El Mejunje: teatral y diverso

Foto: Alexis Pérez Soria

Foto: Alexis Pérez Soria.

Año 1992. Finales de enero y en El Mejunje de Santa Clara se celebra el primer aniversario de la declaración del centro como institución cultural. También se cumple un año de asentarse, luego de tanto peregrinar, en una sede permanente.

El Mejunje de Santa Clara es como una celebración constante, pero esta tiene un matiz especial. La fiesta está protagonizada por el teatro y durará dos días. En una época en que las condiciones económicas han desmantelado a casi todas las grandes compañías teatrales del país o en el mejor de los casos, las han reducido, una fiesta puede representar un lujo, pero aquí no, aquí todo, o casi todo, es completamente diferente.

La fiesta reúne entonces a algunos de los grupos de Santa Clara, grupos de pocos actores y escenografías más bien simples, aunque con obras de calidad y hechas con la pasión de los tiempos difíciles. Nacía así, aquel enero de 1992 el Festival Nacional de Teatro de Pequeño Formato, por el que pasarían, en las ediciones posteriores, muchos de los elencos renombrados en la historia de las tablas cubanas.

El segundo encuentro tuvo un carácter más provincial. En esa ocasión resultó premiada la puesta Rara Avis, de Teatro a Cuestas, el elenco cienfueguero. En el tercero se recuerda especialmente a Teatro de Dos y la obra Federico de Noche. Ese, sin más, era el ambiente teatral que había, un espacio de pequeños espectáculos que con el paso del tiempo comenzó a cambiar.

Hoy, a 24 eneros de la primera vez, el evento no es el mismo, y el trueque, que quede claro, ha sido para bien.

Dice Ramón Silverio, el creador de El Mejunje y de casi todo lo que en él acontece, que desde el año pasado le quedaba mal el nombre de pequeño formato, porque realmente ya no lo era. Que continuar llamándole así, significaba también limitar algo que puede abrirse mucho más y que no estuvieran presentes agrupaciones con excelentes espectáculos, solo por el hecho de que no encajaran en esta clasificación.

Por eso hoy la fiesta cambia el cartel principal y recibe a los participantes bajo el título de Mejunje Teatral. Una cita que se distingue por inclusiva, por agrupar dentro del teatro a todas las voces y a todas las tendencias.

Foto: Alexis Pérez Soria
Foto: Alexis Pérez Soria

Para Silverio representa ahora, como en 1992, un certamen alternativo, que reúne como a él le gusta decir, a los elencos menos conocidos en este mundo de telones y bambalinas.

“Aquí participan fundamentalmente aquellos grupos excluidos de los grandes festivales, no porque sean malos, sino porque no estamos dentro del gusto ni de la estética de aquellos que deciden qué va a un festival o qué no va. Pero como tampoco nosotros somos excluyentes, vienen grupos que también participan en estos festivales. He ahí la distinción: somos una mezcla de conjuntos y sobre todo una mezcla de formas diferentes de hacer el teatro”.

Este 2016 el Festival Mejunje Teatral será entre los días 22 y 29 de enero y se espera, desde ya, que sea el más numeroso en cuanto a participación de público y también de agrupaciones. Un evento maratónico con funciones únicas y para espectadores diversos.

En esta ocasión se dedica al actor santaclareño Emilio Sánchez, fallecido en el 2015; a Fidel Galván, director del Teatro Guiñol de Remedios, desaparecido recientemente y al 30 aniversario de la Brigada Artística Los Colines, que bajo la tutela del propio Silverio lleva las clásicas máscaras a rincones impensables de la geografía de Villa Clara.

Foto: Alexis Pérez Soria
Foto: Alexis Pérez Soria

“En cartelera estarán espectáculos que tuvieron un éxito marcado en Cuba durante el año pasado va a presentarse El Portazo, de Matanzas, con la obra The Cuban Coffee by Portazo´s Cooperative (CCPC); Teatro del Viento, de Camagüey, viene con dos puestas: Los caballeros de la mesa redonda y Abdala, un hombre del siglo XXI; y estarán los amigos de siempre: Icarón, Teatro de Sur, El Mirón Cubano, La Proa… Aunque no son los únicos”, dijo Silverio a OnCuba.

En este festival alternativo, diverso e inclusivo, como El Mejunje, caben todos los que quieran. Quizás, por eso, rebasó aquellos años de crisis y ha llegado hasta ahora con otros retos.

Pero lo esencial, en esta historia, es que hoy, en Santa Clara, la fiesta sigue.

 

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