo. Mi país no tiene marco legal para la producción independiente, ni ley de cine. Por suerte, fundar una empresa en Estados Unidos es muy sencillo. Debido a nuevas medidas es completamente lícito trabajar con Cuba y financiar su cine. De ahí que nuestra misión sea fortalecer el séptimo arte en la Isla.
¿Cuáles son entonces las pretensiones de Bach Media?
Bach Media visibiliza el cine cubano sobre todo en Nueva York. Prestamos servicios a realizadores que hayan trabajado o deseen hacerlo en Cuba. Existe mucho desconocimiento dentro de Estados Unidos sobre la Isla, por eso para nosotros es importante trabajar con personas que entiendan el país.
Además, buscamos proyectos interesantes, pues es muy importante la calidad humana detrás de cada uno de estos para que al final la Cuba mostrada al mundo no posea una visión estereotípica. Tenemos varias direcciones en la creación con contenidos sólidos que nos permitan tender puente entre Estados Unidos y la Isla.
¿Te sentiste con las herramientas necesarias para insertarte en Estados Unidos?
Al graduarme del ISA comencé a dirigir la filmación de los encuentros Último Jueves, de Temas, en el ICAIC. Esa actividad me permitió tiempo libre y así comencé de productor independiente con realizadores y empresas que venían a Cuba. Entre ellos estuvo el director alemán Fatih Akin con su filme El Padre o el realizador irlandés Paddy Breathnach con Viva.
Mi carrera en Cuba ha estado siempre marcada por el estímulo de trabajar sin parar, me encanta lo que hago y desde que me gradué tuve la suerte de trabajar en el ICAIC, hacer los proyectos que me gustaban y tener personas muy talentosas al lado. La vida y la experiencia comenzó a llevarme por varios caminos. Yo a veces me veo como un mago con muchos sombreros que me quito o me pongo en dependencia del momento. Nueva York no es La Habana, es otra cultura, otra manera de ver la vida, pero si miras hacia adelante irás por el camino correcto. No estamos muy alejados de la realidad en Cuba, solo hay que estar en el estado mental correcto y a veces eso es muy difícil para los cubanos.
¿Cómo participó tu productora en el Havana Film Festival?
Existe un interés tremendo por Cuba, y Nueva York tiene una conexión muy extraña con La Habana, a pesar la distancia y la diferencia.
La comunidad cubana aquí crece y se afianza. Cada vez hay más cubanos en las artes. Puedes ir a galerías, teatro o un bar de jazz y encontrarás más de un artista de Cuba. El mundo del audiovisual no se queda atrás.
Por ese motivo, estuvimos promoviendo el cine cubano dentro del Havana Film Festival, que cumple diecisiete años. Este certamen tiene una presencia muy fuerte dentro de la comunidad latina en la urbe. El festival celebra el cine latinoamericano, pero sin dudas el trabajo con Cuba por tanto tiempo de sus organizadores (la presidenta Carole Rosenberg, la directora artística Diana Vargas, y el asistente Javier Arévalo) han hecho que esta vez el evento haya crecido con una estrategia muy bien pensada.
¿En qué otro proyecto estás involucrado ahora mismo?
Estamos en desarrollo de La Quimera del Arroz, un largometraje documental con apoyo de Ibermedia cuyo director es Víctor Alexis Guerrero, quien acaba de ganar en la Muestra con su documental La Carga, Premio Especial del Jurado.
“Además, coproducimos junto a una empresa brasileña y el cubano Reinel García, dos largometrajes documentales. También estamos con un proyecto de animación y un largometraje con el joven realizador cubano Lázaro González. Y ya pretendemos iniciar la producción de Resurrección, de Alejandro Alonso, documental con el cual estuvimos en la sección “Haciendo Cine” de la XV Muestra Joven ICAIC.”
Para el creador de la compañía cubana Bach Media este quizás resulte un momento propicio para cambiar y aprehender mejores formas de producir cine tanto dentro como fuera de Cuba. El despegue para nuevos tipos de producciones y creadores que hoy vive el séptimo arte en la Isla ya tiene tiempo de maduración, sobretodo -y como dice Jesús- , cuando “hoy es importante unir fortalezas, trabajar juntos, porque estamos más expuestos al mundo y ello traerá cosas buenas, pero también efectos no deseados.”
Eso es bueno y sano para la salud del cine cubano actual ,el medio audiovisual cubano dentro y fuera de la isla necesita de una inyección de adrenalina como esa
Me parece muy bueno el empeño de Bach para ayudar al cine cubano, tan necesitado de nuevas ideas y mercados. Una sincera felicitación. Le auguro éxitos encontrando talentos dentro y fuera de la isla.
“hoy es importante unir fortalezas, trabajar juntos, porque estamos más expuestos al mundo y ello traerá cosas buenas, pero también efectos no deseados.”—Mentalidad de hombre Nuevo,exclusivista y culturoso…por que no quieres para todos los cubanos lo que quieres para ti???No le metas miedo a los que son como tu,personas….o quien tu piensas que eres??Por que alguien puede pasear en yate por el mediterraneo sin “contaminarse” y yo no??
Ella trabaja. Un muy buen documental sobre la diversidad sexual en Cuba. Lo utilizaba en clases con mis alumnos de la Universidad de Oriente. Una lástima que Bach haya tenido que irse del país, por la razón que sea, para continuar su trabajo en el extranjero. No será el último ni el primero. Si no se le ofrecen incentivos a los jóvenes realizadores para seguir trabajando en la isla se marcharán todos por su cuenta. Lo que me alegra saber es que al menos sigue haciendo su trabajo en Nueva York. Ahora sus retos serán diferentes, pero por lo menos sigue el camino difícil de la creación audiovisual. Mis respetos para él.
Felicidades, Jesus. Te auguro un gran futuro con tu empresa y ojalá volvamos a trabajar juntos. Un abrazo grande