Todo bailarín y aprendiz sueña con participar de una gran producción, y el Cuballet de verano en Cuba brinda esa oportunidad sin mucha distinción de rangos ni de procedencias.
Artistas de Inglaterra, Estados Unidos, Holanda, México, El Salvador y nativos de la isla caribeña compartirán un montaje de “El lago de los cisnes” y un conjunto de clases del 7 de julio al 3 de agosto. El encanto del más popular de los clásicos ganó la partida esta vez, en respuesta a la petición de la mayoría de los participantes en ediciones anteriores.
“Bailar como un cisne es el gran sueño de muchas danzantes”, advirtió el maestro y coreógrafo Héctor Figueredo, fundador de los Cuballet a mediados de la década de 1980.
Figueredo explicó a Oncuba que es una pieza atractiva para artistas y público por la bipolaridad de la bailarina, pues el desdoblamiento en una misma noche de la intérprete principal en un cisne bueno y uno malévolo, representado por colores opuestos en el vestuario -blanco y negro-, impone un reto muy seductor.
A criterio de este miembro del Consejo Artístico de Prodanza, los eventos ayudan a mostrarle a estudiantes y profesionales una fórmula sintetizada de cómo llevar a escena un gran clásico, lo cual requiere desde disciplina extrema en continuos ensayos hasta el aprendizaje de disímiles estilos de danza y de técnicas de actuación para poder caracterizar a los personajes de determinadas obras.
Los participantes en la presente cita recibirán clases de ballet, puntas, repertorio, eficiencia física, danzas de carácter y folklore, entre otras. Héctor aún es capaz de recordar detalles de cada una de las puestas que ayudó a montar para los cierres de eventos. Desde la primera obra, “Coppelia”, hasta varios de los elencos de bailarines cuyos talentos afloraron en esas oportunidades; pues no quepa la menor duda de que los Cuballet son espacios de aprendizaje y al mismo tiempo oportunidad de probar capacidades en grandes clásicos.
En sucesivas citas, Prodanza estrenó obras propias como “Los tres mosqueteros”, versiones de “El corsario”, “Paquita”, “La bayadera” y otras no incluidas en su forma completa dentro del repertorio del Ballet Nacional de Cuba (BNC).
Estudiantes de distintas escuelas vocacionales de la Isla compartirán en los salones del Centro Prodanza con aprendices y profesionales de disímiles países. Todos bailarán en el Teatro Nacional las funciones de “El lago de los cisnes”, previstas para el venidero 1, 2 y 3 de agosto, y dedicadas al centenario del nacimiento del padre de la escuela cubana de ballet, Fernando Alonso.
“El gran maestro merece todos los homenajes del mundo porque sin él no tendríamos la metodología de nuestra escuela, base del movimiento profesional del ballet en Cuba y de muchos bailarines importantes en el mundo”, destacó Figueredo. De acuerdo con el coreógrafo, Prodanza rendirá honores a Alonso en el cementerio de Colón de esta capital, el próximo 28 de julio, al cumplirse un año del fallecimiento del creador del Ballet Nacional y la escuela que nutre a diversas compañías del país.
La protagonista indiscutible de los primeros Cuballet fue la Joven Guardia, concebida por la maître Laura Alonso para propiciar el desarrollo de los bailarines más talentosos del cuerpo de baile del BNC. A mediados de la década de 1980 y principios de la de 1990, aquel movimiento artístico posibilitó el surgimiento de coreógrafos como Armando Yuvero y el propio Héctor, además permitió apreciar el brillo de estrellas como José Manuel Carreño, Xiomara Reyes, Lorena y Lorna Feijóo, Amilcar Moré, Svetlana Ballester, Víctor Gilí, Lienz y Yan Tse Chang, entre otros que por entonces no rebasaban los 20 años de edad.
“En aquella época no existía el linóleo ni otros recursos técnicos actuales, bailábamos sobre el tabloncillo de madera, porque todos éramos jóvenes con una aspiración común: bailar. Donde fuera, bailar”, aseguró Figueredo, y entre las experiencias más emocionantes rememoró la mañana en que se desplazaron en carretas a Buey Arriba para bailar en aquel municipio montañoso situado en la provincia de Granma, en la zona oriental de Cuba.
Héctor alabó la evolución técnica de los pasos de ballet con el transcurso del tiempo pero lamentó que ahora varios bailarines ejecuten los mismos pasos en todas las variaciones, sin tener en cuenta la técnica y el estilo diferente en cada época.
Esta será la edición 68 del Cuballet pues el Centro Prodanza no solo ha celebrado el evento en su país natal sino además en México, Argentina, Suiza, Estados Unidos y Brasil.
Por estos días, Figueredo partirá con ocho bailarines de Prodanza a Francia, donde actuarán en distintos teatros del sur de ese país, invitados una vez más a demostrar las destrezas de los danzantes cubanos en clásicos como “Don Quijote”, “Cascanueces”, “El lago de los cines” y “La fille mal gardée”. También, los artistas interpretarán obras neoclásicas y tras los espectáculos retornarán a La Habana para integrarse al Cuballet, con la expectativa de consumar sueños.