Jorge Edwards, uno de los nombres más destacados de la literatura chilena del siglo XX, falleció esta mañana en Madrid a los 91 años.
“Fue básicamente una diabetes que le fue avanzando y le produjo un estado de salud que hubo que internarlo el fin de semana y luego, de vuelta a la casa, murió”, dijo su hijo Jorge Edwards.
Nacido en Santiago de Chile en 1931, estudió en la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile e hizo estudios de posgrado en la Universidad de Princeton, en Estados Unidos.
Integró la llamada Generación del 50 junto a escritores como José Donoso, Enrique Lafourcade, Claudio Giaconi, quienes tomaron como referentes a los clásicos estadounidenses (Walt Whitman, Ernest Hemingway y William Faulkner) y rusos (León Tolstoy, Fiodor Dostoievski) para construir una narrativa alejada de lo criollista, lo costumbrista y lo paisajístico.
Como escritor, se consagró con novelas como El peso de la noche (1965), Los convidados de piedra (1978) El museo de cera (1981), El sueño de la historia (2000), o La casa de Dostoievsky (2008).
También fue diplomático (1957-1973). En 1971 el gobierno del presidente Salvador Allende lo envió en misión especial a Cuba para reinstaurar las relaciones, suspendidas desde los tempranos años 60. De esta experiencia saldría su libro Persona non grata, donde narra los pormenores de su estancia en la isla y sus relaciones con escritores y artistas cubanos en el contexto del llamado caso Padilla.
En 1973, tras el golpe de Estado de Augusto Pinochet, abandonó el servicio diplomático y se radicó en Barcelona, donde entró en contacto con escritores como Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa.
En 1994 fue nombrado por el presidente Eduardo Frei embajador ante la Unesco en París. Cinco años más tarde fue galardonado con el Premio Cervantes.
“Hoy se despide a un hombre fundamental de la literatura chilena e hispanoamericana, un intelectual que imprimió su fibra y pensamiento en el quehacer cultural contemporáneo”, dijo el ministro de las Culturas de Chile, Jaime de Aguirre.