A eso le llamo yo: pasión. A la fe ciega en sí mismo, en un ideal. Ya diría Martí: “el mar airado da idea floja de las olas que levanta la pasión”, ese remolino que nos nace dentro, y lo mínimo que podemos hacer es desatarlo. A esa sensación de libertad que con los años se vuelve serena, se refiere Miravalles cuando dice: “Mi gran felicidad ha sido dedicarme a lo que más me satisface: ser actor”. Creo que por eso sonríe tanto, con esa carcajada plena que ha protagonizado, no pocas ocasiones, en la historia del cine cubano, y que hoy continúa dándonos motivos para quererle. Luego de 20 años sin filmar en Cuba, el director Gerardo Chijona, puso en sus manos un guión escrito por Eduardo Eimil, basado en la novela homónima de Eliseo Alberto (Lichi) Diego: Esther en alguna parte.
“En todos estos años, recibí varias propuestas de trabajo, pero ninguna me estimuló como el guión de Esther en alguna parte”–cuenta Miravalles. En un principio me pareció muy largo, y quedamos en desarrollar una segunda versión. Esta última tampoco me convenció, hasta que obtuve una tercera, que sí encontré excelente. Ya conocía a Chijona y su obra, y me dio un argumento que me satisfizo mucho: artístico, no comercial, por eso lo acepté… Me siento muy afortunado de haberlo hecho.
¿Cómo creó a Lino Catalá?
Lino Catalá es completamente diferente: es triste, tiene un conflicto fuerte en la historia, trabaja mucho la gestualidad, las impresiones. Tuve que centrarme en las expresiones faciales, algo poco común para el cine cubano, pero creo que lo logré. Yo no soy el mejor, ni aspiro a serlo, pero sí me considero profesional. Empecé a trabajar en 1944 y aún no paro. He hecho más de cuarenta películas, y no solo en Cuba, también en México, Nicaragua, Venezuela, Colombia, Alemania. Son setenta años de experiencia, donde únicamente he interpretado los papeles que considero aportan a mi carrera. Esa es mi vida. Y estoy orgulloso de que algunos de mis filmes estén hoy en el estante del cine cubano.
¿Cómo fue la experiencia de volver a trabajar con sus amigos en Cuba?
Amistad y cariño. Aquí tengo un caudal de amigos. Nos respetamos y queremos mutuamente. Pienso que Chijona está orgulloso de haber hecho esta película, que para mí es “equilíbrica”, una palabra que no sé cómo la construí, pero es así. Es un filme raro, ahí está su atractivo, y parece que va a tomar un camino amplio.
Tres frases de Cheíto León, en El hombre de Maisinicú, figuran entre las diez más recordadas del cine cubano. “Alberto Delgado, cará…”, es una de ellas. Sin dudas, usted ha dejado una huella imborrable en nuestra cinematografía y entre los espectadores. ¿Cómo fue el reencuentro con su público cubano, que tanto le aclama?
Sabes, en mi carrera he recibido aplausos de quince minutos. Y ha sido el resultado de mi trabajo y esfuerzo, porque bonito no soy –sonríe. Creo que la película ha tenido una buena acogida. Mucha gente en la calle no me reconoce al instante, pero sí dicen, “ehhh se parece a Miravalles”. Siento que el pueblo cubano me quiere mucho. Cuando regresé a La Habana, por primera vez, fui a ver un espectáculo infantil en el teatro Karl Marx. Al salir, se unió un mar de gente a mi alrededor. ¡¡¡Ño, empecé a llorar de tanta emoción!!! Es que yo nací en el Callejón del Chorro. ¡¡¡Yo soy habanero!!! Y vengo a Cuba porque aquí hay mucho cariño para mí.
¿Cómo retomó su carrera en Estados Unidos?
He hecho solamente dos filmes, uno de ellos con Rolando Díaz: Cercanía (2008), sobre la emigración, es una comedia. Pero he tenido varios papeles secundarios en producciones latinoamericanas. Y por ahí anda rondando otro proyecto con Chijona. Vamos a ver qué sucede. Porque ya son 90 años, ehhh –sonríe. En general, trato de hacer lo que sé y me siento satisfecho con ello. Soy feliz, vivo tranquilo con mi esposa en un apartamentico en Miami. Yo no soy quien principia ni determina nada, la vida te conduce por caminos complejos, y lo que he tratado es de encontrar un equilibrio.
¿Y cómo lleva a Cuba en el corazón?
Cuba es mi Patria.
Miravalles es uno de los más grandes actores de Cuba. Para él mi admiración y mis respetos. Cuando se fue de Cuba, fue un golpe muy duro para la TV y cine cubanos. Fue triste no verlo más.
Muy buen profesional. Mis mayores respetos, disfruté sus actuaciones en Cuba. Y NAAAAA, somos Cubanos , donde quiera que estemos , nos queremos. Cubanos, compañeros, que aman por encima de todo su Patria. Exitos, mil.
Quizás suene altanero, pero para mi el cine y la televisión cubanas se llaman Reynaldo Miravalles.
Gran actor si se habla de la televisión y el cine cubano hay que hablar de Reinando
“Alberto Delgado caraj….esto se esta acabando gracias a ti”….esa frase hoy por hoy la emplean muchos cubanos para referirse a algo que está llegando a su fin de forma jocosa….es de la película “EL hombre de Maisinicu” un clásico del cine cubano en el que reynaldo sin ser el protagonista realizó una actuación protagónica que ha quedado en la posteridad….tampoco se puede olvidar “Los pájaros tirándole a la escopeta”….o cuando hizo el papel en una aventura como “Carmona el cazador de bandidos”…..yo lo considero uno de los mejores artistas del cine cubano contemporáneo
Reinado es un pedacito de esa Cuba que no podemos, ni queremos arrancarnos, a pesar del tiempo y la distancia.
MI RESPETO PARA ESE TREMENDO ACTOR K TRABAJE DONDE TRABAJE DENTRO O FUERA DE LA ISLA HAY K QUITARSE EL SOMBRE,PK COMO DIJO UN POETA LO K BRILLA CON LUZ PROPIA NADIE LO PUEDE APAGAR,SI ME DUELE PROFUNDAMENTE VER A OTROS BUENISIMOS ACTORES Y ACTRICES HACIENDO TRABAJOS MUY POR DEBAJO DE SU TALENTO Y EN OTROS CASOS K NO TIENEN NADA K VER CON SU VERDADERA PROFESION Y ADVIERTO K SOY DE LOS K PIENZO K NINGUN TRABAJO ES INDIGNO
Señor Miravalles, mis respetos para ud, no hace falta que lo diga, ha dado lo mejor de si a cuba y al mundo, no podríamos separar al gran hombre que es del artista, ….que de personajes y de elencos de grandes figuras a compartido, y los que no lo han sido, se han cresido solo con su presencia, que legado para el teatro, el cine y la TV, cuantos programas, novelas, episodios protafonizados con maestría y profesionalidad, que personaje tan integro, tan modesto, tan cubano, como el de Melecio Capote, ….Caray. Gracias por su obra, “MAESTRO” cuanto orgullo para las artes. Honor al que merece honor, gracias por existir.