En enero de 2015 el artista Leo Canosa y Ailed Duarte –su esposa– abrieron el primer estudio-galería profesional de tatuajes en Cuba.
“Ese era un viejo sueño de nosotros como pareja. Llevábamos mucho tiempo deseando construir un lugar para el tatuaje en La Habana, porque no existen espacios de este tipo en la Isla”, dice Leo.
El bodyart no tenía entonces –ni tiene todavía– un respaldo legal en Cuba, así que decidieron presentar el proyecto como un estudio-galería y dar espacio allí a otro tipo de actividades. En sus primeros dos años La Marca ha realizado alrededor de 2000 tatuajes, 7 exposiciones y 5 conciertos bajo el sello A Muleta Música; han apoyado al cine independiente y al teatro censurado, creando en La Habana Vieja una comunidad en torno al diseño y las artes plásticas.
Ahora los festejos por el segundo aniversario han comenzado con una nueva muestra: Remanga&Son, en la que reconocidos tatuadores y diseñadores cubanos como Ramiro Zardoya, Raúl Valdés (Raupa) y Nelson Ponce presentan sobre diversos soportes doce bocetos de “mangas”: tatuajes que ocupan hombro, brazo y antebrazo.
“En estos dos años hemos logrado hacer más amigos que enemigos y esta exposición lo confirma, pues vemos en las paredes las mangas de muchos amigos de Santiago de Cuba, Sancti Spirítus que están tatuando ahora mismo en La Marca. No haré un balance de lo que ha sido el tatuaje en el último año, sigo diciendo que es alegal, algo lamentable en las condiciones cubanas, pero creo que también es parte de nuestro trabajo conseguir que se acepte”, dice Marta, una del piquete de La Marca.
Leo Canosa es entre todos ellos el “remangazón mayor”, así le llaman. Sus más de veinte años de experiencia y ahora su trabajo en La Marca lo colocan entre los artistas líderes de este movimiento.
A propósito de los dos años del primer estudio-galería profesional de tatuajes en Cuba, y que ha devenido también centro cultural de la parte vieja de La Habana, OnCuba conversó con él.
¿Cuál ha sido tu trayectoria en el mundo del tatuaje y cómo llegas a fundar La Marca?
Mi formación es autodidacta. De niño siempre dibujé y luego estudiaba Artes Plásticas porque tenía un tío pintor que me influenció mucho. A través de él tuve esa educación artística.
En el 98 creamos junto a Hans Mario León el proyecto “Lienzos vivientes”, en el que por primera vez una institución cubana, la AHS, reconocía al gremio de tatuadores en la Isla. Allí realizamos muchísmos eventos y exposiciones dedicadas el arte corporal.
Hacer este estudio siempre fue nuestro sueño. Queríamos tener este espacio en La Habana que tanto lo necesitaba, porque no hay ningún referente sobre tatuajes acá. En Cuba el tatuaje no es un arte bien visto, todavía es algo muy inmaduro y nuestra lucha aquí es por legitimarlo.
¿Cuán difícil es trabajar en ese limbo legal en que se haya el tatuador? ¿Cómo obtienen los insumos para el negocio?
Esto ha sido trabajando duro y demostrando que lo que hacemos es una forma de arte, solo que el soporte es diferente. Lo presentamos como un estudio de artistas porque no existen licencias para tatuar y luego hacemos acá otras cosas como exposiciones, talleres, conciertos.
Todo lo traemos de Estados Unidos o Canadá. Por suerte la mayoría de los que trabajan con nosotros pueden viajar, así que vamos a las convenciones de tatuajes, compramos material y lo importamos. Es un poco difícil porque no podemos traer mucho por las regulaciones de la Aduana, entonces tenemos que dividirlo, en fin, hacemos nuestra magia.
¿Cómo es el proceso de rutina con un cliente antes de tatuarse?
Primero lo entrevistamos y conversamos sobre lo que quiere hacerse. Tratamos siempre de trabajar con ideas, no con catálogos, para no repetir nada y que sea un proceso creativo entre el artista y el cliente. Después de que tenemos la idea, lo dibujamos y le damos otro turno para que vea el diseño que construimos y si le gusta lo citamos finalmente para la realización del tatuaje.
Todos trabajan con máquinas pero Roberto Ramos tatúa a mano, es un poco más rústico. La máquina es más precisa, más limpia, pero hay mucha gente que prefiere el tatuaje manual, le gusta más ese método tradicional.
¿Qué tipo de tatuajes elige más la gente?
Como no tenemos catálogo sino portafolios de los artistas con sus diversos estilos, casi obligamos a los clientes a que vean primero lo que hay allí para que identifiquen un estilo y a partir de eso hacemos diseños personales, tatuajes de autor, cosas que se nos ocurren aquí.
Recibimos también muchos turistas que se inclinan por símbolos cubanos. Se hacen mucho el Valle de Viñales, el skylind de la Isla de Cuba, un elegguá, palmas, tocororo, la flor de la mariposa.
¿Y qué estilo prefiere Leo Canosa?
A mí me gusta mucho el diseño de la vieja escuela, todo lo japonés, pero la gente me busca por el realismo, y como es lo que más hago, me identifican con eso.
¿Por qué crees que ha proliferado en Cuba el gusto por los tatuajes?
El gusto siempre ha existido, lo que pasa es que no hay mucha cultura del tatuaje. La gente se hace cosas porque se lo ven a los artistas. Afortunadamente con esta promoción que hacemos del tatuaje de autor, y todos los artistas que han colaborado con nosotros en estos dos años, la gente va teniendo otra visión del tatuaje que puede ser mucho más que un tribal o una pantera, se va asumiendo como un modo de expresión.
En estos tiempos en que hay tanta diversidad lo que se busca ya es el tatuaje de autor. La industria ha progresado tanto que la gente que tatúa son graduados de escuelas de arte y de diseño que dejan en el tatuaje todo su universo creativo.
Nosotros acá también hemos vinculado el tatuaje con otras manifestaciones como el diseño, el grabado y hemos acercado de esa forma a públicos que quizás no venían por el tatuaje mismo, sino por los conciertos o las exposiciones pero descubren así otras formas de entender el tatuaje.
¿Qué es lo más importante que les ha pasado en estos dos primeros años?
Hemos tenido una cantidad de amigos y colaboradores nacionales e internacionales impresionante. Los tatuadores acá se han quedado sorprendidos porque se nos han abierto universos que no conocíamos, por ejemplo el arte del cartel que era algo totalmente desconocido y a partir del acercamiento con diseñadores gráficos nos adentramos en ese mundo y eso nos ha enriquecido, nos ha dado ganas de continuar, de hacer cosas diferentes.
Tuvimos varias acciones en la Bienal de La Habana, una de las más importantes fue recibir a Dr. Lakra, un gran artista y tatuador mexicano. El vínculo de trabajo después de eso ha sido buenísimo, nos ha enviado a sus colegas y hemos intercambiado con muchos otros artistas.
¿A qué aspira La Marca en 2017?
Nuestro propósito es continuar trabajando para lograr que el tatuaje se vea de otra manera, sobre todo en las instituciones culturales que guardan todavía un recelo con lo que hacemos; tenemos que pujar porque se legalice el tatuaje en Cuba, también nos gustaría establecer vínculos con el Ministerio de Salud Pública para contar con asesoría médica y sanitaria.
No hay otro estudio de este tipo en Cuba, pero sería genial si tuviéramos competencia. De eso se trata esta galería, de que se desarrolle aún más el concepto del tatuaje en Cuba, y que los otros tomen como ejemplo nuestro trabajo. Desafortunadamente no ha sido así, todo lo contrario. Nos han visto como una amenaza, sobre todo desde mayo pasado cuando el gobierno comenzó a cerrar estudios de tatuaje y muchos pensaron que por culpa de nosotros se había desatado la cacería. Y como finalmente no nos molestaron eso levantó aún más ronchas.
Lo que pasa es que aquí de además de tatuar nos preocupamos por construir una cultura del tatuaje. Trabajamos pensando siempre en una exposición, en un curso, en un en proyecto con niños… Es increíble cómo han llegado artistas de todos los lugares del mundo diciendo que La Marca luce mejor que sus propias galerías. Y es que aquí vivimos para esto. Le hemos puesto mucha bomba desde el principio.
Y abrazando al jefe de La Marca, el gran Mauro, el mejor de todos. Loco estoy por ir a Cuba y tatuarme en La Marca
Llevo tu dragón en mi antebrazo con orgullo,te quedó super,mucha gente me pregunta y yo les digo… Leo, la aguja mágica….jajajaja.Éxitos hermano.