Fotos del autor
La Sala Manuel Galich de Casa de las Américas acogió las sesiones del III Taller de Gestión Cultural: Comunicación y Periodismo, efectuado entre el 19 y el 21 de septiembre, con una agenda enfocada en el papel de los promotores, gestores y comunicadores culturales en el mundo contemporáneo.
Las palabras de presentación corrieron a cuenta de Maité Hernández-Lorenzo, directora de Comunicación e Imagen de la institución sede, así como de Darsi Fernández, abogada de la Fundación Autor y, poco después de las 2 de la tarde del propio día 19, comenzó el desfile de panelistas y conferencistas, entre quienes se encontraba Lenay Blasón Borges, Doctora en Comunicación e Información e investigadora en la Universidad Católica de Louvain, Bélgica.
Blasón Borges, quien trabajó en Casa de las Américas hasta el año 2003, es además asesora y consultante en Comunicación para el Desarrollo y durante su intervención hizo hincapié en la carencia de soporte doctrinal y teórico para una carrera como la Comunicación Social, que no existía en las universidades cubanas hasta 1991, y que desde entonces ha graduado a un número limitado de estudiantes en cada curso académico. Un fenómeno que, según afirmó, se produce en muchos países.
El debate que siguió a su conferencia reveló no solo la necesidad de contar con una cifra mayor de especialistas, sino las incomprensiones y carencias que suelen lastrar el ejercicio de la profesión, pues —como explicó la disertante—, las organizaciones culturales (término que engloba a museos, teatros, casas de cultura y otras entidades, definidas por el hecho de contar con financiamiento institucional o estatal) exigen resultados a corto plazo, cuando muchas veces no se cuenta con el tiempo y los recursos necesarios para llevar adelante una campaña publicitaria en debida forma.
Para ofrecer un ejemplo de cuánto puede hacerse, desde el punto de vista de la promoción y la gestión cultural, a partir de iniciativas personales —sin disponer, incluso, de respaldo material o financiero—, fue presentado a los talleristas el sitio web Isliada.com, proyecto implementado desde Cuba con el objeto de dar a conocer la obra de nuestros escritores, más y menos jóvenes, cuya inmensa no cuenta con acceso a la red de redes para promocionar su trabajo. A nombre del staff intervino el periodista y narrador Rafael Grillo (editor de la revista El Caimán Barbudo) quien se refirió a los propósitos y a la arquitectura del sitio.
En otro momento hicieron uso de la palabra Norberto Codina (director de La Gaceta de Cuba), Yinet Polanco (editora de La jiribilla) y Joaquín Borges-Triana, redactor de El Caimán Barbudo y Doctor en Ciencias de la Cultura con especialidad en Música.
Yinet Polanco compartió la experiencia de La Jiribilla, primera publicación cultural cubana pensada para Internet, señalando el reto que representó para sus fundadores —y que representa todavía para quienes la realizan— el hecho de actualizar, con frecuencia semanal, una revista que pretende abarcar la cultura cubana en su totalidad, con secciones y columnas fijas que la mayoría de las veces resultan difíciles de mantener, debido al dinamismo que el mundo digital imprime y que contrasta con el ritmo, un tanto más lento, a que por lo regular producen nuestros periodistas e intelectuales.
El jueves 20 se inició con la conferencia impartida por Aurelio Alonso, sociólogo y ensayista, fundador del Departamento de Filosofía de la Universidad de La Habana, quien abordó un tema de indiscutible actualidad: “Transformaciones económicas en Cuba: una mirada sociocultural”. Acto seguido se desarrolló un panel con vistas a desentrañar las interioridades de la comunicación cultural en la Cuba de hoy, en el que participaron el poeta y ensayista Víctor Fowler, la investigadora Danae Diéguez, Hailem Carrasco (de Suenacubano) y Pepe Menéndez (de Casa de las Américas).
Por último, la jornada de clausura estuvo signada por el intercambio, a partir de la disertación de Nora Gómez Torres, profesora, ensayista e investigadora de la Asociación Hermanos Saíz, quien aludió a la interrelación entre medios de comunicación y música popular. Intentando delimitar el papel del comunicador como gestor cultural y actor social usaron de la palabra, entre otros, Desiderio Navarro (director del Centro Cultural Criterios), Sandra Álvarez (autora del blog Negra cubana tenía que ser) y Tamara Roselló (del Centro Martin Luther King).
Pasadas las 7 de la tarde, en la Sala Che Guevara de la propia Casa, tuvo lugar un concierto protagonizado por Danay Suárez y su grupo, una joven intérprete a quien la crítica especializada califica como “el nuevo talento de la música alternativa cubana”. Con ella cerraba puertas este III Taller de Gestión Cultural, aportando un conjunto de interesantes conclusiones:
Complejas circunstancias rodean la labor de nuestros promotores, gestores y comunicadores; las aristas son múltiples, escasos los recursos y notorias las actitudes de indiferencia, justo cuando se empieza a valorar el autofinanciamiento como una opción para las instituciones culturales, con vistas a aligerar la carga que su sostenimiento implica para el Estado cubano. En la búsqueda de alternativas el debate nunca será suficiente y para potenciarlo se requiere de otros espacios como este. El taller efectuado en Casa de las Américas deja marcado el rumbo.