La World Stars of Classical Ballet Gala que tuvo lugar en la Sala de Festivales Antonio Paoli del Centro de Bellas Artes de Puerto Rico fue todo un éxito de crítica y público.
Por una noche se reunieron en la isla caribeña algunas de las más grandes luminarias de la danza clásica a nivel global para componer un espectáculo sin precedentes. Acciones como esta pretenden aprovechar un florecimiento del interés de los boricuas por la danza para desarrollar este arte a nivel local y proyectarlo hacia el exterior.
Entre los artistas invitados se encontraban las cubanas Viengsay Valdés, Primera Bailarina del Ballet Nacional de Cuba y Adiarys Almeida, Bailarina Principal Invitada del San Francisco Ballet.
“Estas galas le permiten al público apreciar las diferentes escuelas y estilos de la danza mundial, además de motivar e inspirar a las jóvenes generaciones de bailarines y hacer posible la difusión de este arte sin fronteras. También permite reunir en una misma noche a bailarines reconocidos como estrellas en el mundo de la danza y hace posible que dentro de sus apretadas agendas se logren reunir todos en una misma noche, dando lugar a un evento inolvidable”, aseguró Valdés en conversación con OnCuba tras llegar a La Habana donde continúa los ensayos preparativos para el 24 Festival de Ballet.
Adiarys Almeida protagonizó el pas de deux Don Quijote junto al joven Brooklyn Mack, del Washington Ballet; un movimiento de la obra original que permite a la bailarina lucirse técnicamente, toda vez que se reviste de sensualidad y de compenetración con su partner.
Viengsay Valdés, por su parte, bailó uno de sus hitos: el Cisne negro. Una pieza que la conoce al vuelo, de tantas ocasiones en las que se ha convertido en la seductora y maliciosa Odile.
“Odile dentro del tercer acto de El lago de los cisnes es un personaje que exige y demanda toda la concentración tanto técnica como interpretativa, el despliegue de los matices durante la escena del adagio debe hacerse con suficiente convicción para atrapar tanto al príncipe como al auditorio y guiarlos, dentro de su poderío, a su pasional seducción. Es uno de los roles más difíciles de la danza clásica, fuertes y exigentes pero es de los más disfrutables”, comentó Valdés.
La gala reunió a parejas de 5 de las más respetadas compañías de ballet clásico del mundo: Ballet Nacional de Cuba, New York City Ballet, San Francisco Ballet, Royal Ballet of London y la Ópera Nacional de París.
Además de las cubanas engalanaron la velada estrellas como Daniel Ulbricht y Erica Pereira del New York City Ballet, el legendario Vladimir Malakhov, Marian Walter y lana Salenko del Royal Ballet y Alessio Carbone y Eve Grinsztajan de la Ópera de París.
Uno de los momentos más impactantes de la noche fue la ejecución de la mítica coreografía Pas de Quatre, por Betina Ojeda del Ballet Concierto de Puerto Rico, Zulma Berríos del Ballets de San Juan, Laurita Valentín del Ballet Teatro Nacional y Denise Eliza de Coda21.
“En Puerto Rico me he sentido como en casa. Me emocioné solo de notar que en mi primera aparición en el escenario ya el público aplaudía como si fuese una bailarina habitual en sus teatros. Otro momento especial fue al final de mi representación del pas de deux del Cisne Negro cuando el público en plena ovación saltó de sus asientos y me aplaudió en pie. Fue instintivo llevarme la mano al pecho en medio de mi reverencia porque sentí muy adentro ese agradecimiento a todos los presentes. Para mí fue una noche inolvidable”, sentenció Viengsay Valdés, al referirse a su participación en la gala.
Viengsay interpreto magistralmente,ovacionada de pie,querendona de Puerto Rico